El camino hacia una real educación inclusiva
Es un hecho comprobado que los seres humanos somos indudablemente diferentes y diversos los unos de los otros, aunque compartamos una biología similar, espacios y experiencias comunes o arquetipos físicos parecidos, es nuestra historia y la percepción e interpretación que hacemos de nuestras experiencias construidas a partir de la propia subjetividad, lo que nos distingue.
La diversidad no es solo un concepto, sino un fenómeno amplio y una realidad riquísima, que incluye la gran variedad de posibilidades de expresión de nuestra condición de ser humano y su estar en un espacio determinado por los otros, por el ambiente y por la cultura, donde los diversos estilos de aprender, las minorías étnicas y culturales, los grupos de riesgo o la discapacidad es legitima expresión de nuestras diferencias. Como también lo es, la identidad de género y su diversidad.
Así, los estudios sobre la inclusión y particularmente en lo que a educación refiere, deben y están siendo abordados cada vez con más fuerza desde distintos campos científicos, distintas disciplinas y diversos paradigmas explicativos , todos con el denominador común de ofrecer una comprensión situada del fenómeno de la diferencia humana y la complejidad de sus manifestaciones en contextos biológicos, psicológicos, sociales y culturales, lo que permite evidenciar antecedentes y resultados que avalan un movimiento social y ciudadano que está impregnando la vida de las escuelas, las Universidades, las ciencias y los debates públicos.
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