24.000 personas atrapadas en las islas griegas pagan el precio de las inhumanas políticas del acuerdo UE-Turquía
Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta de que 24.000 hombres, mujeres y niños que buscan protección en Europa están atrapados en las islas griegas en terribles condiciones, mientras que las autoridades griegas y europeas los desatienden deliberadamente.
“Esta crisis dañina, que minan el bienestar de miles de personas vulnerables, es el resultado de un sistema de recepción defectuoso, de la falta de mecanismos de protección y de unos servicios insuficientes. Esto demuestra el fracaso del enfoque de contención y disuasión de la UE para gestionar la migración”, denuncian desde la ONG.
MSF lleva cuatro años trabajando en las islas griegas y, todavía hoy, la respuesta humanitaria y médica se deja en manos sobre todo de organizaciones de voluntarios que están reemplazando las responsabilidades del Estado.
“Hoy, una vez más, la falta de respuesta a las necesidades ha obligado a MSF a ampliar sus operaciones: nuestros equipos realizan cientos de consultas médicas diariamente en las islas de Lesbos, Samos y Quíos en coordinación con otras ONG y asociaciones de voluntarios”, advierten. Además, la organización está incrementando las instalaciones de saneamiento y distribuyendo bienes de primera necesidad de forma regular.
“Esta no es una nueva emergencia: el grave hacinamiento en los hotspots (centros de registro) es una crisis impulsada por políticas que perjudican a miles de hombres, mujeres y niños todos los días desde hace años. Lo hemos visto en el pasado y lo seguimos viendo hoy”, denuncia Tommaso Santo, coordinador general de MSF en Grecia.
“Más de tres años después de encerrar a los solicitantes de asilo en condiciones desesperadas en las islas griegas, ¿deberíamos concluir que las autoridades griegas y europeas esperan confiar en este vergonzoso fracaso del sistema de recepción como una forma de disuadir a los nuevos migrantes que llegan a la UE? El reciente aumento de las llegadas muestra que esta solución temporal no es sostenible y sigue castigando a las personas”, añade.
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