CEIP La Biznaga, un cole donde se respira libertad
Llega la hora del recreo y los niños y niñas del CEIP La Biznaga salen de manera ordenada al patio. Llama la atención que no hay carreras, ni gritos. En el patio hay niños desde 3 a 12 años, todos juntos, mezclados. Es una de las cosas que más le gustan a Javi, alumno de sexto de Primaria: «Aquí nos conocemos todos», dice. Pero él no está, como sus compañeros, jugando en el patio. Con Luciano está en el jardín «reflexionando». Los acompaña la profesora Suca Martínez. Han hablado «más de la cuenta» en clase y les toca reflexionar sobre su comportamiento. Algo que valora especialmente Manuel, alumno llegado de Sevilla: «Aquí no hay castigos, si haces algo mal, te ponen a reflexionar sobre lo que has hecho», dice.
Pero Luciano y Javi no son los únicos que están en este rincón reconvertido en sala de lectura al aire libre, con bancos y mesa reciclados. Candela Santos, una niña de 8 años, prefiere coger un libro y ponerse a leer, acariciada por los rayos de sol de una cálida mañana otoñal. «Es una de nuestras grandes lectoras», reconoce la profesora. Ahora está con ‘Querido estupidiario’, pero asegura con orgullo que en algunos casos se ha leído un libro «en un solo día». Candela vive en Rincón, y cada día sus padres tienen que traerla al colegio. Pero, «aunque tuviera que hacer mil kilómetros, no cambiaría de cole», dice ella con seguridad.
Otros niños siguen en clase, los hay que se acercan al telar para tejer o visitan el huerto escolar. En el colegio La Biznaga se respira libertad. Algo que agradecen los niños y hace crecer este proyecto pedagógico.
A punto de cerrar
La labor callada y eficiente del equipo que dirige María José Parages está dando unos resultados espectaculares. Hace unos años apenas llegaban al medio centenar de alumnos. De hecho, el colegio estuvo a punto de cerrar. «En junio cerramos con 170 matrículas, y a día de hoy ya vamos por 190», dice la directora. El colegio tiene una sola línea, es decir, un grupo de alumnos para cada nivel, desde Infantil de 3 años a sexto de Primaria. Esto hace también mucho más fácil el trabajo, con los niños y con la familia. Todos forman una gran comunidad de aprendizaje en la que, literalmente, tiene cabida hasta el gato. Bueno, dos, gato y gata, Black y Tigresa, que merodean por el huerto. Como los niños y niñas, con total libertad.
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