Shakespeare se instala en Vallecas
Buenas prácticas en la enseñanza de segundas lenguas
Si por casualidad uno abre la puerta de una de las clases de primero de primaria del colegio Tolosa Latour en pleno Vallecas (Madrid) se sorprende: «Hello, how are you today?» («Hola, ¿cómo estás hoy?»), preguntan niños de sólo seis años al visitante con un increíble acento británico.
En la pizarra alguien ha escrito: «Today is Wednesday, 26th of January, 2005» («Hoy es miércoles, 26 de enero de 2005»). Y cuando los chicos van al baño un cartel les recuerda lo que tiene que decir a la profesora: «Can I go to the toilet, please?» («¿Puedo ir al baño, por favor?»). Pero hay más. En la puerta de cada clase un letrero en la lengua de Shakespeare anuncia dónde se encuentra: Toilet (baño). Library (biblioteca). Staffroom (sala de personal). Teacher room (sala de profesores). Desde luego, a primera vista, es un colegio público distinto.
Efectivamente, el Tolosa Latoure es uno de los 26 centros que participa en el programa bilingüe de la Comunidad de Madrid que ha comenzado este curso. La idea es empezar a ofrecer un tercio de las asignaturas en inglés, siempre que no sea Lengua Castellana y Matemáticas en primero de primaria, y al próximo curso en segundo, y así sucesivamente. Esto supone que el equipo docente debe estar preparado para impartir su asignatura en este idioma. Han de tener un nivel alto. Si no, es imposible llevarlo a cabo. En ese colegio, por unas razones y por otras, ya había un nutrido grupo de profesoras con un nivel alto antes de comenzar el programa. Eso ha facilitado mucho las cosas.
Dolores Villalba es la directora del centro. «Desde que entré en el colegio he perseguido que los niños aprendan inglés. Sé por experiencia lo que supone mandar a tus hijos al extranjero para que lo aprenda y lo carísimo que resulta. El objetivo es que todos los alumnos, procedan de la clase social que procedan, puedan beneficiarse de una enseñanza bilingüe. Llevar un buen nivel de inglés desde primaria te abre las puertas en el futuro», señala.
El programa de la Comunidad de Madrid debe empezar a aplicarse desde primero de primaria, pero en este colegio el equipo docente intenta hacerlo extensivo, aprovechando los recursos, en cursos de infantil e incluso en segundo de primaria. «La implicación de los profesores y de la familia es fundamental. Y aquí no sólo cumplen, se exceden», cuenta la directora satisfecha.
Los alumnos de primero tienen una hora de inglés todos los días. En este idioma también se imparte Conocimiento del Medio, Educación Artística y Educación Física. Además, dos profesoras auxiliares escocesas dan conversación a los alumnos en grupos de cinco en cinco. Una coordinadora se encarga de gestionar el programa, de desarrollar actividades y estar al tanto de los recursos que hacen falta.
Como cada escuela que participa en el proyecto, el Tolosa Latoure, tiene un colegio gemelo en el Reino Unido. Con él se intercambian iniciativas y en el futuro incluso alumnos y profesores durante, por ejemplo, un curso escolar. En mayo pasado, las profesoras implicadas en la iniciativa participaron en un curso ofrecido por la Comunidad de Madrid para poner en marcha el proyecto y en julio invirtieron un mes de sus vacaciones para mejorar su nivel en el Reino Unido.
El libro de texto de Conocimiento del Medio está escrito en inglés. «Dar la clase en este idioma es más complicado. Los chicos no tienen problemas con las palabras, pero sí para entender algunos conceptos. El otro día me pasé un buen rato explicándoles la diferencia entre luz y sombra. Tuve que utilizar mucha mímica e incluso una linterna. Hacerlo en español hubiese resultado más fácil, pero la experiencia es increíble», señala Mara, una de las profesoras.
En clase de Educación Física, la profesora Mari Carmen, trata de acoplar los juegos al inglés. Ya saben cómo decir correr, levantarse, los números… La idea es que los niños distingan claramente lo que se imparte en español y lo que se hace en inglés. Incluso, que no sepan que los profesores que imparten clase en este idioma saben hablar en español. Muchos de los chicos ya se han soltado bastante. Como aquel que el otro día se acercó a la profesora y le soltó: «Taylor, me he encontrado una rubber in the playground» («Señorita, me he encontrado una goma de borrar en el patio»). «Y esta frase, ¿dónde lo habrá aprendido?», se sorprendió Mara.
Fuente: El País