Comunidades de aprendizaje: cuando los profesores ceden espacio al entorno del alumno
El Instituto de Educación Secundaria (IES) Profesor Julio Pérez amanece con actividad. A pesar de estar en vacaciones, muchos alumnos han venido a formalizar sus matrículas para el curso que viene, algunos profesores se han acercado para firmar las actas… En el hall de entrada de este centro de Rivas-Vaciamadrid, municipio de la Comunidad de Madrid, hay bastante afluencia de gente y en la puerta principal se ha formado una pequeña cola. Desde allí, puede leerse en lo alto del edificio un letrero: Premio Nacional Marta Mata 2010 a la calidad educativa. Es uno de los frutos que este instituto ha recogido por su continua innovación.
Entre sus proyectos, el centro lleva varios años poniendo en funcionamiento los grupos interactivos, una de las llamadas Actuaciones Educativas de Éxito que forman parte de las denominadas comunidades de aprendizaje.
Rafael Gallego, director del IES Antonio García Bellido, en Armunia, barrio de la ciudad de León, explica que “una comunidad de aprendizaje se sustenta en las llamadas Actuaciones Educativas de Éxito, que están dirigidas a la transformación social y educativa, contando con la intervención de toda la comunidad. El objetivo es doble: por una parte, superar el fracaso escolar y, a la vez, fortalecer la convivencia”.
Según la página oficial de comunidades de aprendizaje, en España ya se contabilizan 126 centros que se han sumado a este proyecto de una forma íntegra, mientras que otros, como el Bellido y el Julio Pérez, incluyen algunas de sus actuaciones en el desarrollo escolar. Pero este proyecto educativo no solo se puede encontrar en España. Son cientos los centros repartidos a través de toda América del Sur y Centroamérica, y EEUU también cuenta con tres de estas escuelas.
“Creo que una de las claves de las Actuaciones Educativas de Éxito es que son universalizables, es decir, que tienen la misma capacidad educativa y transformadora en un colegio del centro de Manhattan que en uno de una aldea de Madagascar”, comenta Rafael. Y así lo avala el proyecto de investigación INCLUD-ED, que señala que “estas funcionan en cualquier contexto educativo y social”.
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