Pedagogía King Kong o por qué no hay mujeres candidatas al «Nobel» de educación
En su libro autobiográfico Teoría King Kong, Virginie Despentes afirma que lo que realmente le ha hecho ser masculina no es ir vestida con pantalón y camisa, sino no tener miedo, haberse atrevido a salir de casa y hacer determinadas cosas, socialmente prohibidas o consideradas poco femeninas, para llevar a cabo sus proyectos, sus deseos, para organizar su vida. Releer su texto, unido a la Marcha de las Mujeres del pasado 22 de enero en protesta por las políticas de género de Donald Trump, me han invitado a repensar por qué razón, cuando se ha convocado el Global Teacher Prize 2017 −considerado por los medios como el Premio Nobel de la Educación−, en un país donde el 80% de las profesionales de la educación primaria son mujeres, un año más el nominado ha sido un hombre. Un hombre que será visibilizado, que irá de programa en programa, de charla en charla… Mientras tanto, miles de maestras que podrían estar en ese ruedo de la visibilidad permanecen en sus casas paralizadas por el miedo.
Sí, admitamos que tenemos miedo, porque tener miedo es una condición estructuralmente femenina; un miedo que nos acecha desde que somos niñas, que nos deja calladas, mientras que nuestros hermanos, nuestros novios y nuestros amigos piden aumentos de sueldo o se presentan a un premio dentro de su categoría profesional.
En las mujeres está bien visto «no hacerse notar», tapar con una falsa modestia absurda nuestros logros y nuestras propuestas. Una falsa modestia que el patriarcado nos ha hecho creer que es muy femenina y honrada. Proclamar, mostrar y exhibir son aspectos que la sociedad valora positivamente en los hombres, y negativamente en las mujeres. Cuando un profesional joven tiene ambición, es un valiente; cuando una profesional joven tiene esa misma ambición, es una trepa. Cuando un niño ejerce el poder en su grupo, es un líder; cuando una niña ejerce ese mismo poder, es una mandona (y aquí me viene a la cabeza un enfadadísimo Xavier Trias llamando mandona a Ada Colau cuando esta le arrebató su puesto en la alcaldía de Barcelona).
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