El corazón de América. Un viaje por Paraguay
Fotoreportaje de un viaje al Paraguay, con música tradicional y textos en guaraní. Sin duda una buena oportunidad para trabajar en el aula la historia de América.
Desde que supuestamente se «descubrió» hace unos 460 años, no ha dejado de ser el país menos conocido de toda Sudamérica. Esto ya se explica cuando miramos el mapa de Sudamérica: SAmerica_95_kljunto con Bolivia el Paraguay es el país más aislado de todo el continente. El país que se ha tildado muchas veces de isla sin mar no tiene ningún acceso directo al mar. Sin embargo, el aislamiento ha sido también el resultado de una larga secuela de dictaduras, de una historia de silencios impuestos, de la dependencia y del subdesarrollo. Una forma más positiva de captar la esencia del Paraguay es conferirle la calidad de corazón de América, como lo hace la Dirección general de Turismo para despertar el interés de los turistas extranjeros. Si ahora la llegada en avión o autobús ya no es difícil, durante siglos la única vía de acceso fue el río Paraná, por el cual – tras varios días de viaje sobre unos 1200 km – se llegaba hasta Asunción desde el Río de la Plata y Buenos Aires.
Los ríos y el agua son un elemento muy importante en la geografía e incluso la cultura paraguaya. Río Paraguay
Un indicio de ello es el nombre del país que en la lengua nacional, el guaraní, significa agua como el mar. (y = agua). El nombre de paragua-y se refiere a la bahía de Asunción, una especie de lago que forma el río Paraguay a la altura de la capital.
Los tres grandes ríos constityen las principales fronteras del país: 1° el Paraná, que lo separa de la Argentina y el Brasil al Sur y al Este. En el mapa vemos como en dos lugares forma unos pantanos inmensos: son las dos centrales hidroeléctricas de Itaipu y de Jasyretã, que están entre los mayores del mundo y que hacen pensar que el Paraguay, por la mera abundancia del agua, podría ser un país muy rico.
2° el río Pilcomayo ( pillquy, «revolcar») forma el límite con la Argentina al sudoeste. Su nombre en quechua (la lengua de los incas) es un indicio de que históricamente el Paraguay interesaba a los europeos principalmente como posible vía de acceso a las legendarias riquezas en plata y oro del imperio incaico, esperanzas que al fin y al cabo quedaron frustradas.
El verdadero eje del país lo forma el río Paraguay. También marca la frontera con Brasil y Bolivia al Norte y la Argentina al sur, pero igualmente separa el país en dos mitades muy desiguales, que, por cierto, en cuanto a su superficie corresponden más o menos a la de Alemania occidental y oriental: Al oeste encontramos el Chaco, que tradicionalmente está muy poco poblado, debido a las condiciones tan inhóspitas del clima y del suelo. Las precipitaciones son muy escasas y las temperaturas exceden con facilidad los 40° en verano y pueden descender bajo 0° en invierno. La región oriental, donde vive más del 90 % de los aproximadamente 5 millones de paraguayos, está en cambio caracterizada por la abundancia del agua, suelos más fértiles y condiciones climáticas que favorecen una copiosa vegetación.
Estas circunstancias físico-geográficas se reflejan también en la estructura demográfica administrativa que representa el mapa político:Paraguay – Mapa político ’98
Vemos que la gran mayoría de las ciudades, 14 de los 18 departamentos y casi todas las carreteras asfaltadas se sitúan en la región oriental, e incluso allí la densidad de la población disminuye cuanto más uno se aleja de la capital asuncena.
Aunque ignorado por el mundo y aun por los que creen tener un interés por Latinoamérica, el Paraguay es un país que permite estudiar en forma modélica muchos fenómenos de la historia del subcontinente. Uno de ellos es el avance de la llamada civilización que aquí todavía está en pleno desarrollo. Si en los años 50 el país dispuso sólo de unos 100 km de carreteras asfaltadas, hoy ya son casi 3000 (poquísimo si tenemos en cuenta que el país tiene el tamaño de Alemania con 656.074 km, de los cuales 11.500 corresponden a autopistas).