La comunidad gitana es sólo «parcialmente consciente» de su discriminación
Informe “Discriminación y comunidad gitana” de la Fundación Secretariado Gitano
Los estudios sociales sobre el colectivo gitano llegan casi siempre a una misma conclusión: la situación de exclusión y discriminación en que vive. Pero el problema va más a fondo cuando se tiene en cuenta que la comunidad gitana es sólo parcialmente consciente de la vulneración de la igualdad de trato.
Según el último informe presentado por la Fundación Secretariado Gitano (FSG) “Discriminación y comunidad gitana”, en muchas ocasiones estas prácticas pueden llegar a ser asumidas por el mismo colectivo como «normales», es decir, como naturales e inevitables.
Un hecho que empeora cuando se agrega que usualmente la comunidad gitana desconoce los medios disponibles para defender sus derechos y tiene miedo a las represalias y la desconfianza institucional, lo cual frena a las víctimas a la hora de denunciar la discriminación.
Y es que el informe del FSG concluye que «existe una importante brecha entre la normativa anti-discriminación y la práctica institucional» que permite que las minorías étnicas sigan sufriendo prácticas discriminatorias en numerosos ámbitos sociales que interrumpen el ejercicio pleno de su ciudadanía.
Seguridad insuficiente
A pesar de los avances introducidos por las legislaciones española y europea, el estudio indica que es “insuficiente” la existencia de un marco jurídico adecuado para combatir la discriminación, si no se adoptan otras medidas adicionales.
La comunidad gitana es uno de los grupos peor valorados socialmente y continúa siendo víctima de una discriminación histórica en ámbitos esenciales como el empleo, la educación, la vivienda, la salud o la justicia, lo que incide sensiblemente en una menor calidad de vida y ejercicio de los derechos ciudadanos.
Según el informe, “la discriminación se manifiesta principalmente en la existencia de barreras en el acceso y disfrute de los derechos y prestaciones, así como en lo que la Directiva 2000/43/CE define como acoso por motivos raciales o étnicos”.
Discriminación directa
Otra de las conclusiones a la que llega el estudio, tras el análisis de datos recogidos de la experiencia práctica, es que persisten «graves manifestaciones de discriminación directa» que, en numerosas ocasiones, vulneran, además, el derecho al honor y la dignidad de las víctimas.
Asimismo, constata la existencia de una “grave discriminación estructural de carácter indirecto”, especialmente en el ámbito público, que coloca en situación de desventaja a los miembros de la comunidad gitana en su conjunto, y es difícilmente computable en términos de denuncias individuales.
Las prácticas discriminatorias, directas e indirectas, se manifiestan -a juicio de la FSG- «tanto en la esfera privada como pública», siendo especialmente «graves y significantes» en este último ámbito, donde el derecho a la igualdad de trato debería contar con una especial protección.
Canal Solidario-One World 2006