“En Finlandia es más fácil ser piloto de guerra que profesor”
Educación 2020, ONG chilena integrante de Reduca, entrevistó al embajador de Finlandia en Chile Markus Leinonen, quien analizó el sistema educativo finlandés y las oportunidades de mejora para la educación de otros países. Apuntó a la investigación: “Llevamos más de 40 años de reformas”. A los docentes: “¿Dónde está la capacitación para los miles de profes que necesitan ayuda?”. Y al consenso político: “no nos ganamos el Loto en educación, fue trabajo”.
“A veces me da vergüenza que hablen sólo de Finlandia”, dice Markus Leinonen, embajador de Finlandia en Chile, cuando le preguntan por la educación de su país. Y durante la conversación, varias veces, advertirá: “no existe un modelo finlandés”. Lo que hay, asegura, “son experiencias, conceptos, metodologías para compartir, que sirven como referencia si se contextualizan a las condiciones chilenas”.
Markus Leinonen piensa que Finlandia y Chile tienen mucho en común: uno tiene 5,5 millones de habitantes, el otro 16. Uno depende de la madera, el otro del cobre. En ambos ha habido mucha migración campo-ciudad. Y ambos comparten “la calidad de personas”. “Nosotros somos como los chilenos, bien calladitos y trabajadores”.
Por eso, Leinonen cree que Chile tiene bastante que mirar de Finlandia como punto de referencia.
¿Cuáles son esos conceptos y buenas prácticas que destaca de Finlandia?
Durante décadas hemos invertido desde el mundo público y privado en investigación, por eso tenemos el número más alto del mundo de investigadores por millón de habitantes: 7.400. Por tanto, tenemos una masa crítica de resultados, a partir de la que se hace algo práctico. Es decir, de ahí salen las innovaciones, las nuevas metodologías que usamos para solucionar problemas y para aprendizaje y enseñanza.
¿Por ejemplo?
El acoso escolar es común en Finlandia, Estados Unidos, Chile y todos los países occidentales. Es un ejemplo perfecto de cómo se puede tener de referencia y aplicar en Chile contextualizado. Hay un programa que en finés se llama KiVa, que significa “colegio agradable”. Se inventó en 2009. La Universidad de Turku estudió y analizó científicamente en qué consiste el fenómeno del acoso escolar. Y científicos repasaron y repasaron conductas y llegaron a la conclusión de que el acoso sigue ocurriendo porque un número importante de personas alrededor del acosado lo dejan pasar, se quedan callados.
Muchos cómplices pasivos.
Claro. Ahí desarrollaron metodologías para mejorar esta situación y lograron tener éxito y cuando hay éxito, hay interés en el extranjero. Decidieron traducirlo a sueco, inglés, francés y hasta español. Pero no se pudo utilizar el programa anti acoso escolar finlandés aquí en Chile, aunque existía una versión en español, porque las condiciones son diferentes. La Universidad de Turku ahora trabaja con la Universidad de Los Andes para adaptarlo a las condiciones chilenas.
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