La escuela española recula en la integración de los alumnos inmigrantes
Cuando la ‘consellera’ de Ensenyament, Irene Rigau, señaló hacia los estudiantes de origen extranjero como una de las principales causas por las que Catalunya había salido tan mal parada en el último informe PISA en diciembre del 2013, en seguida hubo pedagogos que le recordaron el efecto nocivo que los recortes aplicados por la Generalitat en las escuelas estaban teniendo sobre los alumnos más pobres, muchas veces hijos de familias inmigrantes. Estos, según constató Xavier Bonal, sociólogo especializado en educación, tienen seis veces más riesgo de fracaso que los estudiantes con más recursos económicos, ya que, entre otras cosas, sus padres no pueden pagar clases de refuerzo o actividades extraescolares. Aunque Rigau aclaró luego que ella se refería a cómo afecta la alta presencia de inmigrantes al hecho de que las aulas catalanas sean más diversas y heterogéneas que las de, por ejemplo, Castilla y León, («con una población más clásica y homogénea», dijo), sus argumentos no acabaron de convencer.
El último estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hecho público el jueves pasado, confirma lo que decían los expertos: el retroceso -pequeño, pero retroceso-, que se ha registrado estos últimos años en materia de integración escolar de los inmigrantes. España es, según este informe, uno de los países donde en la última década ha aumentado la diferencia entre los resultados en Matemáticas que obtienen los alumnos autóctonos y los que sacan los extranjeros. Solo Italia, Francia, Islandia y curiosamente también Finlandia experimentaron entre el 2003 y el 2012 una caída mayor que la española.
El estudio, titulado ‘Estudiantes inmigrantes en el colegio: allanando el camino hacia la integración‘, se ha elaborado a partir de datos del programa PISA de la OCDE y pretende ser, según indica el director del área de Educación del organismo, Andreas Schleicher, un documento de trabajo para conocer si las escuelas de los países occidentales están preparadas ante la inminente (o no tan inminente) llegada de refugiados. En el informe se confirma que, efectivamente, los colegios con mayores tasas de niños inmigrantes suelen estar localizados en vecindarios pobres. Esa es, a ojos de la OCDE, la clave de sus malos resultados escolares.
«El sistema educativo no está consiguiendo neutralizar las diferencias sociales y económicas entre los alumnos ricos y pobres y distribuir los resultados académicos de los alumnos con independencia de su origen familiar», lamentaba recientemente Bonal, profesor de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Valga decir, como atenuante, constata el estudio de la OCDE, que la presencia de estudiantes de 15 años inmigrantes de primera generación (es decir, jóvenes nacidos en el extranjero y cuyos padres también son inmigrantes) ha crecido 5,5 puntos porcentuales en España cuando el promedio de los países de la OCDE es de solo 0,4 puntos porcentuales.
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