Menos inmigrantes, pero con más estudios
La población inmigrante no para de disminuir en la provincia de Almería. Desde que en 2009 alcanzara su culmen, con 143.000 personas, la cifra ha ido a menos. Tan solo en un año, de 2014 a 2015, el censo se ha reducido en cuatro mil extranjeros y la cuenta ya va por 137.000, pero la integración es mayor cada día, al menos en cuanto a la educación, rama básica de la cultura de cualquier pueblo. En Almería hay más extranjeros en las aulas que nunca, superando ya los 27.000 y muy lejos de los 600 que había hace 20 años.
La mayoría se encuentran en estudios primarios, donde hay en torno a los 7.200, le sigue infantil con 3.800 y después la ESO, con la misma cantidad. En Bachillerato estudian en torno a los 1.200 alumnos de origen extranjero. Hay, además, una equidad casi absoluta en la relación entre alumnos y alumnas.
Almería es la provincia andaluza donde más alumnos estudian contenidos no universitarios. Y es que los tiempos han cambiado. En 1900, el 91,1% de la población española residía en la misma provincia en la que había nacido. Este porcentaje era inclusomás elevado en el caso de Almería, el 96,9%. Del 3% restante tan sólo el 0,1% correspondía a extranjeros.
Al inicio de la crisis, según un estudio de la Fundación BBVA, había cambiado radicalmente la situación. En Almería sólo el 40,6% de la población residente en un municipio había nacido en el mismo, 4,2 puntos por debajo de la media del país pero hasta 15 puntos inferior a la media de Andalucía. Luego la intensificación de la movilidad era indiscutible. Las diferencias respecto al peso de los procedentes de otro municipio o provincia no son relevantes. Lo que sí constituye la nota distintiva es el peso de la población inmigrante.
En 2007, el 18,9% de los habitantes de Almería había nacido en otro país mientras que, a nivel nacional, el peso de la población inmigrante se situaba en el 11,6%, y la distancia se ampliaba aún más con respecto al peso de los extranjeros en Andalucía, el 7,9%.
A finales de los 90, el porcentaje de extranjeros era sólo algo superior al observado en Andalucía o en España. A partir de 2000 comienza a ampliarse la brecha, aunque es a partir de 2004 donde puede situarse el verdadero despegue.La pirámide de población de la población extranjera muestra claramente cómo ésta se concentra en las edades centrales del ciclo vital, con una elevada presencia de hombres en estos tramos. Esta composición está notablemente marcada por el hecho de que la nacionalidad mayoritaria sea la marroquí, en cuya cultura la participación activa de la mujer en el mercado de trabajo ha sido tradicionalmente limitada.
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