Medios de comunicación e interculturalidad
Los medios de comunicación necesitan, por lo que respecta a su discurso informativo, que haya un vínculo de confianza con sus lectores, oyentes o telespectadores. Pero el vínculo se puede romper. La interculturalidad exigiría nuevas categorías y visiones alternativas, puede producirse un movimiento contrario de búsqueda de la tranquilidad a partir de lo conocido y del estereotipo.
(…) Como se puede apreciar, este panorama exige a los medios de comunicación un esfuerzo por ganar credibilidad y objetividad. La objetividad ha sido uno de los eslóganes más importantes del discurso informativo. No quiero entrar en la discusión del concepto, pero quiero proponer que nos preguntemos cuándo es objetiva la noticia para un receptor cualquiera: «desde el punto de vista del receptor, el concepto de objetividad se basa en un extraño juego que consiste más o menos en lo siguiente: un discurso sobre acontecimientos de actualidad se considerará objetivo cuando el receptor tenga la sensación de que, si hubiera estado allí donde se han producido los acontecimientos, los habría descrito más o menos de la misma forma» (Veron 1990: 13-14). Es decir, nos encontramos ante una negociación de subjetividades o ante una intersubjetividad.
La pregunta que me hago es si el estereotipo no constituye una de las formas más sencillas de llegar a la subjetividad de los lectores. De hecho, los medios de comunicación «han desarrollado técnicas para decir más cosas en el mínimo espacio. Una de estas técnicas es la utilización de estereotipos» (Sitaram y Cogder 1976: 159). Estererotipar es una forma muy fácil de ponerse de acuerdo con la audiencia porque, en la mayoría de los casos, los estereotipos son percepciones en gran parte compartidas. El estereotipo nos tranquiliza pero, además, resulta mucho más difícil cambiar un estereotipo que utilizarlo.
La utilización de viejos estereotipos es una de las trampas en la que pueden caer los periodistas. Pero hay una apuesta mucho más peligrosa: la divulgación mediática de nuevos estereotipos. Para las personas, resulta difícil no utilizar estereotipos porque dan sentido rápidamente; los periodistas también pueden caer en esa trampa. El discurso informativo construye un espacio cognitivo y emotivo que establece los límites entre «nosotros» y los «otros». Los medios de comunicación, de una forma implícita o explícita, hacen una construcción identitaria a partir de ese espacio cognitivo que establece la frontera que nos separa de los otros. Es decir, establecen las identidades y las alteridades. Pero también en la construcción del espacio emotivo, los medios de comunicación llenan de valores esas identidades. A menudo, esos valores son prejuicios. Para los periodistas no resulta fácil construir una alteridad sin connotaciones negativas, porque están en la palabra, e incluso en la lengua. Una vez que un estereotipo entra en la lengua es muy difícil sacarlo.
En España, se ha construido una identidad estigmatizada de los inmigrantes sin papeles. «Ilegal» es, en español y en francés, un adjetivo, pero curiosamente en español se ha convertido en sustantivo. Según el Diccionario del español actual de Seco, Andrés y Ramos, «ilegal» es un nombre con el sentido de «inmigrante que ha entrado en un país de forma ilegal». Nos encontramos ante una visión simplificadora, una mirada homogeneizante y una estigmatización criminal. Una nueva identidad se superpone a la identidad de diferentes colectivos: la identidad de ser ilegal, sin más.
La diversidad cultural hace entrar en crisis al discurso informativo, porque requiere nuevas categorías para explicar la realidad, y a menudo dichas categorías no son compartidas por los periodistas y sus destinatarios (Rodrigo 1996b).
Me pregunto si, en esta situación de posible crisis del contrato pragmático fiduciario y de una probable crisis de sentido, fruto de la diversidad cultural, la forma más fácil de construir un discurso informativo veridictorio no es simplemente estereotipar, porque es la forma más fácil de sintonizar con las percepciones hegemónicas, y de esta forma de ganar la confianza. (…)
Fragmento del texto: Confianza en la información mediática.