Aceleremos el progreso educativo
Enfrentamos retos formidables. La población mundial aumentará en más de 2 mil millones de personas hacia 2050 y debemos ser capaces de garantizar mejores condiciones de vida para más personas, particularmente en los países en vías de desarrollo. Es urgente proporcionar educación adecuada para que las nuevas generaciones puedan integrarse a mercados en vertiginosa transformación. Además, la automatización y los cambios tecnológicos pueden dificultar aún más el encontrar trabajo para aquellos trabajadores poco calificados.
Sin embargo, a nivel global, los recursos destinados a la educación son insuficientes: hay países en América Latina y África que están invirtiendo menos del 3% de su PIB en educación pública, cuando el promedio en países de altos ingresos ronda el 5%. Incluso cuando hay voluntad para invertir en educación, dichas inversiones han sido, en muchos casos, mal dirigidas e ineficientes. Esto se debe a que las políticas educativas han fallado en identificar claramente cuáles son los resultados deseados y dar los pasos adecuadas para llegar a ellos. Por ejemplo, frecuentemente se ha priorizado la expansión de la cobertura educativa a costa del aprendizaje mismo.
Particularmente, en América Latina, de los 111 millones de niños y adolescentes en edad escolar, 14 millones no asistían a la escuela, de acuerdo con datos de 2014. Adicionalmente, hay niños y jóvenes que, aunque asisten a la escuela, no aprenden a leer adecuadamente o a hacer operaciones matemáticas básicas, limitando severamente sus oportunidades.
No obstante, hay que reconocer el esfuerzo que estamos haciendo y los avances reales que América Latina ha logrado en décadas recientes. De acuerdo con la UNESCO, en 2014, en nuestra región invertimos en promedio 5% del PIB regional en educación, un aumento de 25% respecto a lo que se invertía en el 2000. Este porcentaje nos coloca, como región, a la par de varios países industrializados.Además, hoy en día, 8 de cada 10 niños en América Latina y el Caribe tienen acceso a la educación infantil y la mayoría de los niños están matriculados en la escuela primaria.
Si queremos garantizar el derecho a la educación para todos nuestros niños, este es el momento de poner el pie en el acelerador; América Latina podría ser quien señale el camino en la dirección correcta. Nuestros países – junto a la comunidad internacional – se han comprometido a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sustentables (ODS) “Educación Inclusiva y de Calidad para Todos”, promovido por la ONU, para el 2030. Si los países latinoamericanos se unen al esfuerzo común para alcanzar una educación inclusiva y de calidad para todos, estaríamos contribuyendo directamente al progreso en todos los otros Objetivos de Desarrollo Sustentable, tanto en nuestra región como a nivel global.
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