Educación intercultural y ciudadanía
EQUIP DE RECERCA GREDI, MARGARITA BARTOLOMÉ
Amplio análisis sobre la educación intercultural desde sus orígenes. Compromiso de la comunidad educativa ante los cambios que introduce la multiculturalidad. Educar para una ciudadanía intercultural.
1. ¿Qué hemos aportado desde la educación a la cohesión social? Análisis de una década.
1.1 La interculturalidad como horizonte.
La educación intercultural nace como una apuesta decidida por un modo de plantear la educación en contextos multiculturales. Un modo que supone la reciprocidad y diálogo entre culturas, desde su reconocimiento y valoración, y que comporta una solidaridad operativa. [1]
El Consejo de Europa y los documentos emanados de organismos oficiales europeos durante las décadas de los ochenta y noventa utilizarán preferentemente el término «intercultural» cuando se trata de plantear la educación en contextos plurales. Paralelamente, la palabra «multicultural» referida a la educación, irá adquiriendo una carga de valoración negativa, al plantearla con frecuencia en contraposición a intercultural.
Mientras la educación multicultural -suele indicarse- describe sencillamente la formación impartida en contextos multiculturales, es decir, hace referencia a una situación » de hecho», la educación intercultural define la opción pedagógica adoptada. [2]
La valoración de la diversidad cultural en nuestra sociedad, el reconocimiento de que la educación intercultural es para todos, el fomento de unas relaciones interétnicas e interculturales positivas, desde una competencia comunicativa intercultural efectiva, el deseo de integración de las personas procedentes de los procesos migratorios en las sociedades de acogida, sin reducir ese camino de integración a la escolarización o la estimación de la importancia y el papel de los valores en la construcción de un nuevo tejido social son, entre otras, algunas de las características que se asignan a la educación intercultural. [3]
Continua…
[1] No es nuestra intención analizar aquí en la extensión que se merece la concepción de la educación intercultural sino plantear su validez y evolución. Sobre su concepción puede verse: Galino y Escribano (1990), Jordán (1996), Consejo de Europa(1995),Bartolomé (coord) (1997), Jordán, Castella y Pinto, 2001 entre muchos otros.
[2] Esta situación, típica de Europa en general, no puede transportarse a la literatura norteamericana ni inglesa, donde el término intercultural no ha arraigado. En esos países, hablar de educación multicultural puede significar tanto adscribirse a un modelo compensatorio, a uno pluralista, al que valora y promueve la diferencia cultural o al que apuesta por un planteamiento crítico y antirracista. En Gran Bretaña se ha optado por añadir el término «antirracista» al multicultural cuando se escoge este último modelo, en tanto que en Estados Unidos se habla directamente de educación antirracista o de multiculturalismo teórico.
[3] A modo de ejemplo puede verse el programa elaborado por Sandín, (1998) dentro del GREDI, evaluado posteriormente por la misma autora y otros miembros del grupo (Bartolomé, Del Campo, Sandín y Sabariego. 2000; Sabariego 2001)
15 diciembre 2003