La trampa del antirracismo ‘white friendly’
No sé si el concepto de antirracismo white friendly existe o no. Puede que la asociación la haya hecho yo y ya está. En cualquier caso, si el título del artículo de hoy te parece curioso, quédate porque hoy voy a intentar desenredar la cuestión de qué es esto del antirracismo white friendly.
Para empezar, tengo que contarte una historia que te va a ofrecer el contexto. Hace unos meses me disgusté bastante cuando descubrí el vídeo de una mujer negra que cuestionaba si era racismo todo lo que se denuncia como racismo. El vídeo me resultó bastante confuso, ya que en él se mezclaban y se trataban demasiados temas de forma algo superficial y confusa para mí, pero hubo bastantes cosas de las que dijo que me preocuparon, y de eso quiero hablar hoy.
Entre las cuestiones que comentaba en el vídeo, varias cosas llamaron mi atención. Por un lado, si bien reconocía la existencia del racismo, daba a entender que solo es racismo la agresión, y que debe denunciarse, y animaba a las personas a que, ante una agresión racista sufrida, la denunciasen a la policía. El hecho de limitar el racismo a su máxima expresión en forma de agresión invisibiliza y niega lo que digo en todos los artículos que publico: que el racismo es una estructura social, económica y política articulada por la supremacía blanca y que tiene consecuencias mucho más allá de las agresiones. Al final, la agresión, verbal o física, es tan solo la máxima expresión de un odio que se fundamenta en un sistema de estereotipos y prejuicios que pasan mucho más inadvertidos, incluso para la mujer negra que publica este vídeo, por lo visto.
Otra de las cuestiones que llamó mucho mi atención fue el hecho de que instara a las personas a no llamar “antirracismo” al movimiento que lucha contra el racismo. Ofrecía, como alternativa, el término “integracionismo”. Ese integracionismo ¿qué significa? ¿Respalda eso que dicen muchas personas blancas, de que los inmigrantes lo que tienen que hacer es integrarse? ¿Y qué supone integrarse? Porque parece que vivir y convivir en sociedad nunca es suficiente. No. Hay que desprenderse y olvidarse de las culturas y tradiciones de origen, hay que callar y acatar las normas, a pesar de que sean racistas y discriminatorias y nieguen u obstruyan derechos básicos y, sobre todo, hay que mostrar agradecimiento al salvador blanco que nos permite estar Aquí, que nos humaniza y que nos da unas migajas con las que nos tenemos que conformar.
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