España solo ha acogido a 38 refugiados de los casi 18.000 comprometidos
La Unión General de Trabajadores considera insuficiente la cifra de 20 refugiados acogidos en mayo desde las costas de Grecia, que se suman a los 18 ya acogidos por nuestro país el pasado mes de diciembre. El sindicato recuerda que de los 160.000 asilados que los Estados de la UE pactaron acoger antes de 2017, España se comprometió a casi 18.000 y tan solo lleva 38.
A este ritmo, nuestro país tardaría 601 años en cumplir su compromiso de asilo. O lo que es lo mismo, si quiere llegar a acoger a los 18.000 antes del año que viene, tendría que asilar a más de dos mil refugiados al mes. Al ritmo que lleva, parece improbable.
El sindicato advierte de que más de la mitad de los refugiados han sido acogidos por el Gobierno en precampaña electoral, habrá que ver si una vez que pasen las elecciones generales, la situación vuelve a paralizarse.
Para UGT, esta actitud de nuestro país refleja el distanciamiento de los gobernantes europeos con la ciudadanía que exige la prevalencia de una Europa social en la que se respete la legalidad internacional y el derecho fundamental de asilo, un derecho que no puede subordinarse a intereses políticos o de otro tipo.
Parece que el hecho de que la Unión Europea pusiera precio al derecho de asilo (250.000 euros por cada refugiado que no acojan) lo único que está haciendo es abrir la puerta a la mercantilización de un derecho en lugar de reforzar las obligaciones de los Estados miembros.
UGT rechaza el acuerdo entre la UE y Turquía, un acuerdo que nunca ha tenido como objetivo afrontar con responsabilidad y solidaridad la situación humanitaria, sino, únicamente reducir el flujo irregular de migrantes procedentes de Turquía. De esta forma, este país se convierte así en nuestra frontera externalizada, trasladándose allí la catástrofe humanitaria que ni las autoridades europeas ni los gobiernos han querido afrontar. Algo que resulta inmoral e inaceptable.
Una situación absolutamente vergonzosa y por la que UGT, junto con otras organizaciones sindicales, sociales y políticas, está demandando un cambio de rumbo ante las instituciones europeas durante los últimos días. Parece increíble pensar que en la Europa civilizada, en la del Estado de Bienestar, se produzca una situación de cierre de fronteras, de falta de atención a las personas y de absoluto incumplimiento de los tratados de la Unión Europea.