Acabar con la religión islámica en los colegios, la asignatura pendiente de Vox
Frente al discurso del odio de la extrema derecha, hay que potenciar el diálogo y la comunicación como formas de interacción cultural. Es la receta de María Teresa González Santos, profesora de Sociología de la Universidad de Málaga, para combatir los mensajes islamófobos de partidos ultras como Vox, que pretenden desterrar de las aulas españolas la asignatura de religión islámica.
La razón contra la sinrazón. El conocimiento como vacuna contra los bulos y la desinformación. El academicismo contra el mensaje populista de rápida absorción. Ana Planet Contreras, profesora de Sociología del Islam en la Universidad Autónoma de Madrid, considera que la religión basada en el Corán es constructiva: “Defiende los derechos humanos, carece de una condición rigorista y excluyente, y no tiene nada que ver con la guerra santa”.
Pese a su repetición constante, los ataques de los reaccionarios no son nada originales. “Se trata de conceptos prestados de un discurso islamófobo procedente de las redes globales, sobre todo de Estados Unidos”, añade Planet. “Me gustaría pensar que esa manipulación de Vox es por desconocimiento, pero desgraciadamente su islamofobia forma parte de la agenda internacional de las formaciones ultras”.
La profesora de la Complutense —además de insistir en que sus argumentos no nacen en un ámbito nacional, sino que se alimentan de la extrema derecha mundial— está convencida de que el oportunismo de los ultras no responde sólo a un contexto determinado, aquí y ahora, sino que se trata de un alegato arrastrado por la corriente oceánica. “No es algo espontáneo, sino premeditado, como revelan las investigaciones que venimos realizando desde hace tiempo”. Vox como franquicia patria de la islamofobia.
“Vivimos un tiempo de identidades excluyentes, que se percibe en lo religioso, pero también en lo étnico y en lo lingüístico”, reflexiona Fernando Amérigo, director del Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense. “Parece que sólo prima una identidad, de modo que el contrario se convierte en un enemigo. Por ello, urge combatir ese discurso identitario”, cree el profesor de Gestión de la diversidad religiosa, convencido de que se está simplificando el significado de la identidad.
Para muestra, un ejemplo: “Uno puede sentirse al mismo tiempo catalán, vasco y español, porque nació en Madrid pero tiene una herencia cultural de sus padres, quienes nacieron en Girona y en Bilbao”. Por ello, critica las encuestas que plantean cuestiones cuyas opciones de respuesta son excluyentes: “¿Por qué preguntan si te sientes más catalán o español? Las identidades siempre son múltiples. Te puedes sentir catalán y español, del mismo modo que un musulmán puede sentirse tan andaluz o asturiano como cualquier otro ciudadano”.
Leer el resto del artículo en Público.