La educación en valores, ¿dónde se aprende?
Si bien es cierto que el entorno donde uno nace y de desarrolla, principalmente la familia, condiciona nuestra manera de entender este mundo, su maneras de funcionar y sus reglas del juego, hay un a parte que se aprende “fuera de casa”.
Y es que la universidad, las escuelas o los centros educativos en general son el escenario perfecto para educar en valores por conseguir un mundo mejor. Los recintos, entornos y contextos educativos deberían tener la obligación de formar a personas de manera integral, no sólo en conocimientos, sino también en valores, mecanismos con los que convivir en este mundo, conocer otras realidades y conseguir construir entre todos una sociedad sensibilizada, con empatía con otras realidades, solidaria, respetuosa, etc.
Y de momento no vamos mal, pero podríamos ir mejor. En líneas generales tanto las universidades valencianas como algunos centros educativos se implican en algunos proyectos concretos, o sirven de altavoz para otros, en la medida que pueden pues cada vez más los recortes presupuestarios han hecho más costoso llevar a cabo cualquier tipo de acción que vaya más allá. Por ello, la labor que se realiza es sobre todo de sensibilización y poco queda de aquellos proyectos financiados en su momento por la propia universidad a través de sus patronatos o de sus departamentos.
Hoy en día, muchos de los proyectos vinculados a centros educativos surgen de la iniciativa particular de profesores que implican a otros y así van creando redes. Desconozco los detalles de la línea que el nuevo equipo de gobierno, desde la Conselleria de Educación, lleva a cabo tanto en colegios como en universidades sobre este asunto, pero confío en que estén trabajando para que la sensibilización, la cooperación, y la responsabilidad que tenemos con los países pobres y otras realidades esté integrado de manera transversal en nuestro sistema educativo.
La tendencia general de los proyectos que trabajan por un mundo mejor es garantizar la educación básica para todos, que los niños de países pobres tengan acceso a aprender a leer y escribir. Proyectos que si están bien elaborados, identificados, elaborados, implantados, etc. deberían trabajar también la educación de los países desarrollados en valores de respeto y solidaridad donde aprender a leer y escribir se supone que está garantizado. Es decir, trabajar aquí y alli, en países desarrollados y en desarrollo. Y esta parte, se puede trabajar de muchas maneras según las posibilidades de cada país, pero se deberían trabajar.
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