Convivencia. Conceptualización y sugerencias para la praxis
I.- NATURALEZA Y DIMENSIONES DE LA CONVIVENCIA
1.- Mucho más que coexistencia
Convivencia es una de las palabras más usadas hoy día por distintas personas y entidades sociales a la hora de expresar qué quieren conseguir o qué desean, por qué luchan, cuál es el objetivo de sus acciones de solidaridad o de integración, cómo deberían ser las sociedades, etc. Esta palabra tiene siempre connotación positiva y está cargada de ilusión, de proyecto, de búsqueda. Aun cuando los nuevos racistas proclaman que la convivencia entre diferentes culturas y credos es imposible, o cuando menos muy difícil y creadora de conflictos, lo hacen «defendiendo» la convivencia entre los nacionales, nativos o autóctonos. La palabra convivencia aparece una y otra vez en los boletines y programas de las organizaciones no gubernamentales y entidades cívicas y religiosas que trabajan con minorías subordinadas y también, aunque con menor frecuencia, en documentos oficiales del Consejo de Europa y de las administraciones. Pero, ¿cómo se entiende esta convivencia?, ¿qué significa?, ¿qué implica?
El Diccionario de la Real Academia Española indica que convivencia – procedente del latín convivere – significa «acción de convivir», definiendo convivir a su vez como «vivir en compañía de otro u otros, cohabitar». El DRAE añade para la palabra conviviente dos acepciones: «que convive» y «cada uno de aquellos con quienes comúnmente se vive» (1992, 564). El término castellano de coexistencia es definido en el Diccionario como «existencia de una cosa a la vez que otras», yendo la significación del verbo coexistir en la misma línea («existir una persona o cosa a la vez que otras») y apareciendo también la palabra coexistente («que coexiste») (1992, 500).
El Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, repite para la palabra convivencia la «acción de convivir» y añade la acepción de «relación entre los que conviven», así como «particularmente, hecho de vivir en buena armonía unas personas con otras» (1992, 760). Encontramos de interés para el análisis del término tanto el elemento relacional que ahí se indica como la referencia a la armonía. Para el verbo convivir el DUE de Moliner indica dos acepciones; por un lado, «vivir o habitar : con otros : convivir en la misma época» – poniéndose como ejemplo la frase «en el campamento conviven profesores y alumnos; por otro lado, «vivir en buena armonía», siendo aquí el ejemplo la frase «así aprenden a convivir» (1992, 760). Contrasta con esta última acepción del verbo convivir la que se indica- también en el DUE – para el verbo coexistir: «existir varias cosas al mismo tiempo»(1992, 658). Encontramos relevante esta referencia a cosas y no personas así como a la sincronicidad o simultaneidad de estar presentes en el mismo tiempo, si bien esto último también aparece para convivir.
Artículo publicado en Punto de Vista Nº1