7.000 millones de protagonistas
Un par de chancletas es útil. Incluso atractivo, ya que los hay de todo tipo y estilo. En las soleadas playas de Brasil, de hecho, millones de personas suelen llevar este calzado. A María también le gustaría. Pero su argumentación es de una sencillez demoledora. “Es muy caro. Prefiero comprarme algo de comer. Las chancletas, ya veré”, asegura esta brasileña que cada día sobrevive sin nada. Bueno, salvo su sonrisa contagiosa. “No envidio a nadie, sigo adelante”, añade ante la cámara, en una de las 2.020 entrevistas de Human, un megadocumental que se proyectó hace unos días de forma gratuita en el Instituto Francés de Madrid y Barcelona, a la vez que en salas y teatros de varias ciudades de España.
“No voy a ser modesto, creo que es un filme importante”, defiende por teléfono Yann Arthus-Bertrand (París, 1946), director de Human. Tras una película titánica –Home -, el francés se ha lanzado a otra hazaña a lo Hércules: su nuevo largo es el fruto de tres años de trabajo y charlas con habitantes de 65 países, en 63 idiomas distintos. Del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a Vandemba, una namibia a quien su padre le escogió el marido a la fuerza; del expresidente de Uruguay José Mujica a Mounira, huida de Siria hacia la esperanza, una enorme galería de humanos mira a los ojos al espectador y abre su corazón.
El resultado es la vida condensada en tres horas –o en 12, en la versión inicial que Arthus-Bertrand fue obligado a cortar-: alegrías, emociones, desesperación, tragedias, terror, lágrimas y carcajadas. Un anciano recuerda al amor de su vida, un niño relata lo que él no puede olvidar: “Los asesinos despedazaron a una persona viva delante de mí”. “El secreto es que, hable quien hable, en el fondo eres tú. Eres humano y formas parte de eso”, asegura Arthus Bertrand.
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