¿Qué ocurre con la adaptación y el rendimiento académico de los alumnos, en un contexto educativo pluricultural?
Por Mª Inmaculada Ramírez, Francisco Herrera e Inmaculada Herrera. Universidad de Granada
1. INTRODUCCIÓN Y REVISIÓN TEÓRICA
Por desgracia, cada vez con mayor frecuencia, en nuestros centros escolares no es difícil observar a diario comportamientos discentes que hasta los menos expertos no dudarían en calificar como desadaptados. Por un sinfín de razones, nuestros alumnos parecen tener progresivamente mayores dificultades para su adaptación a este mundo tan complejo, donde los cambios se producen continuamente a velocidad de vértigo.
Y si, como la evidencia nos muestra, esto es así en los centros escolares que pudiéramos calificar de «normales», más o menos homogéneos y equilibrados en sus características constitutivas básicas fundamentales, qué ocurre, como es nuestro caso, en centros donde la pluriculturalidad es la nota singular común. Ése es nuestro interés; aunque, como no podía ser de otra manera, comenzaremos por realizar una breve revisión teórica al respecto.
La interpretación del continuum adaptación-inadaptación y su definición conceptual depende del enfoque hacia el que se quiera orientar: biológico, físico, psíquico y social; bien individualmente o en su conjunto.
Para tener una idea desde la perspectiva psicológica, que es la que aquí nos interesa, partimos del acuerdo con Hernández y Jiménez (1983, p. 27) en considerar la adaptación como un criterio operativo y funcional de la personalidad, en el sentido de que recoge la idea de ver hasta que punto los individuos logran estar satisfechos consigo mismos y si sus comportamientos son adecuados a los requerimientos de las distintas circunstancias en que tienen que vivir.
Un individuo puede tener una serie de características (personalidad) y puede estar más o menos ajustado (adaptación), constituyendo la propia adaptación una característica de la personalidad y siendo la personalidad la determinante de la adaptación. Ello significa que desde los rasgos de personalidad se puede predecir la adaptación y que desde ésta se puede definir la personalidad. Sin embargo, para efectos educativos y de intervención psicológica, nosotros preferimos manejar el concepto de adaptación, aunque dentro de ella existen diferentes rasgos de personalidad. Por otro lado, es preciso tener en cuenta a Quintana (1980, p. 14) cuando opina que la primera de las principales funciones sociales de la educación es la adaptación del individuo a las exigencias del grupo social. El individuo nace asocial («asocial» psicológicamente, aunque «social» antropológicamente; es decir, por el destino que le marca su naturaleza). Vivir es estar integrado en la sociedad; esta integración tiene sus exigencias: el individuo ha de aprenderlas, debe formarse los hábitos por ellas requeridos, y esos aprendizajes es la educación quien se los da. A esto lo llamamos socialización del individuo, que es un cometido, fundamentalmente, de la educación. Gracias a ella la sociedad incorpora a sí misma a sus nuevos miembros, perpetuando de este modo su existencia en el tiempo.
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