La inmigración explicada a mi hija
Traducción de Rosa Alapont
Ed. DeBolsillo. Plaza y Jané – 2001
Se trata de un libro que puede aclarar cuestiones básicas sobre este tema. En sus páginas podemos refrescar nuestra memoria histórica y recordar que no hace mucho España era un país de emigrantes. Ahora, familiarizados con las imágenes de pateras que llegan a nuestras costas con personas que buscan una vida digna, parece que hemos olvidado aquel periodo de nuestra Historia La llegada de pateras a nuestras costas llenas de personas que vienen en busca de una vida digna, la ley de inmigración, la integración de las distintas culturas en una nuestra sociedad… Todas son cuestiones que están a la orden del día y que merecen, al menos, una pequeña reflexión.
Con un lenguaje apropiado para los jóvenes, y con ideas claras sobre la materia, Naïr refresca nuestra memoria histórica y recuerda que no hace mucho nuestro país era un país de emigrantes. La Guerra Civil española, la posguerra, la miseria, la dictadura y la represión… obligaron a muchos españoles a salir del país y comenzar una nueva vida en otros lugares. Millones de españoles partieron hacia Francia, Alemania, Suiza o América Latina.
Ahora otros muchos seres humanos llegan a nuestras fronteras en una situación similar a la que muchos españoles vivieron no hace demasiado tiempo. Pero, sin embargo, parece que esto ya se ha olvidado. Aprender a ver lo diferente desde un punto de vista positivo, desde la tolerancia, el respeto y la solidaridad, conocer el sistema universal de protección de los Derechos Humanos, saber algo más de la famosa Ley de Extranjería o del fantasma del la “marea humana” son algunas de las propuestas que podéis encontrar en las páginas de este libro. Porque no hay que olvidar que la inmigración es una cuestión que nos concierne a todos.
En el libro un defensor de los derechos humanos y luchador contra el racismo tiene que responder a las preguntas que le hace su retoña, que aborda los primeros años de la adolescencia tras haberle acompañado desde niña en infinidad de manifestaciones y actos de protesta contra todo tipo de discriminación.
¿Se producirá con los desheredados del Tercer Mundo un fenómeno similar al de los bárbaros cuando asolaron lo que luego se llamó Mundo Occidental y Cristiano? ¿Caerá sobre nosotros una marea humana dispuesta a devorarnos?… Esas son algunas de las cuestiones que el padre tiene que aclarar de forma clara y elocuente a la joven. Planteado en forma de sencillo e ilustrativo diálogo, el texto intenta satisfacer las inquietudes y las dudas de los adolescentes tempranos proporcionando una visión coherente y global del asunto, desde una perspectiva progresista e integradora que facilite la convivencia cotidiana.
La lectura del libro lleva a la conclusión de que los inmigrantes no representan peligro alguno para los ciudadanos de los países “desarrollados”. Su llegada a las metrópolis constituye tan sólo parte de un proceso de cambio, a veces casi vertiginoso, que se puede asumir y conducir racionalmente gracias a la tolerancia y el respeto mutuo.
También se realiza una crítica contundente a los medios de comunicación que, mayoritariamente, se recrean en los aspectos más negativos del fenómeno inmigratorio. “Por qué, si no, esa estrategia tendente a informar sobre agresiones a honestos ciudadanos europeos, o sobre la avalancha de emigrantes que pueden poner en peligro nuestros puestos de trabajo, en lugar de explicar que hay miles de trabajadores inmigrantes cuya contribución al sistema de pensiones asegurará en el futuro la jubilación de otros miles de ancianos de los lugares que los han acogido?”
Del diálogo entre padre e hija surgen también otras desmitificaciones: la del concepto de raza, de color o la de las supuestamente insuperables diferencias culturales entre unos y otros. Además, el libro informa de que cada vez se genera mayor riqueza, también que el crecimento demográfico se estabilizará hacia finales del presente siglo, que el desarrollo científico y técnico no cesará de incrementarse y que, por tanto, la asimilación de inmigrantes y la redistribución de la riqueza no son sólo posibles sino muy necesarias.