Cultura Libre: el caso brasileño
Gilberto Gil
El Ministro brasileño de cultura, Gilberto Gil, ha viajado a Barcelona invitado por el Gobierno de la Generalitat para participar en el Congreso Global de Internet. Este es el texto íntegro de su discurso.
“Todos aquí saben que soy un defensor, y más que un defensor, un practicante, un usuario, un entusiasta, del software libre”…
En una era hoy remota, en que llamábamos los ordenadores de cerebros electrónicos, yo cantaba en una composición mía que ellos hacían casi todo. Temíamos tal vez un fantasioso dominio de las máquinas y de la racionalidad sobre nuestros sueños y fantasías. Yo resaltaba que ellos eran mudos, no andaban, no tenían sentimientos, pero aún temíamos que tenga convivir con un mundo geométrico de formas y emociones en la fría y distante noche de los números.
Hoy, aquí, en este congreso internacional de la Internet, percibimos con felicidad que avanzamos contra los descaminhos del sentido histórico, como decía Nietzche, contra el desmedido gusto por el proceso – en detrimento del ser y de la vida – contra el insensato desplazamiento de todas las perspectivas. Contrariamente a todos nuestros miedos de que seamos engullidos por las máquinas, vislumbramos en los avances de las tecnologías digitales, especialmente en internet, posibilidades de un mundo más rico en las relaçöes humanas, más rico en la preservaçäo de las diversidades culturales, más rico en la democratizaçäo del conocimiento y más transparentemente ético.
La ciudadanía conquistó victorias sobre la centralización tecnológica. Los libertarios del cyberespaço pasaron a operar como línea evolutiva en el proceso de la construcción de nuevas soluciones. La comprensión de las convergencias tecnológicas digitales como fuente de mayor probable libertad y unificación de la humanidad encuentra aliado en las profecías alvissareiras de la nueva demografía: Por un lado, más gente, más masa crítica afectivo/intelectual, más anhelo virtual, más compromiso colectivo y mutuo, más vigilancia consensual.
Por otro, más velocidad digital, mayor posibilidad de accesos, mayor comunicabilidade, mayor movilidad, mayor abrangência cultural, co-responsabilidad amplia.
Llegamos aquí porque militantes de la contracultura pasaron a ver en el ordenador un instrumento revolucionario de transformación social y cultural. O sea, lo que vemos hoy en el mundo, en la dimensión informática, digital, tiene su punto de partida en el movimiento libertario de la contracultura. Nada más natural, por lo tanto, de esa perspectiva político-cultural, que la movimentación en favor del software libre, de la inclusión digital, de una política pública de banda ancha, de los instrumentos de realización de las redes virtuales y remotas, de la aceleración y multiplicación de cambios y de las formas más intensas, más radicales, más innovadoras de ejercicio de libertad de pensamiento, de expresión y de creación.
La revolución digital nos colocó frente a algunas paradojas. Uno de esas paradojas es la convivencia cotidiana entre el más arcaico discurso político, de más bizantina forma y limitado acceso a los contenidos, de más antigua y superada agenda, y las formas contemporáneas de acceso interactivo e instantáneo la prácticamente todo el conocimiento humano.
Vivimos un momento de volcada de paradigma, el punto de mutaçäo. Vivimos entre el analógico y el digital, entre (la hoz y el martillo) y los flujos virtuales. Hay espacio y probablemente sentido en todo eso, tal vez porque el impulso básico del cambio, de la transformación y del adelanto esté, o haya estado, un día, en la génesis de todos los movimientos de contestación de la orden y de construcción de nuevas órdenes. El impulso fundamental de superación, de aventura y de peregrinación que se hizo y se hace presente en cada paso delante de la humanidad.
Todos aquí saben que soy un defensor, y más que un defensor, un practicante, un usuario, un entusiasta, del software libre, de los instrumentos de realización de redes virtuales y remotas, de los programas de inclusión digital, de la aceleración y de la multiplicación de cambios y de las formas más intensas, más radicales, más innovadoras de ejercicio de la libertad de pensamiento, de expresión y de creación.
Todos sabemos que la erradicación de la pobreza y la inclusión social están entre las más altas prioriadades del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Creemos que las nuevas tecnologías de información y comunicaciones son, en Brasil, instrumentos indispensables en la búsqueda del desarrollo cultural, social y económico.
Cultura y desarrollo son conceptos y procesos necesariamente interligados. El gran economista Celso Furtado, ex-ministro de la Cultura de Brasil, decía que desarrollo requiere invención y se constituye en acción cultural. Todas las innovaciones son elementos culturales. Todo conocimiento, que es la llave de la economía contemporánea, es cultural.
Hoy se encuentra definitivamente pinchazo en la agenda internacional el debate sobre el papel de las tecnologías. Se consagra la noción de que la evolución tecnológica no se justifica por sí sólo: debe darse en beneficio del bienestar de los pueblos y del desarrollo de los países.
En angosta colaboración con organizaciones de la sociedad civil y compañeros del sector privado, el gobierno brasileño, al largo de los últimos tres años y medio, desarrolla importantes iniciativas en el área de inclusión digital. Se destacan lo Casa Brasil (programas de telecentros comunitarios dirigidos la poblaciones marginalizadas) y el Gesac – Gobierno Electrónico/Servicio de Atención al Ciudadano (proyecto basado en acceso en banda ancha vía satélite, vuelto hacia poblaciones en zonas remotas). El programa del PC Para Todos que ja viene con software libre de fabrica, a precios populares y que incrementó la venta de ordenadores en Brasil en un 40%. Brasil fue escogido para ser uno de los paises implementadores del programa Computador de 100 dolares de Nicolas Negroponte. Además de eso, el joven hacker brasileño Marcelo Tossatti fue contratado como el mantenedor del kernel (y por lo tanto del corazón) de este programa innovador.
País en desarrollo de dimensiones continentales, con importante contingente de excluidos digitales, Brasil necesita recoger productos innovadores y valorar soluciones tecnológicas basadas en modelos alternativos de licenciamento y en plataformas abiertas. Brasil posee hoy cerca de 30 millones de personas con acceso al ordenador; lo que significa, en una población de 170 millones, un largo camino a recorrer.
El “software” libre y abierto es económico, cojo y permite el desarrollo colaborativo, el reparto del conocimiento y la autonomía tecnológica. Es alternativa esencial para países en desarrollo que, como Brasil, luchan con escasez de recursos para la políticas públicas prioritarias de inclusión y autonomía digital. Las ventajas del “software” libre son numerosas, variando de la reducción de costes a la generación de empleos. La Cúpula Mundial sobre la Sociedad de la Información, al incluir, quiere en los documentos de Ginebra, quiere nos de Túnis, el “software” libre y abierto, reconoce la importancia de un instrumento de eficacia indiscutible en la reducción del hiato digital entre países desarrollados y en desarrollo.
Brasil acumula experiencia importante en el desarrollo de softwares “” libres y de código abierto, que ha dividido con otros países de África y de América Latina, con los cuales desarrolla programas de cooperación para la inclusión digital, sobre todo en el campo de la educación y cultura. La Cúpula de Sociedad de la Información trajo a la discusión el acceso de los países en desarrollo a los mecanismos de decisión capaces de influenciar el avance tecnológico y el desarrollo de la Internet. Por motivos históricos, la infraestructura y los sistemas céntricos de funcionamiento de la Internet no son gestionados en consonancia con los principios de multilateralismo, transparencia y democracia. Internet tiene hoy capilaridad mundial; su gestión, sin embargo, aún está lejos de ser transparente e inclusiva. La Cúpula de Sociedad de la Información contribuyó para reavaliar tal situación, al incorporar, de manera irreversible, en la agenda internacional, el tema de la gobernación de la Internet. Brasil tiene satisfacción de haber actuado activamente para ese resultado, trabalhndo por una regulaçäo que garantice la mayor libertad possivel para internet y los internautas.
Trabamos, en este comienzo de siglo, de más importante, y también de más interesante, y de más actual de las batallas políticas. La batalla provocada por el fantástico desarrollo de las tecnologías digitales. Claro que hay una revolución francesa, o varias revoluciones francesas, a hacer en el planeta, sea dentro de los países, sea en el comercio internacional. Aún nos hacemos frente no sólo con discursos del Siglo 19, pero también con realidades del Siglo 19. Pero no podemos secundarizar el presente. Y el futuro. Por cuenta de la convergencia de las tecnologías, un fenómeno digital, Todas las cuestiones vitales para el desarrollo de la humanidad convergiram para campos comunes, sobrepuestos. Todos los fórums internacionales tratan de prácticamente todas las cuestiones. Ya no existen las fronteras claras del mundo analógico. Derechos de Autor, patentes, desempleo, acceso al conocimiento, diversidad cultural, privacidad,seguridad, salud, hambre… finalmente todas las cuestiones están siendo discutidas en todos los fórums.
Se trata, como dijo, de la más importante, y también de la más interesante, y de más actual de las batallas políticas, de la economía y de la vida social.Este escenario puede significar un cambio en las formas de producción y difusión de la subjetividad humana capaz de transformar inclusive los conceptos de civilización y desarrollo que usamos actualmente. Puede haber impacto más profundo, y más libertario, que este? Estoy hablando de la construcción de territorios amplios y perennes, y no sólo temporales, de igualdad y pluralidad.
El más fascinante es que este movimiento, esta marcha de las multitudes contemporáneas globales, un movimiento que asume formas varias, con banderas varias, surgió de la propia sociedad, de individuos que se asocian en progresión cuántica, a través de redes propias, y no de las empresas, de los partidos, de los sindicatos, finalmente, de los medios tradicionales de representación y de articulación. Eso implica un cambio estructural, no solamente en el contenido, pero en la forma y en el proceso, que se refleja en lo que se dice, en lo que se propone, y también en como se dice, como se conecta. El trabajo está cambiando radicalmente, y también el modo como se piensa, como se crea, como se ama, como se intercambia y como se gobierna. Y todo eso ha ocurrido de manera descentralizada y amplia. Se trata de la resultante del trabajo individual y colectivo de gente con intereses, visiones y equipajes culturales diferentes, que decidió trabajar, algunas veces de gracia, volviendo a crear el sentido de la palabra trabajo, para que más y más personas, en el mundo entero, háganse pilotos de sus propios destinos y realicen su potencial humano, sea en la convivencia, sea en la producción, sea en la creación. Se trata de reparto, en última instancia una revolución ética.
Ya tenemos en Brasil, una vasta experiencia acumulada en el campo del software libre, de la inclusión digital y de la constitución de territorios autónomos y articulados de reflexión, producción y difusión cultural. Hay miles de proyectos, prototipos, redes e incluso una producción académica significativa. Ahora, esta amplia movilización de inteligencias y sensibilidades desemboca en el propio gobierno.
He ahí otro aspecto fascinante de lo que estamos vivenciando. El gobierno federal brasileño, y también algunos gobiernos locales, como los gobiernos de dos ciudades del estado de Río de Janeiro, los gobiernos de Nova Iguaçu y de Piraí,que abrazaron la causa, transformando la cultura digital, las prácticas digitales, las conexiones digitales libres, en una de sus políticas estratégicas. En el MinC estamos desarrollando un laboratorio de conocimientos libres, coordinado por Cláudio Prado y articuladores de varios grupos de la sociedad civil, responsable por la dimensión de cultura digital en los puntos de cultura, un proyecto que lleva tecnología del siglo 21 para comunidades que aún están viviendo realidades del siglo 19. Capacitamos estas comunidades en el uso de multimedia en software libre para que puedan interaccionar de forma llena en todas las formas que internet posibilita. Texto – hipder-texto, imagen gráfica, sonido-música, vídeo y programación de software. Recogemos ayudarlos a que sean autónomos en tecnología digital. Para que no dependan de gobiernos y de nadie. Estamos aprendiendo, nosotros el gobierno, a trabajar con la sociedad civil.
Individuos y colectividades de regiones remotas y aisladas están descubriendo el ciberespacio como un nuevo territorio que cambia la noción geográfica del “centro del mundo” ofreciendo real oportunidad de una vida “glocal”: una convivencia saludable entre la globalizaçäo del conocimiento y de los accesos a la información y el fortalecimiento y fijación de la extraordinariamente rica vida cultural local. En esta dimensäo estamos viendo, en los puntos de cultura, la cultura digital como herramienta capaz de revertir la muerte de la diversidad cultural.
El indio en la amazonia que produce cestas puede comunicarse y ser visto trabajando por personas de cualquier lugar del mundo y puede vender sus cestas de paja directamente a quien está interesado en la calidad de su trabajo. Esta transacción comercial elimina una docena de intermediarios y eso puede significar para el indio ganar 100 veces lo que gana hoy y el comprador pagar decenas de veces menos. Eso valora su trabajo no sólo en la dimensión simbólica pero en la dimensión financiera. Una revolución extraordinaria. Las propias iniciativas de la sociedad, del tercer sector, se encuentran hoy en nuevo nivel, más amadurecidas, más consistentes.
Es con alegría, por lo tanto, que debemos saludar las experiencias de inclusión digital, de adopción del software libre y de cambio del concepto (y de la gestión) de la creación intelectual, así como los debates sobre el impacto de la revolución digital en todos los campos.
Pienso, por ejemplo, en la cuestión de los derechos conexos, con las nuevas formas de licenciamento y gestión de contenidos, a ejemplo del movimiento Creative Commons, que abre perspectivas enteramente nuevas para creadores y fruidores de arte y entretenimiento, formas oxigenadas, no-corporativas, progresistas mismo, en temas históricamente aprisionados por la ortodoxia analógica reaccionaria.
Brasil puede y debe aprovechar este contexto favorable, en que más y más personas se despiertan para los desafíos que los nuevos mass media y las viejas injusticias nos colocan, en que el propio gobierno incorpora el software libre y lo que él representa como prioridad, para emprender pasos concretos en el sentido de la ampliación de los territorios de inclusión digital, de igualdad digital, de justicia digital.
No se trata, como yo dijo, de un movimiento “anti”, pero de un movimiento “pro”, o sea, a favor de la valorización y de la diseminación de una nueva ciudadanía global, de la capacidad de autodeterminación de las personas, de nuevas formas de interacción y articulación, de la libertad real de producción y difusión de la subjetividad, de la búsqueda del saber, de la información, del ejercicio de la sensibilidad y de la colectividad.
Pienso en un amplio movimiento nacional e internacional para la diseminación de la cultura libre a través del software libre, por el abaratamiento del hardware, por la construcción de redes y territorios autónomos de conexión entre personas y grupos, por la implantación de espacios públicos de acceso wi-fi a la Internet, por la globalización del conocimiento y del arte, por la defensa de la diversidad cultural y por la libertad de los cambios múltiples. Finalmente, trabajamos por una política pública de banda ancha y autonomía digital del ciudadano y de las comunidades.
Un movimiento, finalmente, por la diseminación de la ética hacker, que no se confunde con las acciones de los crackers. Vosotros saben que hay en el planeta una comunidad, una cultura compartida, de programadores, investigadores, creadores y pensadores, cuya historia remonta a los primeros experimentos de minicomputadores, y que permitió la creación de la Internet y de varias experiencias de cambio. Esta comunidad, esta cultura, ya no se restringe al software. La postura hacker, una postura humanista, que recoge la construcción de la nueva ciudadanía de la sociedad de la información, esta postura está presente hoy en la música, en el mass media, en las ciencias humanas, en los proyectos sociales y en los gobiernos, constituyendo una forma actual y transformadora de ver el mundo, de encarar los desafíos del presente.
Hackers crean, innovan, investigan, ensanchan y profundizan el saber. Resuelven problemas y tienen una creencia radical en el reparto de informaciones y experiencias. Ejercitan la libertad y la ayuda mutua y voluntaria. Nuestra convocatoria global debe llevar este espíritu a todas las dimensiones posibles de la vida humana, en especial a las acciones de inclusión digital y generación de renta, empleo y ciudadanía.
Yo, Gilberto Gil, ciudadano brasileño y ciudadano del mundo, ministro de la cultura del gobierno brasileño, músico, trabajo en el ministerio y en la música, en todos que los hagas y que pienses que forman mi existencia, bajo la inspiración de la ética hacker, preocupado con las cuestiones que nuestro mundo y nuestro tiempo nos colocan, y sus paradojas, sus contradicciones, sus virtudes y sus posibilidades.
En una de mis primeras intervenciones públicas como ministro, dijo que el Ministerio de la Cultura pasaría a ser el espacio de la experimentación, el territorio de la creatividad y de la invención, el escenario de los lenguajes innovadores y de las acciones transformadoras, un signo vivo de aventura y osadía. Así ha sido. Así será.
Tenemos que tener en mente la noción de que vivimos en un estado de flujo, y que cualquier tentativa de interrumpirse el proceso que se inició con la revolución tecnólogica será vanamente.
La ciberestrada pela cual viajamos hoy se hace cada vez más el camino de la transformación, de la inclusión, de posibilidades enriquecedoras del pensar y del hacer humanos.Aquí estamos recogiendo asociaciones, reparto, queriendo aprender con lo que vosotros y ofreciendo nuestra experiencia del desarrollo local a través del uso de las tecnologías digitales en los puntos de cultura como un laboratorio de experimentaciones de nuevas formas de autonomía local.
Mi presencia aquí en la Catalunya, celebra la fantástica batalla por la cultura local que aquí se desenrolla hace siglos. Símbolo de la valorizaçäo de la diversidad como valor cultural de la mayor importancia. Celebra también el movimiento de las comunidades autónomas de España en desarrollar políticas públicas en que el conocimiento de todos los saberes sean un derecho de la sociedad. Celebra la lucha por la cultura libre que aquí y en Brasil priorizamos de forma consciente.
Traducción al castellano localizada en el Blog de Juantomás García