Estos son los hogares en España cuyos niños no pueden comer carne, renovar sus gafas y pasan frío en invierno
Uno de cada cuatro niños en España vive en riesgo de pobreza. Algo más de dos millones de menores. Residen en hogares en los que «la preocupación» marca el día a día, explican en Save the Children. Que se rompan unas gafas o se estropee la nevera supone un problema mayúsculo, porque no hay dinero para asumir el gasto imprevisto. La carne y el pescado no pueden entrar en el carrito de la compra y el frío de la calle también se siente en el sofá de casa. La ONG ha presentado este miércoles un estudio que analiza en qué hogares residen estos niños, con el objetivo de que los poderes públicos puedan afinar mejor al dirigir las políticas contra la pobreza infantil.
España, como país rico, no está haciendo los deberes en este tema, con una de las tasas de pobreza infantil más altas de Europa. La ONG enfrenta a los poderes públicos al espejo: estos niveles de pobreza infantil son una elección. Ni invertimos los suficientes recursos como país, ni lo hacemos de manera eficiente, para solucionar este problema. «La pobreza infantil es algo que se puede erradicar, no solo reducir. Se puede erradicar», ha insistido Andrés Conde, director general de Save the Children.
El estudio ‘Familias en riesgo’, de la experta en pobreza infantil Gabriela Jorquera, delimita seis perfiles de familias con niños en España a través de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. A partir de ahí, analiza cuáles están más afectadas por la pobreza y en qué medida, según varios indicadores, como la pobreza energética, la posibilidad que tienen para afrontar gastos imprevistos y la incapacidad de consumir las proteínas adecuadas en su dieta.
Los perfiles a los que más alcanza la pobreza infantil son, por orden de mayor a menor vulnerabilidad: las familias monomarentales, las que conviven con los abuelos, las migrantes y las de trabajadores pobres en grandes ciudades. Por último, la organización delimita dos perfiles que están más protegidos: las familias que denominan de «clase media» y de «clase media alta».
Pobreza severa en la mitad de hogares monomarentales
«Yo rebusco todas las ofertas. Te das cuenta de que la leche es más barata en un súper, 20 céntimos, a lo mejor, pero esos 20 céntimos, más 20 céntimos, más 20 céntimos, en seis litros te hacen el euro del jamón de york», explica a la ONG Aroa, una madre de 32 años que vive sola con su hijo de 12 años y su niña de ocho.
El perfil de familias monomarentales estudiado por Save The Children, compuesto por 56.019 hogares, es el más vulnerable. Un 72,5% vive en riesgo de pobreza moderada y la mitad por debajo del umbral de pobreza severa (con menos ingresos del 40% de la renta mediana).
Los datos que facilita el INE permiten trasladar estas cifras a las dificultades diarias de estos hogares: casi uno de cada cinco no puede comer carne, pollo o pescado cada dos días. El 90% no puede afrontar el pago de imprevistos, como pueden ser la rotura de la nevera o de unas gafas. Casi el 30% no puede mantener una temperatura adecuada en el hogar.
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