No estudiar lleva al paro, la exclusión, y la pobreza permanente
La crisis ha agudizado las dificultades de acceso al mercado laboral de los jóvenes con estudios primarios e inferiores, que han visto reducir su tasa de empleo un 30% desde 2007, un 13% más que los que tienen estudios superiores, para los que la reducción ha sido del 17%.
Con anterioridad al inicio de la crisis, las personas menores de 30 años en España presentaban tasas de empleo superiores al 50% (55,7% en 2007), mayores que la media de la Unión Europea (50,7%) y muy similares a las de países como Alemania o Suecia.
En cambio, en 2015, la tasa de empleo de las personas menores de 30 años es del 33,7%, más de veinte puntos inferior a la registrada ocho años antes y casi quince La menor tasa de actividad de los jóvenes está muy relacionada con su nivel de estudios. Cuanto menor es el nivel educativo, mayor es la situación de inactividad.
La crisis ha afectado más a la juventud pero, sobre todo, a los grupos menos cualificados. Así, para quienes tienen estudios primarios o menos, la tasa de empleo de los menores de 30 años se ha reducido entre 25 y 30 puntos. La disminución es de unos 20 puntos para quienes tienen estudios secundarios (obligatorios, con orientación general o profesional). En cambio, el impacto es mucho menor entre quienes tienen estudios superiores, aunque la tasa de empleo ha caído sustancialmente
Tanto en los momentos de expansión como en los de crisis, las personas con niveles de cualificación bajos no alcanzan una tasa de empleo del 60%, mientras que quienes tienen estudios superiores llegan al 90%.
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