Fomentar la participación y formación de familiares
Propuesta 44 del Libro blanco de educación intercultural. Documento en el que han colaborado más de cincuenta personas expertas, editado por FETE-UGT.
Las investigaciones sobre la relación entre escuela y familia han demostrado que la implicación de las familias y de la comunidad en la escuela aumenta el rendimiento de las y los estudiantes y contribuye a la inclusión educativa y social y a crear una escuela con más sentido. Sobre esta base, INCLUD-ED: Strategies for inclusion and social cohesion in Europe from education (FP6, 2006-2011), el proyecto con mayores recursos económicos y de mayor rango científico en materia de educación escolar dentro de los Programas Marco de Investigación de la Unión Europea, ha aportado una clasificación de cinco formas de participación de la comunidad en los centros educativos (informativa, consultiva, decisiva, evaluativa y educativa) y ha señalado cuáles de ellas garantizan más el éxito escolar.
En la participación informativa las familias son informadas desde la escuela de las actuaciones que se llevan a cabo en el centro una vez que los expertos las han decidido. En la participación consultiva las familias forman parte de los órganos estatutarios de los centros educativos. Esta participación está limitada a un rol consultivo con pocos espacios para opinar sobre asuntos del aprendizaje de las y los estudiantes. En la participación decisoria los miembros de la comunidad participan en los órganos de decisión o en órganos nuevos creados con el propósito de que las familias tomen parte en los procesos de tomas de decisión. En estos espacios las familias, miembros de la comunidad y maestros y maestras toman decisiones clave conjuntamente. Este tipo de participación facilita que la escuela asegure que la enseñanza es de calidad y que las altas expectativas con todo el alumnado forman parte de la misión escolar. En la participación evaluativa, las familias se implican en los procesos de evaluación de la escuela y de los y las estudiantes. En la participación educativa las familias y la comunidad participan en actividades educativas de dos maneras: en el aprendizaje de los niños y niñas y en su propio aprendizaje (formación de familiares). Cuando los miembros de la comunidad participan en la escuela colaborando en las actividades de aprendizaje de los y las estudiantes, la escuela gana recursos humanos, ya existentes en la comunidad, para apoyar el aprendizaje de los niños y niñas. Al mismo tiempo, estos adultos y adultas se convierten en referentes positivos para estudiantes de diferentes grupos sociales y culturales.
En relación a la formación de familiares, teoría e investigación previa ya han demostrado que la promoción de interacciones culturales y educativas entre estudiantes y agentes sociales y, más concretamente, con miembros de la familia, mejora el rendimiento de las y los estudiantes. Posteriormente, algunas encuestas internacionales han traducido esto en indicadores como las titulaciones académicas de las familias o el número de libros en casa, lo que ha conducido al error de tomar estos indicadores como si fueran los únicos e ignorando otros como la participación de las familias en actividades formativas. Desde esta perspectiva, se ha señalado que deberíamos esperar hasta que los padres y madres tengan titulaciones académicas superiores para que sus hijos e hijas tengan éxito escolar.
Sin embargo, la evidencia proveniente de la investigación científica internacional nos mueve más allá de ese determinismo. Por ejemplo, algunos programas de formación de familiares y proyectos educativos que incluyen esa formación han conducido a los y las estudiantes de familias que tienen pocos libros en casa o poca titulación académica a resultados académicos excelentes. Partiendo de esas evidencias, se han desarrollado políticas educativas que aumentan el éxito académico de todos los niños y niñas a través del fomento de este tipo de participación de familiares y comunidad.
De entre los cinco tipos de participación de familiares y comunidad, tres han sido identificados como los más idóneos para garantizar el éxito escolar para todos y todas.
Esos tres tipos son: decisorio, evaluativo y educativo.
Actuaciones de éxito en relación a la participación y la formación de familiares
• En base a las evidencias científicas, los centros educativos tendrían que crear espacios y actividades para la participación decisoria, evaluativa y educativa de familias y miembros de la comunidad. Una actuación de éxito para la participación decisoria y evaluativa es crear comisiones mixtas de trabajo en las que familiares, maestras y maestros, miembros de la comunidad y otros agentes educativos y sociales toman decisiones conjuntamente y posteriormente evalúan el cumplimiento de las mismas. También son de éxito las comisiones mixtas de evaluación formadas por diversidad de agentes educativos, incluyendo profesorado y familias, que evalúan conjuntamente la tarea realizada por el centro educativo.
• Por otra parte, familiares y otros miembros de la comunidad son recursos clave para incluirse en aulas heterogéneas, apoyando el aprendizaje de todo el alumnado, como ocurre en el caso de grupos interactivos, donde miembros de la comunidad participan en las aulas ayudando a grupos pequeños y heterogéneos de estudiantes a realizar actividades curriculares. Los grupos interactivos aumentan los aprendizajes de todo el alumnado y mejoran la convivencia.
Asimismo, familiares y comunidad pueden participar en otros espacios de aprendizaje de los centros educativos, como las bibliotecas tutorizadas y las aulas digitales tutorizadas, ayudando a las y los estudiantes en actividades escolares. Familiares y estudiantes también pueden compartir espacios de aprendizaje intergeneracional en la escuela o instituto.
• En relación a la participación de tipo educativo, es necesario que las actividades de formación de familiares respondan a las necesidades formativas manifestadas por las propias familias. En este sentido, alfabetización en la lengua de acogida, informática, inglés, talleres de matemáticas y tertulias literarias dialógicas son algunas actividades de formación de familiares que están teniendo gran éxito. En las tertulias literarias dialógicas familias y otros miembros de la comunidad leen y debaten libros de la literatura clásica universal. Esta actividad contribuye a la creación de nuevas expectativas educativas que tienen un impacto directo en el entorno del aprendizaje familiar. Cuando las familias no académicas participan en las tertulias literarias dialógicas, crean nuevas prácticas de lectura, roles y modelos culturales de interacción que influyen el aprendizaje de sus hijos e hijas y, como resultado, mejoran su rendimiento académico.
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