Invertir en los jóvenes
Una educación de calidad accesible para todos es una de las mejores inversiones que puede realizar una sociedad. Lo es para los beneficiarios directos pero, sobre todo, lo es para el conjunto de la economía y para nuestro futuro. Se trata de un aspecto clave no sólo para fomentar el crecimiento económico y la competitividad, sino también para crear sociedades abiertas y cohesionadas, para mejorar nuestra capacidad de adaptación en un mundo cambiante y para ayudar a las personas a aprovechar las oportunidades que se les presentan.
Sin embargo, muchos jóvenes se ven limitados precisamente en el momento en que están preparándose para tomar el control de sus vidas y buscar su lugar en la sociedad. Limitados por la falta de capacidades adecuadas y por la falta de oportunidades.
Esto es debido a diversos factores, entre los que cabe destacar la educación, que es fundamental para dotar a los ciudadanos de los conocimientos, las competencias, las capacidades y las destrezas para poder aprovechar al máximo su potencial y sacar todo el partido de las opciones que encuentren a lo largo de su vida. La educación refuerza la capacidad de adaptación en estos tiempos de rápidos cambios. Sin embargo, en la actualidad nuestros sistemas educativos no siempre producen los resultados esperados. Un sistema educativo sólo puede cumplir su función si es eficiente e inclusivo, y si proporciona una enseñanza de calidad a todos los niños y jóvenes. Y aunque los Estados miembros han progresado y en los últimos años hemos visto, por ejemplo, un aumento de la proporción de personas que obtienen una titulación universitaria y una reducción del número de personas que abandonan el sistema educativo sin un título, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Por estas razones, estamos intensificando nuestros esfuerzos para contribuir a que los sistemas educativos europeos sean adecuados para cumplir su función. Queremos trabajar con España y con el resto de Estados miembros, para mejorar la educación escolar y la enseñanza superior. Esto es fundamental para impulsar la innovación y el crecimiento económico a fin de mantener la prosperidad y competitividad de Europa. También lo es para crear sociedades justas, tolerantes, abiertas y democráticas. Nuestros sistemas educativos deben ofrecer igualdad de oportunidades a todos los jóvenes.
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