Shuar, achuar y quichua enseñan según su entorno
“La educación occidental se piensa dividida: la hora de Matemáticas, la de Ciencias Naturales, la de Ciencias Sociales, y así sucesivamente. Nosotros consideramos la educación como un todo”, dice Teresa Guarderas, docente shuar de la Unidad Educativa Etza ubicada en Bombioza, parroquia de Gualaquiza.
Con un ejemplo Guarderas explica las características del aprendizaje shuar: Si un niño acompaña a su padre a hacer la changuina, bolso shuar, el niño observa y mientras lo hace se relaciona con el entorno, algo que se aprendería en las Ciencias Naturales; además aprende de su cultura y eso es cercano a las Ciencias Sociales, aprende de tejido, procesos y técnica. “Aprende y repite”, dice.
“Para nosotros los shuar el proceso de aprendizaje consiste en hacer, observar y repetir”, explica Guarderas.
Aunque los métodos que aplican los maestros bilingües de otras etnias a la hora de compartir o generar conocimiento son similares, estos se distinguen según la lengua y el entorno.
Similitudes
Narcisa Quinde, profesora de la escuela Intercultural Quilloac, ubicada en el cantón Cañar, explica que en su escuela a los niños se les invita a comprender cómo funciona el calendario andino según las etapas de la tierra: La siembra, el florecimiento y la cosecha, “además les invitamos a que estén claros de la importancia de los cuatro raymis del año”, dijo.
Este trabajo lo hacen con la misma visión que en el caso de los shuar, “para que a través de sus costumbres comprendan el mundo”, indica Quinde.
Sin embargo aplicar estas metodologías es un proceso que, según Melchor Duche, director zonal de Educación Básica Intercultural, debe ser estructurado según las pertinencias culturales y lingüísticas. Por ello es que esta dirección trabaja durante estos meses en talleres destinados a aprender metodologías activas para que puedan aplicarse en instituciones interculturales bilingües.
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