Así vive La Palma el cierre de colegios por el volcán: las becas de comedor y trabajar las emociones será prioritario
Yaneli tiene dos hijos y ha sido evacuada de Puerto Naos por seguridad ante la erupción volcánica que afecta a la isla de La Palma desde el pasado domingo. Su casa está a salvo de la lava, pero por precaución los vecinos han sido desalojados de este punto. Ella se ha ido a casa de un familiar, pero “somos 13 ahora mismo”, señala. Entiende que los centros educativos se encuentren cerrados, pero no oculta que la situación se está volviendo “muy difícil”. “Es horroroso”, sostiene mientras camina cargada con bolsos con uno de sus pequeños, que no deja de hacer preguntas como cualquier menor a esa edad y que está atravesando por un proceso de tantos cambios en su vida cotidiana. Desde el pasado domingo, un total de 20 centros educativos de los municipios de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte se encuentran cerrados “hasta nuevo aviso”. También se han suspendido las clases solo este lunes en los colegios de Santa Cruz de La Palma y en Breña Alta para realizar labores de limpieza debido a la ceniza que ha caído este domingo del volcán. Hasta ahora, se conoce con seguridad que el colegio de Los Campitos (con 23 estudiantes) fue afectado por la lava y probablemente el de Todoque, de donde se extrajo todo el material posible poco antes de ser evacuado. De una forma u otra se trata de unos 4.400 alumnos y alumnas que se encuentran sin clases y a los que les está afectando la situación que se vive en la isla, por lo que la prioridad será trabajar las emociones cuando se produzca la vuelta a clase.
Por las mañanas apenas se aprecian familias en las calles de El Paso o de Los Llanos de Aridane. En los parques los niños no juegan y los campos de fútbol y pabellones han sido reconvertidos o en centros de atención o punto de recogida de enseres para los afectados. La ceniza lo impregna todo. “Salimos ahora un rato por la noche a hacer un breve paseo”, explica una vecina que se encuentra con sus niños y que remarca que las autoridades han advertido que deben limitarse los desplazamientos y proteger la salud de la respiración de estas finas partículas de roca. Conciliar la vida laboral con el cuidado de los menores se complica. “Solo llevaban unos días de clases tras el verano y ahora lamentablemente ocurre esto”, señala esta mujer. No obstante, toda la población insiste en que las más afectadas son aquellas personas que lo han perdido todo.
Desde la Consejería de Educación coinciden con las personas expertas en que lo principal es trabajar el bienestar emocional cuando el alumnado vuelva a las aulas, cuyas clases se reanudarán poco a poco “de forma segura”. Hay estudiantes afectados de forma directa y otros de forma indirecta. Los psicólogos insisten en que “cuanto antes se recupere la normalidad, será mucho mejor” y, por ello, desde esta área del Gobierno de Canarias se está evaluando la situación de todos los centros y de las familias. El pasado viernes, la consejera Manuela de Armas tenía previsto viajar a la isla y reunirse en el Consejo de Gobierno extraordinario, pero finalmente no pudo hacerlo por las condiciones de los aeropuertos ante la ceniza del volcán. No obstante, ha mantenido encuentros telemáticos con los directores y directoras de los colegios de la zona. Uno de los problemas para reanudar la actividad lectiva, además de la situación cambiante de la erupción, es que muchas familias se han trasladado a otros puntos de la isla a casa de familiares. Desde Cruz Roja, de hecho, confirman que muy pocas familias con niños han sido ubicadas en hoteles.
Leer el artículo completo en El Diario.