Un educador casa por casa. El IES Virgen del Remedio de Alicante premiado por la integración de las madres inmigrantes
Por Ezequiel Moltó
«Aquí nos miramos a los ojos, no importa el color de la piel» admite Souad Kchitil mediadora intercultural en el IES Virgen del Remedio de Alicante. En el patio se oyen decenas de idiomas distintos mientras corretean alumnos procedentes de 30 países diferentes. Es un crisol de culturas y tradiciones en el que el profesorado lleva más de siete años trabajando por la integración del alumno inmigrante, pese a las escasas ayudas públicas.
El programa Integra’t ha sido galardonado por el Ministerio de Educación, junto con otros programas de colegios de Níjar (Almería), Zaragoza y Madrid. La profesora Ana Cristina Baidal explica que el secreto es «lograr un clima de convivencia, no se trata de combatir, sino de prevenir». Y para ello, en este instituto con un 25% de alumnado inmigrante, la comunidad educativa se implicó voluntariamente en este proyecto de educación intercultural.
Una tarde a la semana unas 30 madres acuden tres horas para aprender castellano y solventar cuestiones burocráticas, sanitarias o de educación. Souad Kchitil, de 29 años, española de origen marroquí reconoce: «Muchas mujeres llevan ocho años aquí y no hablan castellano, apenas salen de casa», explica sobre las madres, fundamentalmente árabes. «Al principio muchos padres venían a por ellas al aula, no se fiaban de lo que hacían en clase», recuerda. Y cuando no van, los mediadores llaman a casa para implicar a los padres en la educación de sus hijos. «Con las familias árabes debo demostrar que soy perfecta, buena y no voy a estropear a sus hijos, tened en cuenta que soy una mujer joven hablando a un varón mayor sobre qué debe hacer con su hijo», explica Kchitil, que intenta conseguir la confianza de estos padres cuya aspiración única, en muchos casos, es que sus hijos sepan escribir, leer y contar para poder vender en el mercadillo.
El objetivo de los profesores es evitar el fracaso escolar y que los niños completen su formación básica. «Siempre que hay fracaso es que algo falla, la familia, el dinero, las relaciones…», asegura la mediadora, que ha lidiado en un caso para evitar el matrimonio de una chica de 16 años antes de que terminara sus estudios. «Muchas vienen con sus hijos pequeños, y tenemos una guardería de hermanas, que son alumnas del centro, que cuidan a sus hermanos mientras su madre aprende a leer y escribir», explica Kchitil. Su compañero, Maurilio Bianchi, mediador socioeducativo, se encarga más del alumnado latinoamericano e intenta vincular a la familia al IES. Y eso se consigue mediante excursiones, actividades y charlas, y cuando no acuden voluntariamente va «puerta a puerta o por teléfono para hacer a los padres responsables de la educación de sus hijos».
En su opinión, «el fracaso escolar es fracaso familiar». Y para combatir una cosa se tiene que resolver la otra. La labor de estos mediadores se realiza gracias al apoyo económico de la CAM, dentro de un Programa de Mediación Intercultural Avanzada, único en la Comunidad Valenciana.
La profesora Baidal explica que también organizan liguillas deportivas entre los alumnos en los recreos, talleres interculturales por las tardes, jornadas de formación para el profesorado, excursiones familiares y una semana intercultural. «Es un programa de trabajo transversal de interculturalidad, no es algo aislado», afirma. No obstante, «ganarse la confianza de los padres cuesta mucho», pero que «hay que creérselo, que en la diversidad está la riqueza». El programa Integra’t también recibe ayuda económica de la Sociedad Benéfica Constante Alona y de la Fundación Gran Oriente de Francia. Empezaron con 11 talleres, ahora este curso solo tiene dos, las subvenciones son las mismas y cada año son más centros los que se suman a este tipo de iniciativas. Pero en el IES Virgen del Remedio siguen adelante con ilusión para conseguir que los alumnos aprendan y se integren, vengan de donde vengan. «No te sientes sola cuando llegas»
Emmanuel Augusto Uco, de 12 años, procede de Guinea Bissau, y desde septiembre aprende a leer y escribir en el IES Virgen del Remedio de Alicante. Lucky Sing procede de India, habla seis lenguas, tiene casi 19 años y estudia Bachillerato científico; cuando llegó al instituto sólo hablaba inglés y no conocía a nadie. «Explico cómo es mi país a otros inmigrantes, ahora ayudo a un chico que viene de Pakistán», dice este alumno que empezó estudiando bachillerato artístico y se ha pasado a ciencias, quiere estudiar alguna ingeniería o ser piloto. Estudia y en sus ratos libres ayuda a sus padres en un restaurante indio. «En casa me aburro, me gusta coger la moto y hacer cosas».
Dana Ciuca, rumana de 17 años, llegó a España hace cinco años y estudia primer curso de Bachillerato científico. «Estas actividades están bien, aprendes mucho y no te sientes sola cuando llegas». Hind Oumia, de 18 años, hace ocho que llegó de Marruecos y fue una de las primeras alumnas en participar de las actividades interculturales. Ahora estudia Bachillerato artístico e imparte clases de danza del vientre. «Estas actividades son muy importantes para conocer a gente», reconoce esta alumna. «Lo importante es ser abierta y convencerte para abrirte a todo el mundo para no tener miedo», aconseja.
Fuente: El País