La justicia curricular. El caballo de Troya de la cultura escolar
Las aplicaciones del concepto de justicia al ámbito educativo se han polarizado en diferentes ideologías y diversas políticas.
El potente concepto de justicia redefinido por Rawls dio un paso que pretende corregir el exceso del individualismo y los abusos de la propiedad privada del liberalismo puro, pues hablar de la educación es tratar con bienes socioculturales no con bienes materiales. Obras como ésta permiten ir superando el igualitarismo ingenuo para seguir planteando, una y otra vez, cómo se entiende la justicia (equidad, reconocimiento del mérito, de la individualidad, reconocimiento de la identidad cultural) y su relación con la igualdad (de oportunidades, niveladora, de trato).
La justicia curricular es como un mosaico complejo de principios morales, de criterios particulares de decisión, generados en el marco de los principios de la institución educativa para la comunidad política. Principios morales que dan respuestas a derechos básicos para la educación. En esta obra, el autor aborda el concepto desde el reconocimiento de la perspectiva comprensiva de todos los colectivos escolares, cuya participación sociopolítica en la comunidad es imprescindible para un mundo más justo y democrático.
Y la sugiere para las condiciones del aquí y ahora, para lo cual explora en el libro los conocimientos necesarios e imprescindibles para educar en el siglo XXI, donde es necesario identificar y comprender los diferentes ingredientes cristalizados en la cultura escolar.
Una vez reconocidas y señaladas en el libro las actuales revoluciones del presente, para poder discernir con propiedad acerca de la justicia, caracteriza la injusticia, porque sería ejercicio inocente referirse a lo deseable sin conocer aquello que lo imposibilita. La manera en que el autor trata el tema de la justicia curricular (divulgada en nuestro país por Connell y Gimeno Sacristán) consiste en señalar los posibles peligros actuales como consecuencia de las transformaciones que estamos experimentando en nuestras formas de vida en el ámbito político, económico, sociológico, tecnológico, ético y estético. Con ello pretende alertar al mundo educativo desde la descripción de las políticas curriculares inadecuadas.
Una constante en toda la obra es hacer visible el proceso de globalización neoliberal y buscar alternativas que puedan hacer de la educación un proceso de construcción de la autonomía de los sujetos, a través de la participación e implicación en las decisiones individuales y colectivas.
El contenido del libro se aborda en una estructura de cuatro capítulos de desigual densidad, entre los que destaca el primero, que caracteriza al siglo XXI: “Revoluciones del presente y conocimientos necesarios para entender y participar en la sociedad”. El interés del autor es representar las principales transformaciones que acontecen hoy en la sociedad e identificar los efectos educativos que tales circunstancias provocan. Desde el genuino campo curricular aborda la finalidad de los contenidos para señalar las intervenciones curriculares inadecuadas -en el segundo capítulo-. Es decir, describe y denuncia las patologías propias arraigadas en el desarrollo del currículo: segregación, discriminación, sexismo, racismo, tergiversación, paternalismo y pseudotolerancia, exclusión, desconexión curricular, psicologización, infantilización, presentismo…
En los dos últimos capítulos estudia las relaciones entre las instituciones educativas y las familias categorizando modelos de relación, que nos permiten comprender y dilucidar una opción cívica al tiempo que detectar y abordar las dificultades de tales relaciones, sugiriendo una serie de consejos y recomendaciones para instituciones escolares flexibles capaces de operar en una sociedad red en donde los recursos educativos de la comunidad rompan la separación escolar extraescolar en el marco de una “ciudad educadora”.
No olvidemos que Jurjo Torres exploró en obras anteriores los aprendizajes del currículo oculto, caracterizó la comercialización de la educación en tiempos de neoliberalismo y valoró el efecto del mercado en el currículo. Asimismo, abordó las relaciones holísticas curriculares a través de principios como la globalización y la interdisciplinariedad.
En esta obra nos anima a analizar los proyectos curriculares comprobando si nos ayudan a tomar conciencia de las condiciones de desigualdad o desfavorecimiento. Se nos insta a desarrollar en la educación el encargo político de combatir las situaciones de discriminación y a denunciar los prejuicios instalados en la cultura escolar que nos cultiva formas inconscientes de exclusión del “otro”.
Reseña de Juan Bautista Martínez publicada en Cuadernos de Pedagogía. Mayo 2011