Formación en Educación Intercultural para asociaciones juveniles
LUZ MARTÍNEZ TEN, MARTINA TUTS
Editado por el Consejo de la Juventud de España en el año 2004 para apoyar la formación sobre educación intercultural en la juventud.
RESEÑA DE LA GUÍA Por Dolores Soler-Espiauba. Formadora de formadores. Bruselas.
Viene enriquecida esta obra por el prólogo del profesor Sami Naïr, que tanto hizo por la comunicación intercultural y por la comprensión entre los pueblos, prólogo en el que condena los nefastos prejuicios culturales, originados por la falsa representación que solemos hacernos de los países del Sur y aconseja a los países hasta ahora dominantes, que aprendan a mirarse con ojos ajenos, porque sus valores no son absolutos. Afirma igualmente que el futuro de los jóvenes está en una interculturalidad basada en la igualdad, tolerancia y solidaridad.
Analizamos aquí una obra que presenta pautas de trabajo muy claras y propuestas didácticas perfectamente adecuadas a los objetivos, ofreciéndonos al mismo tiempo un recorrido histórico relacionado con el tema de cada capítulo, todo ello dentro de un enfoque humanístico progresista.
Desde las primeras líneas insisten las autoras en los aspectos positivos de una educación no formal, entendiendo por este concepto aquella que se imparte de manera paralela y complementaria, en espacios no reglados y con una metodología flexible, todo lo cual permite una comunicación mucho más fluida que la que se establece en el seno de un programa cerrado.
Es igualmente deseo de las autoras dejar muy claras las fronteras entre los conceptos multiculturalidad, interculturalidad y educación intercultural, proponiéndonos como definición de esta última la acuñada por Auxiliadora Salas y Rafaela García (1997): «Un modelo educativo que propicia el enriquecimiento cultural de los ciudadanos, partiendo del reconocimiento y respeto a la diversidad, a través del intercambio y del diálogo, en la participación activa y cívica para el desarrollo de una sociedad democrática, basada en la igualdad, la tolerancia y la solidaridad»
A lo largo de este trabajo, las autoras utilizan interculturalidad al referirse a procesos relacionales y educativos, y multiculturalidad al describir la realidad de sociedades donde existen diversas culturas. Cuestionan, por otro lado, el término tolerancia, que implica una idea de condescendencia y de superioridad ideológica, proponiendo su substitución por justicia o respeto.
La obra reseñada consta de cinco capítulos, dedicados cada uno de ellos a un tema específico. Se respeta en todos el mismo esquema, bien estructurado, que hace convivir elementos históricos, económicos, culturales y didácticos, encaminados hacia un objetivo final de solidaridad y defensa de los Derechos Humanos.
En la primera parte del Primer Capítulo se definen las bases de la educación intercultural, aclarándose los objetivos generales y enumerando las características que debe reunir toda asociación intercultural juvenil:
- Democrática
- Atenta a cualquier discriminación
- Dispuesta a luchar contra el racismo
- Dispuesta al encuentro intercultural y a la integración
- Coeducativa y dialogante, abierta a la presencia de las mujeres en todos los aspectos de la organización.
Hemos encontrado ideas innovadoras en ciertas formulaciones, como la sustitución de «trabajar para las personas inmigrantes», por «trabajar conjuntamente». Se percibe así mismo la intención de apertura a la otredad en párrafos como el que sigue: «Vivimos en sociedades complejas donde distintos grupos interactúan en los mismos espacios, pero utilizando códigos y, a veces, valores diferentes. Esto hace que, en algunas ocasiones, surja el conflicto cultural. Para lograr la comunicación intercultural es preciso trazar puentes desde las diferentes perspectivas y encontrar significados comunes que permitan el diálogo y el encuentro». Se concede también una particular importancia a la noción de identidad que, según los autores «… depende cada vez más de un conjunto de factores -nacionalidad, etnicidad, clase social, género, etc- que pueden entrar en conflicto».
En la segunda parte del Primer Capítulo se presenta la planificación del trabajo propiamente didáctico y se dan una serie de indicaciones sobre el diseño del curso, el número de horas que puede abarcar, la disposición del espacio, la presentación de la persona docente al grupo y la presentación de las actividades.
Desean las autoras no utilizar con los participantes un lenguaje que califican de sexista, desdoblando cada vez, para conseguirlo, los géneros gramaticales: vosotras y vosotros, los y las participantes, o utilizando términos «neutros»: las personas inmigrantes, etc., ya que consideran que el lenguaje configura el pensamiento y que la ocultación de las mujeres en el mismo, da lugar a situaciones muy graves de discriminación.
En cuanto a la evaluación, esta debe formar parte integrante de cada sesión y efectuarse de manera continua, aconsejándose para el final del curso una reflexión más general.
El tema central del Capítulo Segundo son las Migraciones, con un detallado análisis de sus causas y de sus orígenes. Se nos presenta una breve, aunque clara, visión histórica, centrada en la doble experiencia española, y que desemboca en las medidas tomadas por la UE para lograr una «inmigración cero», política fracasada «ante los grandes desequilibrios económicos, culturales, demográficos y políticos que subsisten en una parte y otra de las grandes líneas de fractura del mundo contemporáneo» (C. Whitol de Wenden, 2000) (p.52). Se analiza más adelante la relación entre globalización e inmigración, con un interesante aporte de datos actuales. Las actividades propuestas nos parecen muy interesantes, favorecedoras de una reflexión tanto personal como de grupo.
El Capítulo Tercero nos sitúa en el mundo del nuevo racismo provocado por la inmigración. Se analiza en él el fenómeno racista a lo largo de la Historia y la formación de estereotipos y prejuicios que lo favorecen. Nos parece interesante la siguiente formulación de los autores: «Raza no es sólo un concepto de clasificación según rasgos biológicos, sino que es ante todo un concepto sociocultural, elaborado con el fin de definir identidades, valorar a los otros e inducir a la autopercepción de determinados grupos humanos». Y más adelante: «El racismo se produce por un proceso de socialización. En otras palabras: No es sólo una cuestión de actitudes y creencias, sino que debemos tener en cuenta las estructuras sociales y económicas subyacentes.»
A lo largo del capítulo se va canalizando el debate hacia racismo/inmigración, lo que llaman los sociólogos «racismo cotidiano», cuyos motivos principales son de orden económico, cultural y político. Religioso igualmente, ya que los autores aluden a la creciente islamofobia o estigmatización sistemática del inmigrante musulmán, dando como ejemplo «el hecho curioso de que en nuestro país son mejor aceptadas actualmente culturas orientales que la islámica, de la que somos herederos y con la que hemos convivido más de nueve siglos» (p.81). Una serie de ejemplos reales muy bien seleccionados pone en guardia a los jóvenes contra la fácil formación de prejuicios racistas a través de los estereotipos.
Las actividades de este capítulo nos parecen, una vez más, inteligentemente concebidas, presentando un marcado perfil humano.
En el Capítulo Cuarto analizan las autoras el Encuentro Cultural, mal llamado con frecuencia «choque cultural». Para ellos, «No hay choque cultural, sino problemas de convivencia» (p.101). Todo lo anterior nos lleva a la definición de cultura; los autores citan aquí la de Plog y Bates (1980): «Es el sistema de creencias, valores, costumbres, conductas y artefactos compartidos, que los miembros de una sociedad usan en interacción entre ellos mismos y que son transmitidos de generación en generación a través del aprendizaje». (p.102). Afirman, sin embargo que cada persona vive la cultura de forma diferente, aportando su visión particular, sus vivencias y sus experiencias. Y para demostrar que la experiencia del emigrante es doblemente enriquecedora, citan al profesor Andrés Tormos, de la Universidad de Comillas: «Los inmigrantes son grandes traductores de la vida, porque tienen que interpretar lo que ocurre en el país en que se establecen y a la vez son grandes camaleones, ya que intentan adaptarse a la nueva realidad» (p.104).
A lo largo del análisis de diversas corrientes culturales, observamos una clara crítica de nuestra sociedad occidental «que nunca ha sabido relacionarse con lo diferente, más que estigmatizándolo» (p.107). Se proponen una serie de iniciativas para un trabajo asociativo desde la interculturalidad y, entre las actividades propuestas, consideramos de gran interés la dedicada al lenguaje no verbal.
El Capítulo Quinto nos recuerda que los Derechos Humanos son universales, y que la Constitución Española dispone que los extranjeros gocen de los mismos derechos (excepto los políticos) que los ciudadanos españoles. La Ley de Extranjería estaría así en clara oposición con la Constitución en cuanto a la libertad de circulación y de asociación (p. 127). Encontramos aquí una historia bien documentada de los Derechos Humanos, hasta llegar a la creación de la ONU y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se hace referencia al trabajo de varias ONG, ACNUR, Amnistía Internacional y SOS Racismo.
Llegamos así al Sexto y último capítulo, dedicado a la mujer en el mundo de la inmigración. «Datos de Naciones Unidas revelan que las mujeres en el mundo aportan el 50% de la población y trabajan las dos terceras partes de todas las horas de trabajo, recibiendo sólo una décima parte de los ingresos y poseyendo menos del 1% de las propiedades» (p.151). Se dedican varias páginas a un análisis de la mujer en la inmigración, desde una perspectiva de género, doblemente discriminada, por ser mujer y por ser inmigrante, con una escolarización a menudo deficiente o nula, con trabajos peor remunerados y más vulnerables a la violencia y la explotación. Se presenta aquí el ranking de presencia de mujeres inmigrantes por países, analizando las causas de la emigración, con frecuencia las sociedades patriarcales de que provienen, y su aislamiento en guetos, buscando la protección del grupo.
Para las autoras, el desconocimiento de la lengua del país de acogida es una de las más graves causas de marginación, afirmando que, a pesar de los esfuerzos de alfabetización del voluntariado y las ONG, «la enseñanza de la lengua por profesionales a adultas inmigrantes brilla por su ausencia» (p.159).
La mujer inmigrante debe hacer el duelo (proceso de reorganización de la personalidad, cuando se ha perdido algo significativo para el sujeto), según su procedencia y cultura, de la familia, de los amigos, de la alimentación, forma de vestir, normas de cortesía, estatus, y someterse a menudo a riesgos físicos y morales o al control de las mafias. Se propone a los jóvenes al final de este interesante capítulo una serie de ideas para integrar a mujeres jóvenes inmigrantes, potenciar el diálogo y definir sus derechos frente a una visión del mundo androcéntrica. Se aconseja prescindir del término «sexo», substituyéndolo por «género», ya que este permite separar lo biológico de lo cultural y se aconseja una particular atención a la igualdad: igualdad de género, igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, igualdad de hecho.
Conclusión: La opinión que nos inspira este manual no puede ser más positiva. No solamente nos parece útil e indispensable para quienes se dedican a la formación de jóvenes en la educación intercultural, sino también para toda persona que se interese por los fenómenos migratorios, la multiculturalidad y la situación de la mujer, migrante o no, en el mundo actual. Ofrece la gran ventaja de estar presentado con una claridad meridiana y el mérito de haber sido concebido y escrito con una gran generosidad. Su lectura no sólo nos parece aconsejable para cursos de formación, sino para provocar la reflexión y ayudar a modificar muchos estereotipos y prejuicios.
Como dice Sami Naïr en su prólogo: Este libro es un libro de esperanza.
Fuente: Consejo de la Juventud de España
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