Boushra Almutawakel: cubriendo y descubriendo a la mujer musulmana
Por Laura Galián
Los atentados del 11 de septiembre son un punto de inflexión en el concepto del árabe construido por Occidente. El esencialismo cultural árabe-musulmán descrito por los autores orientalistas se acentuó, tildándose de amenaza, para formar la imagen distorsionada del Otro que maneja la islamofobia. Es por ello que muchos artistas provenientes de esta parte del mundo han centrado su atención en la deconstrucción de estos estereotipos creados por y para los intereses de las élites políticas. En este contexto de análisis se enmarca el trabajo fotográfico de la yemení Boushra Almutawakel (1969), quien cree que el 11 de septiembre trajo consigo la monopolización del discurso sobre Oriente Próximo, ya fuera demonizándolo o idealizándolo. Su objetivo es claro: desafiar las imágenes y estereotipos occidentales, árabes e islámicos y mirar a su sujeto de estudio desde una perspectiva crítica a través de la fotografía.
Su pasión por el arte nace desde pequeña y quizá por ello una de sus mayores ilusiones fuera estudiar arquitectura. Sin embargo, su padre, que por razones de trabajo se trasladaba constantemente, y con él, toda la familia (Egipto, Estados Unidos, Francia), le dijo que si quería ir a EEUU tendría que estudiar empresariales (El País 4.1.12). Accedió, aunque no por ello dejó de lado su pasión. De hecho, tras realizar un curso de fotografía en blanco y negro se dio cuenta de que este sería el arte mediante el que canalizar su necesidad de expresión artística. Así fue como poco a poco hizo de esta afición un medio de vida, al que se dedica de forma profesional en la actualidad. Convirtiéndose de esta manera en la primera fotógrafa profesional en Yemen.
Uno de sus proyectos más relevantes, la serie Hiyab, nace a partir de las teorías de la feminista egipcia Nawal Al-Saadawi. Para la activista egipcia, las mujeres, ya lleven hiyab, niqab o simplemente maquillaje, son exactamente iguales, puesto que todas ellas esconden su propia identidad. Es por ello que el interés de la fotógrafa por esta serie radica en su necesidad de explorar a la mujer a través de todas esas facetas que la acompañan: la maternidad, el poder femenino, la pareja y su paso de sujeto a objeto. Dentro de esta serie se incluyen algunas fotografías sobre la muñeca Fulla (la versión de la famosa Barbie que se comercializa en los países musulmanes). Esta muñeca se erige para la fotógrafa como una alternativa a la imagen sobre la mujer que representa la Barbie occidental. Para ello crea escenarios donde estas muñecas aparecen en momentos de su vida cotidiana, lo que ayuda a la naturalización de su sujetos.
Otro de los objetivos de esta serie es explorar el progresivo cambio a la hora de cubrir el cuerpo que han experimentado las mujeres yemeníes en estos últimos años. Para conseguir su objetivo, Almutawakel juega con las prendas de vestir típicas de la mujer musulmana, cubriendo y descubriendo a sus modelos ya sean hombres o mujeres.
Sin embargo, la fotógrafa es consciente de que su trabajo, a pesar de querer deconstruir la imagen orientalista de su cultura, puede ser tildado de representar una imagen también estereotipada de la misma. Asegura la autora que su trabajo no sólo está pensado para un público occidental, busca también la reacción de sus coetáneos yemeníes, para los que la mujer, la religión y la crítica al gobierno son todavía temas tabú. Por ello la Revolución, que ha pillado de sorpresa a muchos, ha estimulado el trabajo de los jóvenes artistas yemeníes. Al contrario que para Almutawakel, quien desde entonces ha paralizado su trabajo para dedicarse exclusivamente a sus prioridades: la seguridad de sus cuatro hijas y el bienestar de su familia. Aún así, esta fotógrafa es consciente de que para mantenerse cuerda necesita continuar con sus proyectos.
Desconocemos si hasta el momento el trabajo artístico de Almutawakel ha conseguido cambiar el discurso dominante sobre la mujer en Yemen, en el mundo musulmán y en Occidente. Pero ello no resta valor a un proyecto que surge como alternativa visual en la exploración de los límites artísticos marcados por la ortodoxia yemení y occidental. El potencial transformador de las fotos de Almutawakel nos demuestran las preocupaciones de los artistas de esta parte del mundo; así como su necesidad por cambiar el discurso hegemónico que engloba, de manera simplista y equívoca, la complejidad y multiplicidad de sus propias sociedades.
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Fuente: Aish