18 propuestas para trabajar la inteligencia emocional en el aula
A menudo vemos en la escuela cómo niños y niñas tienen dificultades para reconocer y gestionar las diferentes emociones. Les cuesta ponerse en el lugar del otro, hablar y compartir opiniones de una manera asertiva… No saben cómo identificar las emociones, cómo reconocerlas y cómo gestionarlas, de hecho, no es tarea fácil.
¿Están nuestros alumnos preparados para ello? No todos; son competencias que se dan por adquiridas y a veces no están lo suficientemente desarrolladas. Competencias a las que no se les suele prestar la atención que merecen. Adquirir y desarrollar una buena Inteligencia emocional (IE) es imprescindible. Por esta razón en este artículo queremos ofreceros algunos ejemplos y recursos materiales para que los podéis usar en el aula.
La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones en uno mismo y en los demás, es decir, la capacidad que tenemos para tratarnos bien y tratar bien a los demás. Consta de tres procesos básicos que la engloban:
- Percibir: Reconocer de forma consciente nuestras emociones e identificar qué sentimos y ser capaces de darle una etiqueta verbal.
- Comprender: Integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los cambios emocionales.
- Regular: Dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz.
Sabemos que los alumnos que desarrollan una adecuada inteligencia emocional poseen confianza en sus capacidades; crean y mantienen relaciones satisfactorias, comunicando lo que necesitan, piensan y sienten, teniendo en cuenta los sentimientos de los otros; están motivados para explorar, afrontar desafíos y aprender, poseen una autoestima alta y tienen un mayor número de recursos para la resolución de conflictos. Algo que influye de forma positiva en todas las áreas de su vida.
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