La concertada deberá escolarizar a inmigrantes como la pública
El giro en la política de la Generalitat respecto a la red de colegios concertados se basa en una premisa: deberán regirse por los «mismos criterios» que los públicos. La advertencia que hizo en las Cortes el conseller de Educación, Vicent Marzà, tendrá su traslación al proceso de admisión escolar. Públicos y concertados deberán matricular por igual a alumnado extranjero o con necesidades educativas especiales.
Así lo anunció ayer el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, durante su primera comparecencia en la comisión de las Cortes. El dirigente socialista avanzó un nuevo decreto de admisión «para garantizar la escolarización equilibrada de estudiantes con necesidades educativas especiales e inmigrantes, entre todos los colegios públicos y privados».
Y daba un argumento que ya esgrimió en su día el Defensor del Pueblo: cuando estos alumnos representan más del 20% del total de un centro, «es difícil dar una respuesta educativa» tanto para ellos como para el resto de estudiantes. Aunque la realidad de cada centro es bien diferente, los datos globales del Ministerio de Educación no dejan lugar a dudas del actual desequilibrio en la escolarización, al menos por lo que se refiere al alumnado extranjero.
En la Comunidad Valenciana, los estudiantes procedentes de otros países son uno de cada diez (el 10,1%, frente a la media de 8,5% para el conjunto de España). Sin embargo, el 84,2% de todos ellos acaba matriculándose en un centro público, según los últimos datos del Ministerio para el curso 2013-2014.
Es decir, los colegios concertados sólo escolarizan al 10,4% del alumnado inmigrante, mientras que los colegios estrictamente privados reciben al 5,4% de estos alumnos. Esta es la balanza que quiere corregir la Conselleria de Educación.
La cuestión es, ¿por qué los colegios concertados escolarizan a muchos menos alumnos extranjeros o con necesidades especiales?Si bien es cierto que hay centros que ponen trabas a su escolarización, también lo es el hecho de que la concertada recibe muchas menos ayudas de la Administración para la atención específica a estos estudiantes.
De hecho, este ha sido tradicionalmente el argumento de las patronales de centros concertados para responder a esta crítica. ¿Por qué iba a querer una familia con pocos recursos matricular a su hijo en la concertada si hasta hace poco los alumnos de esta red no tenían derecho a beca de comedor? Y lo mismo sucede, según los titulares de centros, con el personal de apoyo, por ejemplo.
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