Proyecto de Capacitación en Tecnologías de la Información y la Comunicación para jóvenes indígenas
Por Verónica Castro
Puel Mapu We Dungvn
Están surgiendo nuevas formas de comunicarse
*Fotografía: Leonor Slavsky
Leonor Slavsky es licenciada en Ciencias Antropológicas y Master en Metodología de la Investigación y ha realizado estudios de posgrado en México, Brasil y Costa Rica. Especializada en temas de etnicidad y relaciones interétnicas, trabaja desde hace 20 años con pueblos indígenas de la Argentina. Actualmente es investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de la Secretaría de Cultura de la Nación, y coordina el Proyecto de Capacitación en Tecnologías de la Información y la Comunicación para jóvenes mapuches, financiamiento por el Instituto de Conectividad de las Américas de Canadá. Los pilares de este proyecto son el desarrollo de un sitio web con contenidos culturales mapuches elaborados por los propios mapuches, que estará on line en el mes octubre y se llamará Lof Digital («lof» en mapuche -o mapudungvn- significa comunidad); y un curso de capacitación en Nuevas Tecnologías para integrantes de distintas comunidades indígenas, que ya se encuentra en pleno funcionamiento, con alumnos de todas las edades.
En esta entrevista Leonor nos cuenta sobre el significado más amplio y el alcance total de este proyecto que, nos dice, «pretende mostrar que ha habido distintas maneras y formas de comunicación a lo largo del tiempo: la oral, las pinturas rupestres, la apropiación de la escritura y ahora la apropiación de la web, que es un soporte distinto para volver a mostrar su cultura».
-¿Cómo surge la idea del curso de Capacitación en Tecnologías de la Información y la Comunicación, destinado a las comunidades indígenas?
-Este curso forma parte de un proyecto más amplio de capacitación en tecnologías de la información y la comunicación para jóvenes mapuches. Es un proyecto que está realizando en Buenos Aires el Servicio Universitario Mundial, con el financiamiento del Instituto de Conectividad de las Américas, de Canadá, un organismo que depende del gobierno de ese país. El proyecto surge de una iniciativa de ellos, con la idea de colaborar en la extensión de la conectividad para los pueblos indígenas del continente. El proyecto tiene varios módulos que se realizan de manera conjunta. Uno de ellos es el desarrollo de una página web con contenidos culturales mapuches. Esto se está trabajando en dos localidades: en El Maitén, de Chubut (que está rodeada de comunidades indígenas importantes y antiguas como las de las localidades de Cushamen, Ñorquínco y Vuelta del Río); y en Bariloche que presenta unas características diferentes a las de El Maitén, donde las comunidades tienen características rurales. En Bariloche son mapuches fundamentalmente migrantes.
-¿Cómo ven las comunidades el hecho de tener una página, y qué utilidad les brinda, según su propia opinión?
-Nosotros pensamos que tiene una función doble, enmarcada siempre dentro del concepto de interculturalidad: la vinculación de las poblaciones mapuches con el resto de la sociedad argentina desde un lugar de relacionamiento entre iguales. Es decir que por un lado tiene la función de mostrar a la sociedad nacional cuáles son los contenidos culturales propios, y elaborados por los propios mapuche -no un trabajo de los antropólogos, de los historiadores- y mostrar a la sociedad en general cuáles son sus valores, sus tradiciones, su cultura, su economía, su organización social, su cosmovisión, etc. Y por otro lado sirve a los mapuches como una forma de reflexión sobre su propia cultura y sobre la apropiación de estas nuevas tecnologías usadas en la sociedad de hoy. Y al mismo tiempo que sirve para crear materiales educativos para ser distribuidos dentro de sus propias comunidades. Esto significa devolverle la voz a los propios actores sociales, que sean ellos los que hablen acerca de sí mismos y no que haya otros hablando sobre ellos y determinando qué es lo que es y lo que no es mapuche. También significa buscar la integración entre la cultura tradicional de los mapuches y elementos de la sociedad moderna, e ingresar de esa forma su cultura tradicional al mundo moderno desde un lugar que en la sociedad es visto como un lugar de prestigio: internet.
Es sacar a las comunidades del lugar de «los pobrecitos» que están en el campo y que tienen culturas que pertenecen al pasado para ponerlas en el lugar de que son cultura, son pueblos que están en condiciones, con su identidad, de proyectarse hacia el futuro. Daría la impresión de que cuando se habla de los pueblos indígenas no se ve la posibilidad de proyección hacia el futuro con sus propias identidades. Este proyecto lo que pretende mostrar es que ha habido distintas maneras y formas de comunicación a lo largo del tiempo: la oral, las pinturas rupestres, la apropiación de la escritura y ahora la apropiación de la web, que es un soporte distinto para volver a mostrar su cultura. También hay que reforzar la idea de los propios indígenas, que no está anclada en la idea de conservar la cultura del pasado de una manera inamovible, sino de mantener identidades que les permitan ir conservando lo que son e ingresar al mundo moderno como hombres modernos. Para poder lograr esto la idea es capacitar a jóvenes de los diferentes pueblos para que se apropien de las nuevas tecnologías y que ellos a su vez se trasformen en capacitadores de sus comunidades.
Uno de los elementos cruciales para el éxito de este proyecto es la conectividad en las comunidades, y lo cierto es que las comunidades no tienen conectividad. Entonces una de las cosas que creemos importante es que los indígenas empiecen a tomar conciencia de que esto también tiene que empezar a formar parte de sus demandas, y no sólo la tierra, la personalidad jurídica y la educación intercultural bilingüe. Es fundamental que la conectividad pase a formar parte de sus demandas porque es una herramienta valiosa para empezar a romper los cercos de aislamiento en los que se encuentran las comunidades indígenas y mucha población no indígena criolla que vive en el campo, y que aprendan a usar la web como un insumo para el desarrollo local.
-¿Cuáles son los contenidos hacia los que enfocará el portal?
-Una parte de los contenidos los está produciendo Ignacio Prafil -su nombre mapuche es Coike- oriundo de Río Negro, de Anekón Grande, en las cercanías de Ingeniero Jacobacci, en la línea sur de Río Negro-, y tienen que ver con los aspectos de la cosmovisión (Ad mapu) mapuche. La webmaster es Victoria Vidal . Cuando estuvimos trabajando con las comunidades en el sur, ellos recalcaron que querían trabajar fundamentalmente el tema de la cosmovisión porque sentían que era un elemento que les permitía identificarse a todos los mapuches, no importa de qué comunidad fueran o en qué provincia estuvieran, porque es el elemento denominador común básico de todas las comunidades. Habrá información sobre la cultura tradicional en sus aspectos de cosmovisión, de organización, de arte, de artesanías, de música y de historia, donde se relatan todos los cambios posteriores a la llamada «conquista del desierto», que produjeron la reubicación de los pueblos y la creación de las nuevas comunidades.
También una sección de material sobre la visión de la historia de la llegada del blanco («winca» en mapuche significa la persona que viene de lejos) desde el punto de vista de los mapuches, donde estarán publicados por ejemplo los contratos que se firmaron con el gobierno nacional y que no se cumplieron; en definitiva, una revisión histórica; también otra sección de novedades de las comunidades agrupadas bajo este proyecto (que sería la sección Well mapu), para que circulen entre ellos; un Glosario Mapudungvn-Español, entre otras.
-¿ Y no incluirán una sección donde los mapuches puedan mostrar u ofertar sus artesanías, su música o sus productos en general?
-Sí, no sólo sus productos sino también sus servicios. Por ejemplo, en Bariloche hay una comunidad que se llama Wiritray que está en la cabecera entre el lago Gutiérrez y el lago Mascardi, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, que organiza un camping. Se trata de un emprendimiento turístico en el cual se ofrece no sólo alojamiento a los turistas sino también una convivencia con la comunidad mapuche y la posibilidad de un aprendizaje de sus costumbres y tradiciones. También muchos artesanos pondrán sus productos en la web, y será producto de la dinámica de la página ver qué otras cuestiones se pueden ir incorporando allí.
-Volviendo al curso de Capacitación en Tecnologías de la Información y la Comunicación para Indígenas, ¿qué contenidos forman parte del programa y cuál es la modalidad didáctica?
-En un principio se planteó dar los conocimientos básicos para el manejo de Linux, pero el público que se anotó -40 personas de diversas edades, hay chicos desde 11 años hasta una señora de 60- en general no sabía nada de computación, entonces el profesor planteó que debía ser un curso para aprender a usar la computadora en general, en primer lugar, y luego seguir con la filosofía de Linux. El curso promueve el descubrimiento por los propios alumnos: se les propone que directamente se sienten en la computadora prueben e investiguen.
Asisten integrantes de distintas comunidades indígenas, vienen collas, aimaras, mapuches, guaraníes, calchaquíes, tobas, una muestra bastante grande.
-¿Aproximadamente cuántas personas de los pueblos originarios están viviendo en Buenos Aires?
-Los resultados del último censo ( 2004) muestran números sorprendentes: sobre cerca de 300.000 familias que se identificaron como indígenas en todo el país, casi 100.000 están en la provincia de Buenos Aires, y de ellas la gran mayoría en el Gran Buenos Aires. Es decir que casi el 40% de la población indígena del total del país está en la provincia de Buenos Aires; es un número altísimo.
-¿Cuáles son los motivos fundamentales por los que dejan sus comunidades?
-Depende del pueblo de que se trate, pero básicamente dejan sus lugares para venir a estudiar a Buenos Aires y por razones económicas. Hay pueblos que no suelen moverse del lugar en el que están, como los wichís, que están en la provincia de Salta, Formosa y Chaco, o como los pilagás del centro de Formosa: son pueblos más conservadores que tienen poca propensión a migrar. En cambio los guaraníes siempre han sido pueblos migrantes, por ejemplo. O los tobas, que también son propensos a migrar, se han ido desplazando hacia la provincia de Santa Fe y también a la provincia de Buenos Aires.
-Ahora están trabajando con el curso de informática, en breve lanzarán la página web con contenidos culturales mapuches. ¿Cómo seguirá el proyecto?
-La idea es que cuando termine este curso -en cuatro meses- veremos qué puede surgir de las propuestas de los jóvenes con relación al proyecto en su totalidad. La idea es que la página sea una página viva, que cuando culmine este proyecto quede alguna organización mapuche a cargo de su mantenimiento y activación. Y veremos de qué manera podemos institucionalizar la situación de los chicos que ahora están trabajando en el desarrollo de la página porque, por ejemplo, en Bariloche estamos trabajando con adolescentes que no están formando parte de una institución integrada, sino que están yendo por propia voluntad a hacer el curso en las aulas de la Universidad del Comahue, ya que tenemos un convenio con esa universidad y ellos se encargan también de dar capacitación. Es muy importante que los cursos se estén dando dentro de la Universidad, porque la idea es ir seleccionando a los chicos que tengan mayor interés y mayor capacidad para luego darles becas para que puedan seguir la carrera de Redes Informáticas. Y si no están interesados en ingresar en la carrera pero sí seguir trabajando en el tema, ver la posibilidad de que trabajen en el telecentro mapuche que quedará instalado en Bariloche.
En El Maitén la situación es distinta, porque la mayoría de los chicos mapuches están insertos en un núcleo institucional del colegio secundario Padre Urbano Salort, donde asiste un alto porcentaje de población mapuche. La gente de El Maitén, cuando llega a la zona urbana, en general tiende a dejar de identificarse como indígena, dicen: «nosotros somos descendientes de mapuches, no mapuches, los mapuches son los que están allá en Ñorquinko». Y nosotros creemos que la página que estamos desarrollando puede colaborar a que la gente tome conciencia de que entrar en la modernidad no significa que uno tenga que abandonar su propia identidad, que no son cosas incompatibles.
Testimonios de los protagonistas
Tomados en el aula del curso de Capacitación en Tecnologías de la Información y la Comunicación, que se realiza los viernes de 14 a 18 hs. en instalaciones del Instituto Nacional de Educación Tecnológica.
Jorgelina Duarte
-Yo tengo 28 años y soy de la comunidad Mbya guaraní de la provincia de Misiones. Sabía algo de computación antes de empezar, pero me pareció interesante empezar este curso, pensando siempre en mi comunidad, para transmitirles luego lo que yo aprenda acá, porque la idea general del curso fue esa: la de capacitarnos para que nosotros podamos llevar estos conocimientos a nuestras comunidades, que podamos ser futuros capacitadores. Es muy buena idea, aunque es como soñar demasiado, pero más allá de la figura de nosotros como capacitadores es importante que nosotros podamos tener un portal o una página en internet para dar a conocer algo de nuestra comunidad. El hecho de encontrarnos tan lejos en Misiones hace que disponer de conectividad sea muy interesante, también para seguir estudiando a distancia, por ejemplo. En general no hay acceso a la computadora ni a internet en nuestras comunidades, la gente se tiene que ir a otros pueblos, y entonces no usan casi las computadoras. Pero como hay muchos jóvenes que van a la escuela y saben leer y escribir será más fácil enseñarles computación a ellos, para que luego puedan tener la posibilidad de tener una página, por ejemplo, porque algunas escuelas a las que van los jóvenes en otros pueblos tienen computadoras.
Yo fui a una escuela dentro de mi comunidad -hasta segundo grado- que se llama Tamaduá, que significa «oso hormiguero». Después me fui a una escuela bilingüe pero que también está dentro de la comunidad, porque en Misiones hay comunidades que tienen escuelas bilingües dentro de la propia comunidad, para que los chicos no se tengan que ir fuera de la comunidad para aprender a leer y escribir. Aunque hasta ahora hay sólo escuelas primarias bilingües dentro de las comunidades de guaraníes, así que para el secundario me tuve que ir a estudiar a otro pueblo. El cambio fue un poco duro, porque dentro de la comunidad era más fácil: estás cerca, hablás el mismo idioma. Por ejemplo, la maestra que daba clases, si bien no era aborigen, vivía en la comunidad; entonces el trato era diferente, cuando vas a una escuela fuera de la comunidad la maestra no conoce la manera de vivir de los aborígenes.
Volviendo al tema pienso que la página no sólo nos puede servir para difundir nuestra cultura sino también puede ser útil como recurso económico. Por ejemplo, la comunidad guaraní se dedica mucho a la cestería, y podría mostrar sus productos en la página para poder vender en negocios de Buenos Aires. Nosotros ya hacemos eso pero no en la web, estamos en la feria en San Telmo. Hace cuatro años que estamos allí en el paseo de la calle San Juan y Defensa, vinimos de distintos pueblos: mapuches, collas, aimaras, tobas, diaguitas. Pero la feria no es sólo para los artesanos que están acá en Buenos Aires, sino también para hacer un emprendimiento comunitario. Si alguna vez, como muchas veces sucede, viene la gente del interior y trae artesanías para vender, también le hacemos el espacio.
Lo que me gustaría aclarar es que en la comunidad hay chicos que ya saben manejarse con las nuevas tecnologías -aunque no todos-; no es algo desconocido, como puede pensar mucha gente. Pero lo importante es que entiendan el significado más amplio de internet, que no es sólo para el entretenimiento sino que puede ser un recurso cultural y económico válido para nuestra comunidad, para comunicarse con jóvenes de otras partes del mundo y de otras comunidades o pueblos también, y no sólo para ir y jugar a los jueguitos en el locutorio. Porque los chicos, como en todos lados, juegan a los videojuegos, los chicos de la comunidad no son ajenos a eso, pero la diferencia es que no tienen un cíber en cada esquina.
Patricia Ranfijes
-Yo soy descendiente de diaguitas, del pueblo de Cafayate, Salta. Hice la primaria en una escuela pública de Cafayate y la secundaria la terminé en Buenos Aires. Nosotros ya no hablamos nuestro idioma, que fue el Ca Can: se perdió porque no quedaron registros, sólo lo que nos dejaron nuestros abuelos y abuelas. En realidad mis padres son de Jasimaná de Angastaco, y ellos sí se criaron en comunidad y hasta el día de hoy mi familia sigue viviendo allí, pero yo ya no, me fui al pueblo de Cafayate. Quise empezar el curso no para ser capacitadora, porque en este curso vamos a aprender cosas muy básicas, pero es un primer paso, una base importante de conocimientos. Para mí aprender nuevas tecnologías es importante en todo sentido, es estar inserto en la sociedad de hoy. Lo lindo también de este curso es que puedo saber e intercambiar conversaciones con otras comunidades.
María Esther Ramírez
-Yo soy toba y vivo en comunidad en Berazategui. Nosotros mismos la formamos, pero no en el monte, estamos en la provincia de Buenos Aires. Mucha gente piensa, cuando uno dice que es aborigen, que vivimos en la selva, y la realidad es que hay muchos pueblos originarios viviendo acá en Buenos Aires y por eso también se hizo este curso. Nosotros nos reunimos y tratamos de no perder nuestra cultura y nuestra lengua toba. Nuestros hijos van a escuelas públicas que no son bilingües, entonces nosotros tratamos de incentivarlos para que no pierdan su lengua. A nosotros el curso nos viene muy bien porque hemos emigrado de nuestras tierras, de Formosa -por razones económicas- y somos una familia muy grande y además somos de tener muchos hijos: yo tengo doce. Con mis cincuenta años mis conocimientos de la computadora son básicos, pero a mis hijos -que también vienen al curso- les van a servir mucho las nuevas tecnologías para ayudar a nuestra gente. No sólo la que vive acá sino la que está en el interior, para conectarnos con ellos y para que ellos sigan nuestro camino, porque hoy en día sin saber de internet y las nuevas tecnologías es imposible ni siquiera conseguir un trabajo. Yo no me animaba a venir, pero finalmente me animé y acá estoy, y como soy presidenta de una comunidad estoy tratando con trabajo siempre, y me conecto con gente para pasarnos información, etc., y en este sentido internet es buenísimo, yo tenía que depender de mis compañeros y ahora ya no.
Pablo Martínez López -«Fidel», el profesor del curso
-Mi intención en un principio -en función de algunos parámetros que me dieron los coordinadores antes de empezar, que iba a venir gente de entre 18 y 25 años, todos con conocimientos de Windows y manejo de computadoras-era mostrarles el aspecto técnico del Linux. Dado que suponíamos que ya conocían Windows, lo que había que hacer era trasladar los conceptos de Windows a Linux y luego tratar de profundizar en los aspectos técnicos de Linux y en los aspectos filosóficos del software libre y de todas las comunidades abiertas que se están planteando alrededor de eso. Pero cuando llego al curso me doy cuenta de que el panorama era distinto, no solamente que el rango de edad iba de los 11 años a los 60, sino que los conocimientos previos en la mayoría de los casos eran nulos. Entonces cambié el énfasis: en vez de ir por el conocimiento técnico, empecé haciendo énfasis en la parte de usabilidad y de interfaces y bajé mis expectativas de que los alumnos salieran conociendo el interior de Linux a que supieran manejar bien, en principio, la computadora con Linux.
Para mí la experiencia es fantástica; es un grupo muy abierto que cada vez se va soltando más. Algo que me sorprendió es que una de las alumnas, que tiene 11 años, que es la más chica, al contrario de mis hipótesis previas es la que más rápido aprende, me ha sorprendido más de una vez. Por ejemplo el otro día hablé de los Creative Commons y ella dijo: «ah sí, lo leí en el diario». Ahora la tomo a ella un poco como parámetro, si explico algo y ella no lo entiende entonces ya sé que el resto tampoco lo va a entender. Los chicos nacieron con la computadora.
-¿Qué es lo que más les interesa a ellos? Porque más allá de los conocimientos técnicos hay un proyecto de utilizar las nuevas tecnologías a favor de sus propias comunidades. En el curso, ¿abordan el tema, se plantean alternativas para eso?
-Sí, lo que viene ocurriendo es que estamos en las clases iniciales y fuimos viendo todo lo referente a los aspectos filosóficos: el planteo económico de posesión de software contrapuesto al modelo privativo, en el que se tiene una licencia de uso de una vez en una máquina y nada más, y otros temas. Ellos se muestran muy interesados por las implicancias sociales que tiene el software libre en cuanto a la formación de comunidades, y por todas las ventajas que las nuevas concepciones que la tecnología nos están brindando respecto de la construcción social a partir del software.
Fuente: educ.ar/Lista Interculturalidad