Bernardo Fernández «Bef»: «La literatura no desaparece, se transforma»
Por Laura Luz Morales
Según vaticinios radicales, ayer se terminaría el mundo. Y mírenos, aquí estamos. Similares profecías se han dedicado a pronosticar el fin del libro impreso, de la industria editorial, de los creadores que ya no podrán seguir “viendo” del arte y por el arte mismo. Y miren, aquí está el escritor Bernardo Fernández para, serenamente, opinar lo contrario.
El ganador del Premio Grijalbo de Novela 2011 espera “mesurado”, como él mismo lo dice, una transformación de la industria del libro. Se ajusta a la frase “no se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Aunque en este tema la creación sí es necesaria y seguirá siendo el motor de la narrativa: quienes imaginan historias estarán ahí, siempre.
“La industria editorial tendrá que irse transformando como le ha pasado a la industria de la música. Pese a lo que han dicho, la industria de la música no ha desaparecido, se ha transformado, se ha tenido que adaptar, a pesar de las propias disqueras -las grandes corporaciones suelen ser muy torpes para adaptarse a los cambios, dice-, pero lo ha tenido que hacer. Lo mismo tendrá que pasar con los libros”, cuenta en entrevista telefónica con VANGUARDIA, desde su casa en la Ciudad de México.
“Lo que tiene que pasar es que la industria editorial debe transformarse y aprender a establecer diálogos entre el ámbito digital y el impreso”, considera. “Pero está por verse, todo esto está ahorita en el aire”.
El autor de “Tiempo de Alacranes”, “Ojos de Lagarto” y recientemente “Hielo Negro”, novela que hace unos días fue anunciada por Random House Mondadori como acreedora del premio Grijalbo de este año, platica cual “gurú” -no lo amilana el futuro de la literatura, como a muchos otros- sobre la narrativa actual, las nuevas generaciones de creadores, los dimes y diretes de premios y becas y, por último, sobre la publicación ganadora que ya abarrota los estantes de las librerías.
Sobre la crisis de la industria editorial…
Bernardo Fernández, conocido como “Bef” (Ciudad de México, 1972), aplaude los espacios que se han abierto para los escritores a través de las editoriales independientes. “Hay más opciones para el lector”, asegura. El talón de Aquiles para estas pequeñas firmas, dice, sigue siendo la distribución.
“Afortunadamente hay espacios, hay todo tipo de editores para todo tipo de creadores y eso resulta en una oferta muy amplia para los lectores. Veo autores interesantes tanto en editoriales grandes como en editoriales independientes, quizá el problema alrededor de esta industria no es producir los libros o editarlos o imprimirlos, sino distribuirlos. Tú estás interesado en algún libro y si es, por ejemplo, una editorial independiente de Yucatán, es complicado que el libro llegue hasta Coahuila; ésa, quizá, sea la ventaja de publicar en un sello grande: la distribución y la difusión que su propia estructura les permite”.
-¿La narrativa mexicana pasa por un buen momento?-
“Claro, existen un montón de voces totalmente distintas unas entre otras, lo que escribe Bernardo Esquinca no se parece a lo que hace Tryno Maldonado, por ejemplo, y es algo que yo celebro mucho, tener un montón de buenos narradores, digamos, en proceso de maduración, emergentes como yo mismo, cuyo trabajo tiene eco en un montón de espacios y sirve a la industria, que ha estado permanentemente en crisis”.
Sobre la apertura de géneros…
-Hablas de diversidad de voces y de escritores, pero tú mismo eres diversidad. Eres como varios alter egos que escriben libros infantiles, ilustran y publican novelas actuales…-
“Lo que pasa es que los intereses son igual de amplios, ahí considero ser un privilegiado por poder trabajar en las mismas áreas que me interesan como lector. Se ha dicho de un montón de maneras, mucho mejor de lo que te lo voy a decir, pero un escritor en primer lugar es un lector, luego se vuelve activo. El fenómeno de la lectura es, evidentemente, pasivo porque está recibiendo, pero llega un momento en que decides volverte participativo de este proceso”.
-Se decía que las buenas novelas “no tenían monitos”, o se pensaba que no podían ser ilustradas y ahora esto empieza a cambiar… ¿Empieza a cambiar en realidad?-
“A mí me ha tocado ser de las personas que hemos tratado de que esto cambie, de borrar estas divisiones artificiales, al final la cultura es una sola y en ese sentido hay buenas y malas historias, no se puede reprobar de ‘a priori’ un género o un subgénero por sí mismo. Yo creo que eso está cambiando poco a poco, ahora empieza a haber espacios para la narrativa gráfica, incluso en algunas librerías empieza a haber estantes para la novela gráfica, lo cual me parece muy valioso”.
Sobre la piratería del libro…
Para que un libro se piratee en la web, dice el también ilustrador, es necesario que sea en extremo popular. Hace referencia a “Harry Potter” o a las novelas de Dan Brown.
“Los creadores con muchos menos lectores, es difícil que veamos nuestro libro pirateado; que, por otro lado, es una especie de certificado de popularidad, tiene su lado agradable en ese sentido, saber que hay interés popular por lo tuyo”.
-¿Hay que pedirle al lector que no eche mano de la piratería de libros?-
“Tú no puedes pedirle al lector que tenga esa responsabilidad, yo trato de no consumir piratería, consciente de que yo mismo vivo o gano dinero de derechos de autor, pero yo no le puedo pedir al lector que siga ese ejemplo.
“Lo que sería ideal es que las plataformas digitales se consolidaran en nuestro idioma -que no lo están- y permitieran que las ediciones digitales fueran mucho más baratas que las impresas, como sucede en Estados Unidos, quizá por ahí se podría incentivar el consumo legar de contenidos, si está disponible a precios más accesibles”.
-¿Cómo es el lector actual?-
“El lector actual tiene muchas más ofertas de las que yo tenía cuando era jovencito. Hay un montón de ofertas en muchos formatos que no había antes. Ahora puedes leer en tu computadora, en línea, puedes leer en tu iPad, en tu teléfono, en fin, y eso enriquece la oferta e, idealmente, debería enriquecer los contenidos. A lo mejor no siempre es así, pero creo que es un área de oportunidad para todos los que estamos relacionados con el mundo de la narrativa o de la literatura. Hay que verlo como un área de oportunidad”.
Sobre la nueva generación de escritores…
Se dice un creador emergente, pero lo cierto es que Bernardo Fernández “Bef” ha publicado 18 obras. Cinco novelas, tres libros de cuentos, cinco libros infantiles y cinco historietas. Coincide con lo que han asegurado miles de escritores -y que muchos jóvenes parecen aún no asimilarlo-, en este negocio, no hay más que la perseverancia.
“No hay que desanimarse. Que los jóvenes estén muy conscientes que la mayoría de las veces se van a enfrentar al rechazo, es muy difícil que te compren a la primera tu primer libro o que a la primera ganes un premio; yo durante muchos años mandé y mandé a concursos sin obtener resultados, ya mis amigos me decían el ‘Señor Mención Honorífica’.
“Lo más importante no es desesperarse porque, lo que yo he observado, es que detrás de toda historia de éxito hay una historia que no se ve, de mucha perseverancia, de muchos rechazos y de no desanimarse. La mayoría de las veces los que llegan son los que no se desaniman, no necesariamente los mejores”.
Sobre la becas a creadores…
-En este sentido, ¿las becas son importantes para la creación literaria?-
“No sé, nunca me han dado una. Llevo muchos años pidiendo becas. Pedí la beca de Jóvenes Creadores y nunca me la dieron, y he pedido la beca de Creadores ya desde que tengo edad, y nunca me la han dado, no lo sé.
“Cuando veía a quién se las daba me parecía que estaban bien asignadas, mi percepción es que es un proceso muy competido y que no puede -ni debe- haber becas para todos, entonces algunos la obtienen y otros no. Los que más protestan son a los que no se las dan, y claro, los primeros cinco minutos haces una rabieta, pero luego veía que se la habían dado a José Agustín o a Federico Campbell, a escritores que tenían muchos más méritos que yo para obtenerla”.
-Tú eres el vivo ejemplo de que esto no debe detener a un creador…-
“Pues no, efectivamente. Llevo tres años pidiendo la beca del Sistema de Creadores y no me la han dado, y eso no significa que yo sea mal escritor, significa simplemente que no he llenado los requisitos.
“Yo escribo con beca o sin ella, siempre he estado escribiendo o trabajando. Hasta ahora nadie me ha pagado por adelantado ningún libro, primero lo he tenido que escribir y luego ya hay que tratar de colocarlo o meterlo a concurso o lo que sea”.
-¿Qué piensas de los que viven de beca tras beca tras beca?-
“No lo sé. Eso, quizá, habría que preguntárselo a los ganadores consuetudinarios. Creo que hay que trabajar con beca o sin ella, la beca es un incentivo, pero no debe ser el fin”.
Fuente: Vanguardia