Las ventajas de tener un secretario de Educación bilingüe
Cuando Miguel Cardona tenía 5 años, comenzó el jardín de niños en una escuela pública. Sus padres se habían mudado de Puerto Rico a Meriden, Connecticut, donde nació Miguel. Su padre trabajaba como policía en la ciudad y su familia residía en una vivienda pública. En su casa hablaban en español. Cuando Miguel comenzó la escuela, el inglés era una especie de misterio. Era, como dicen los educadores hoy en día, un estudiante o aprendiz de inglés (en Estados Unidos, los clasifican como “English Language Learner”, o ELL ).
El mes pasado, el presidente electo Biden anunció su intención de que Cardona fuera el secretario de Educación, en sustitución de Betsy DeVos. De ser confirmado, podría ayudar a desmontar la creencia generalizada que retrata a quienes no son hablantes maternos del inglés como personas agobiadas por carencias o como un problema que hay que resolver lo antes posible.
Cardona se encargaría de dirigir un vasto y variado sistema de escuelas y universidades que ha cambiado mucho desde que él mismo lo utilizó hace 40 años. Los estándares académicos son más estrictos, los exámenes han cobrado mayor importancia y la desigualdad económica se ha incrementado. Además, hay un número considerable y creciente de estudiantes que en casa hablan otro idioma que no es el inglés, como le sucedió a Cardona durante su infancia. Si llega a convertirse en secretario de Educación sería el primero que tuvo que aprender inglés en la escuela, por lo que tendrá la oportunidad de aplicar en todo el país su considerable pericia y experiencia en el aprendizaje del idioma, pues el conocimiento que se está obteniendo de las investigaciones académicas dicta que los estados y distritos deberían enseñar a los estudiantes de inglés, tanto en esa lengua como en la materna.
Cuando Cardona nació, en 1975, Estados Unidos estaba cerca del punto más bajo de una disminución de la inmigración que llevaba medio siglo. Desde entonces, el porcentaje de residentes nacidos en el extranjero se ha duplicado con creces y el número de estudiantes de hogares en los que el inglés no es el idioma dominante ha crecido a la par. Pero es un error suponer que la mayoría de los estudiantes que aprenden inglés en el sistema educativo nacen en el extranjero. El 71 por ciento, como Cardona, nace en Estados Unidos. Entre los niños pequeños, la proporción es aún mayor.
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