Educación 2020: El año que estudiamos peligrosamente
La educación ha sufrido a lo largo de 2020 tal vez la mayor prueba de estrés de su historia. Pero hasta que la pandemia se desató con toda su virulencia y los centros educativos de todo el mundo cerraron, hubo tiempo, sin embargo, para dedicarlo a algunos temas que estaban adquiriendo protagonismo.
A principios de año, el denominado “pin parental” agitó el debate educativo. Vox quería que los padres tuvieran que autorizar expresamente al colegio a que impartiera a sus hijos cualquier taller o charla que afectara a cuestiones sobre la identidad de género, la diversidad LGTBI, el feminismo u otro tipo de actividad susceptible de ser vetada.
El pin se aplicó en Murcia cuando The Conversation publicó un artículo titulado El ‘pin parental’: un ataque autoritario contra los valores democráticos. Defendía que es en la escuela pública donde los niños y niñas de todos los niveles socioeducativos pueden ser atendidos y se pueden desarrollar con igualdad de oportunidades. La medida suponía una ruptura autoritaria con los valores de la democracia.
Antes de que la Covid-19 cerrara los colegios durante seis meses continuamos con nuestra labor de mostrar la investigación científica centrada en el aula. ¿Qué es eso de la gamificación, un concepto tan popular en muchos entornos educativos? Se trata de una metodología muy de moda y que consiste en la aplicación de elementos característicos de los juegos en contextos no lúdicos (en este caso, dentro de las clases y con el objetivo de aprender).
El artículo Qué es la ‘gamificación’ y por qué no está clara su eficacia en el aula sostenía que esta metodología emergente tiene una escasa evidencia científica que confirme su efectividad, aunque los estudios al respecto están aumentando considerablemente.
Y, de repente, las escuelas cerraron
Pero el virus llegó en marzo, entró en las escuelas y lo acaparó todo. El pin pasó a un segundo plano y las diferentes metodologías educativas también. Había cosas que empezaban a preocupar mucho más que todo lo anterior. Los niños/as se encerraban en casa. Los colegios cerraban. ¿Estábamos preparados para ello? ¿Los estaban los profesores? ¿Los propios alumnos? ¿Existía una infraestructura que permitiera dar y recibir clases en línea?
Leer el resto del articulo en The Conversation.