Balmaseda debate cómo mejorar la convivencia
La reciente renovación del plan de inmigración de Balmaseda trajo consigo un sustancial cambio de enfoque: se tomarían como referencia los espacios de socialización, lugares como la kultur etxea donde vecinos originarios de la villa y procedentes del extranjero pudieran encontrarse y conocerse sin prejuicios. En uno de ellos, la casa de la mujer, se reúne todos los meses el grupo intercultural del municipio. Formado por agentes políticos y sociales que debaten sobre la convivencia, encara la recta final de su labor pendiente de formular -seguramente en febrero- las conclusiones de casi un año de encuentros.
“Intentamos cohesionar para que la inmigración se perciba como una oportunidad y no como amenaza”, dice Carmen Díaz, de la empresa Bidea Eginez, que ha estructurado las sesiones de trabajo junto con el Ayuntamiento de acuerdo a distintos temas: servicios sociales, empleo, educación, vivienda, cultura, sensibilización y no discriminación.
Según las últimas estadísticas municipales, alrededor del 10% de la población de Balmaseda es de origen extranjero, cifra superior en proporción a localidades como “Portugalete o Getxo. Pese a poseer una mayor tasa de desempleo “la oferta de vivienda más barata” podría ser uno de los factores que valoran los inmigrantes a la hora de establecerse en Enkarterri.
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