Entrevista: Lejos de estar traumatizados, la mayoría de los refugiados son “sorprendentemente resilientes”
Para los que tienen la fortuna de vivir de manera cómoda y segura, resulta difícil imaginar el impacto psicológico de ser expulsado del hogar por la guerra, la persecución o el desastre. La palabra “trauma” a menudo se utiliza a la ligera para describir los terribles efectos de la huida y sus consecuencias sobre las personas desplazadas forzosas, aunque la realidad es más compleja. Estudios sobre salud mental muestran que la inmensa mayoría responden con “angustia normal” al desplazamiento. Una proporción más pequeña – no más de uno de cada cinco – presentan formas leves o moderadas de problemas mentales, incluido el trastorno por estrés postraumático (TEPT) moderado. Entre un tres y un cuatro por ciento padecen trastornos graves, como trastorno bipolar o psicosis. El oficial de salud mental de ACNUR, Pieter Ventevogel, ha conversado con el editor del sitio web global, Tim Gaynor, en Ginebra, sobre la realidad de los trastornos mentales en los desplazamientos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la inmensa mayoría de los millones de personas desplazadas forzosas responden al hecho de tener que abandonar sus hogares, sus trabajos y a veces incluso su familia, de formas descritas como “angustia normal”. ¿Cuál es una reacción normal a perderlo todo?
Las personas desplazadas forzosas o que se encuentran en otras situaciones de emergencia humanitaria se han enfrentado a menudo a hechos horribles, no cabe duda, y esto provoca la infelicidad de la gente.¿Qué otra cosa se podría esperar si destruyen tu casa, tienes que huir, todo tu mundo se ha venido abajo? Lo que observamos es que muchas personas – por ejemplo, en nuevas crisis de refugiados – están alteradas, angustiadas, les cuesta conciliar el sueño, están enfadadas, están tristes. Creo que todo esto es bastante comprensible y no es extraño en sí mismo, porque la gente continúa adelante con su vida, intenta hacer algo con ella. Es una reacción comprensible y predecible que disminuirá o desaparecerá cuando las cosas mejoren.
¿Está sorprendido por lo resilientes que los refugiados resultan ser?
Mucho. Cuando visito campamentos de refugiados, a menudo pienso: “¿Qué haría yo en esta situación? ¿Sería capaz de lidiar con toda la pobreza y la falta de expectativas, o la falta de servicios? Así es que sí, estoy sorprendido por la resiliencia de las personas, por la forma en que la gente es capaz de continuar y de prosperar en un contexto de adversidad. Las personas son a menudo capaces de seguir adelante, y esto es increíble. Tenemos que potenciar esto. Sentarse a esperar que nos repartan la comida, a que nos den una cosa, no es bueno para las personas. Hace a la gente dependiente, le hace perder su vitalidad. Ahora hablamos de implicar a los refugiados en la respuesta humanitaria y, para mí, esta es quizás una de las intervenciones mentales más importantes que se pueden hacer.
Si bien muchas personas resultan ser extraordinariamente fuertes, el desplazamiento forzoso puede provocar daños psicológicos. En el extremo más leve del espectro, ¿qué tipo de trastornos son los más comunes y con qué frecuencia se dan?
No disponemos de datos muy precisos porque los contextos son muy diferentes. La situación de los refugiados en Chad procedentes de Darfur es muy diferente de la situación de los refugiados rohinyás en Bangladesh. En general, lo que podemos decir es que aproximadamente entre un 15 y un 20 por ciento de las personas desplazadas tienen problemas de salud mental, y la mayoría de ellas, en la parte leve del espectro.
Yo creo que el problema de salud mental más importante entre los refugiados tiene que ver con la pérdida y la pena, que a veces puede llevar a la depresión. Las personas han perdido muchas cosas – por supuesto, seres queridos, pero también cosas materiales, y también estatus, cosas no materiales, “ser alguien”. Los refugiados han tenido muchas experiencias de pérdida. De hecho, este es para mí el tema central en los problemas de salud mental específicos de los refugiados.
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