Atención a personas adultas enfrentadas a situaciones conflictivas en el ámbito académico
Propuesta 47 del Libro blanco de educación intercultural. Documento en el que han colaborado más de cincuenta personas expertas, editado por FETE-UGT.
El propósito fundamental de esta propuesta es mejorar la integración cultural de aquellas personas adultas cuyas competencias procedimentales y actitudinales no son las necesarias para desenvolverse en situaciones comunicativas determinadas.
Por ello se originan estados de fracaso en la interacción, llegando incluso a generarse problemas en la convivencia social.
La propuesta se dirige a dos públicos objetivos distintos, fáciles de delimitar:
• Grupo A, constituido por personas procedentes de comunidades socioculturales y lingüísticas diferentes de la española que buscan integrarse en la sociedad receptora y, en concreto, en la situación que se describe más adelante.
• Grupo B, personas españolas que abandonaron o no tuvieron estudios secundarios y que desean adquirir o desarrollar hábitos y capacidades para la educación permanente o superior. Para estos dos grupos se derivarán actuaciones diferentes que se explicitan en el punto de Medidas.
Respecto al grupo A la situación se plantea así: la educación de los niños y niñas que llegaban a Europa a causa de los movimientos migratorios fue analizada por el Consejo de Europa a partir de finales de la década de los sesenta.
Evidentemente, introducir el factor “migración” en las políticas educativas ha de repercutir en los hábitos sociales de las comunidades receptoras, que a la vez precisan de influir en las familias “migrantes”. Este proceso, de ocurrir satisfactoriamente, da lugar a personas que actúan interculturalmente y presenta, como sabemos, graves dificultades. El enfoque intercultural, recomendado por las instituciones europeas, partía implícitamente de una Europa más cohesionada de lo que realmente conocemos (Gundara, 1997); es fácil comprobar las distintas respuestas que se dan a problemas cotidianos en los diferentes países. Sea cual sea la situación escolar, la relación de los y las responsables familiares y el centro es claramente decisiva para que el proceso de integración de los alumnos y alumnas sea el óptimo. Ha de darse para esto la integración cultural de esos familiares para que sean factor coadyuvante de la educación de los y las menores en el nuevo contexto sociocultural y lingüístico.
Respecto al grupo B: según el Real Decreto 1892/2008, de 14 de noviembre, por el que se regulan las condiciones de acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de grado y los procedimientos de admisión a las universidades públicas española, pueden incorporarse a los estudios universitarios de grado personas que hubieran cumplido 25 años de edad, las que hubieran cumplido 40 años y acrediten una determinada experiencia profesional o laboral, así como las personas que hubieran cumplido 45 años.
La prueba de acceso a la universidad es muy semejante a la prueba de selectividad. Sin embargo, los y las aspirantes suelen presentar un nivel de conocimientos menor que el de los que superan dicha prueba, como se comprueba en las convocatorias celebradas en las universidades españolas. Contrasta esto con la abundante publicidad de centros que animan a los posibles aspirantes a seguir cursos preparatorios con la promesa de un fácil acceso26, suele indicarse que no se necesitan conocimientos previos ni ningún tipo de titulación.
MEDIDAS DESEABLES PARA LLEVAR A CABO LA PROPUESTA
Para el grupo A:
• Las políticas educativas locales favorecerán la heterogeneidad del alumnado de los centros, evitando a su vez largos desplazamientos desde los hogares mediante el respaldo de políticas de vivienda y urbanismo, que fomenten la interculturalidad y la movilidad entre las distintas zonas urbanas.
• El centro de enseñanza (de Educación Infantil, Primaria o Secundaria) se comprometerá en su PEC a seguir considerando la variedad de origen familiar como un factor positivo para la educación intercultural de todos los alumnos y alumnas.
• El centro, en colaboración con las asociaciones de padres y madres de alumnos, articulará aulas de apoyo para familiares, que vayan más allá de las entrevistas personales con los tutores y tutoras y en las que puedan tratarse destrezas sociales para la convivencia familiar. Valorar, en suma, las situaciones de desequilibrio entre el aula en la que están los hijos e hijas y los valores desprendidos de la convivencia familiar.
• Dar a conocer a los padres y madres, objeto de esta propuesta, los valores que sustentan el PEC y cómo se reflejan en el PCC.
• Fomentar el aprendizaje cooperativo no sólo entre los alumnos y alumnas, sino entre la familia-centro, de forma que la familia pueda construir su identidad en la nueva comunidad sin verse obligada a renunciar a su identidad originaria.
• Considerar en los PCC la diferencia de estilos de aprendizaje ligados a las distintas culturas.
• Implementar una sección de mediación lingüística dentro de los equipos psicopedagógicos que ya existen en los centros para que todas las actividades organizadas se planteasen desde una perspectiva intercultural y lingüística.
• Considerar eficazmente la posibilidad de que la formación continua del profesorado, exigida por estas situaciones, se compute y se requiera a efectos laborales.
Para el grupo B:
• Incorporar el perfil de este tipo de estudiante a los PEC de algunos IES de cada localidad.
• Atender esa incorporación implementando aulas de apoyo que se dirijan no sólo a superar el examen de acceso a la universidad, sino a la adquisición de hábitos de estudio y a la actualización de técnicas necesarias en el estudio universitario y de manejo de las nuevas tecnologías.
• Orientar desde los gabinetes psicopedagógicos de los IES la elección de estudios universitarios.
• Facilitar la conciliación de la vida laboral y la de estudiante universitario.
• Favorecer el aprendizaje cooperativo intergeneracional en la universidad y fomentar la investigación acerca de los beneficios que genera y de los retos que plantea.
• Indicar, en su caso, otras vías de enriquecimiento intelectual y afectivo no ligadas, necesariamente, a la consecución de un grado universitario.
• Crear la figura de responsable de centro que vincule estas actividades con la o las universidades, posibles receptoras de este alumnado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DURÁN, D. y VIDAL, V. (2004): Tutoría entre iguales: de la teoría a la práctica. Un método de aprendizaje cooperativo para la diversidad en secundaria. Barcelona: Graó.
GARCÍA GARRIDO, J. L. (2000): “Autonomía escolar y participación democrática”, La sociedad educadora. Madrid: Fundación Independiente.
GUNDARA, J. S. (1997): “Diversidad social, educación e integración europea”, Revista Iberoamericana de Educación, nº13 monográfico: Educación Bilingüe Intercultural, disponible en: https://www.rieoei.org/oeivirt/rie13.htmR
PEÑALVA VÉLEZ, A. y SOTÉS ELIZALDE, M. Á. (2009): “Evolución histórica del concepto de diversidad cultural en las leyes educativas españolas en comparación con la normativa europea sobre interculturalidad”, en
BERRUEZO ALBÉNIZ, M. R. y CONEJERO LÓPEZ, S. (coords.), El largo camino hacia una educación inclusiva: la educación especial y social del siglo XIX a nuestros días, vol. 2. Pamplona: Universidad Pública de Navarra, 391-402.
SOTO MARATA, P. (1995): “Interculturalidad: La variabilidad cultural como punto de partida para el desarrollo del currículum”, en FERNÁNDEZ SIERRA, J. (coord.), El trabajo docente y psicopedagógico en educación secundaria. Granada: Aljibe, 181-197.