El Congreso aprueba una ley de convivencia en las universidades que permite sancionar el plagio, las novatadas o los escraches
Las universidades tienen por fin una norma para que su funcionamiento interno se rija por principios constitucionales. El Congreso ha dado este miércoles fin al código disciplinario que aprobó el dictador Francisco Franco en el pazo de Meirás en 1954. Con la nueva Ley de Convivencia Universitaria, los centros de enseñanza superior tendrán una herramienta actualizada para sancionar el plagio, las novatadas, las trampas en un examen o los escraches. La nueva norma es ordinaria ―no es orgánica―, por lo que no se ha votado en el pleno de la Cámara, sino en la Comisión de Ciencia después de que el 21 de octubre se descartasen las enmiendas a la totalidad del PP y Vox. La ley ha salido adelante con 20 votos a favor (PSOE, Podemos, PNV, ERC, y Teruel Existe), 15 en contra (PP, Ciudadanos y Vox) y una abstención (Bildu).
La norma franquista no era solo anticonstitucional, sino caduca en el siglo XXI. En 2012, la entonces defensora del pueblo, Soledad Becerril, subrayó que había “notorias carencias para ser aplicada a situaciones frecuentes”, en referencia al uso de las nuevas tecnologías para copiar en los exámenes o en un trabajo o a los derechos de autor, que se recogen ahora en la ley de convivencia. El texto inicial de la norma aprobada se vertebraba en torno a la mediación ―primando la resolución de conflictos sobre el castigo―, con dos herramientas distintas: un arbitraje informal para solucionar situaciones de manera amistosa y los conocidos como “procedimientos de mediación”, dos órganos con representación de todos los colectivos que se reunirían para sancionar determinadas conductas. Pero tras las negociaciones políticas con Esquerra, el texto dejó manos libres a cada campus público (los privados están exentos) para gestionar la convivencia como quisiera, amparado en la autonomía universitaria. Es decir, podía no recurrirse a la mediación.
Pero a última hora, este martes por la noche, el Gobierno acordó con el PNV que cada universidad ―sin perjuicio de sus competencias― “desarrolle” un sistema de mediación que se aplique antes y durante el procedimiento disciplinario. La enmienda vasca apacigua en parte a la conferencia de rectores (CRUE), pero se sigue “impidiendo el establecimiento de un marco común para todo el sistema universitario español”, como habían denunciado esta y las asociaciones estudiantiles (CREUP y CEUNE) ―muy enfrentadas en los tira y afloja de la nueva ley de universidades― en un comunicado conjunto. CREUP ha llamado a un “paro académico” este jueves sin mucho eco en las redes sociales.
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