Inmigración, educación y lengua propia
Ignasi Vila
Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Girona
Síntesis del contenido
El artículo está dividido en dos partes. En la primera, se expone cómo se aprende una lengua y sus implicaciones en el caso de las familias que migran. En la segunda, se abordan algunas ideas provenientes de la educación bilingüe para comprender el proceso de adquisición del lenguaje en el contexto escolar de la infancia que procede de familias inmigrantes. A la vez, se discute algunas cuestiones referidas al desarrollo de la lengua familiar y sus implicaciones en relación con el aprendizaje de una segunda lengua y, por último, se cita alguna manera de tener en cuenta estos aspectos en la práctica educativa.
Si se pregunta a las personas que nunca han pensado cómo se aprende una lengua cómo creen que ello ocurre acostumbran a formular teorías semejantes a la idea de que el lenguaje crece de la misma manera que a los pájaros les crecen las alas. Sin embargo, el proceso de adquisición del lenguaje es mucho más complejo y no depende exclusivamente de mecanismos innatos. Desde una concepción que prima el lenguaje como instrumento para regular y controlar los intercambios sociales, aprender una lengua implica aprender a usarla y ello sólo es posible desde la interacción social, de modo que quienes ya saben usarla enseñen a hacerlo a quienes no saben. Este planteamiento significa que el aprendizaje de una lenguaje está directamente relacionado con el deseo de querer usarla, lo cual significa actitudes positivas hacia ella y motivación para actuar con quienes la usan.
En el caso de las personas que migran, es importante plantearse ¿hasta qué punto estas personas tienen cosas que decir o están interesadas en reconocer aquello que se les dice? En otras palabras, la posibilidad de que estas personas se incorporen al lenguaje no es únicamente el resultado de determinadas técnicas, de una didáctica específica, etc., sino sobre todo del deseo de participar activamente en las relaciones sociales del país de acogida. Ello implica autoestima y una buena autoimagen en el sentido de poder aportar y consensuar cosas en la sociedad de acogida. No obstante, poca autoestima puede existir si socialmente priman actitudes llenas de estereotipos y prejuicios hacia las familias inmigrantes, que invocan la carencia y el déficit para definir sus características.
Por eso, las cuestiones implicadas en el aprendizaje de la lengua no se limitan únicamente a cuestiones técnicas o didácticas, sino que se refieren también a la modificación de estereotipos y prejuicios y al reconocimiento de derechos ciudadanos en la sociedad de acogida de modo que se sientan en pie de igualdad con el resto de las personas y, por tanto, copartícipes de la construcción social.
La educación bilingüe es la manera que adopta la educación escolar para conseguir que el alumnado aprenda una segunda lengua cuando su presencia, bien en su medio social, bien en su medio familiar, o en ambos, es muy precaria. Este es el caso de las criaturas que proceden de familias inmigrantes y, por eso, se acostumbran a generalizar los efectos de la educación bilingüe a esta parte de la infancia. Sin embargo, en muchos casos no es así y se olvida la especificidad de esta parte de la infancia, de modo que se hace una generalización abusiva de la educación bilingüe sin tener en cuenta las condiciones que rigen y regulan la educación bilingüe.