Historia de la Unión Europea y la Ciudadanía Europea
Por Juan Carlos Ocaña
Juan Carlos Ocaña es Doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid. Catedrático de Enseñanza Secundaria de Geografía e Historia en el IES Parque de Lisboa de Alcorcón (Madrid).
En los últimos años mis intereses profesionales se han enfocado en tres direcciones principales: La utilización de Internet en la enseñanza de la Historia Contemporánea, el desarrollo de proyectos de colaboración internacional, esencialmente en el marco de la Unión Europea y el desarrollo de estrategias didácticas de enseñanza de la historia en un marco bilingüe (enseñar la asignatura en inglés en un contexto hispanohablante).
La ciudadanía intercultural significa el valor de la diversidad, la apertura a un mundo plural, la identidad europea y el multiculturalismo, el respeto de las diferentes culturas y la legitimidad de expresión de los derechos colectivos, la tolerancia y la búsqueda activa de la riqueza del otro, la pertenencia a Europa y al mundo; a intercultural significa el valor de la riqueza del otro, la pertenencia a Europa y al mundo;
La idea de elaborar esta unidad didáctica en forma de sitio web surgió de mi participación en dos cursos organizados por instituciones europeas durante el curso académico 1999-2000.
El primero, Immaginare l’Europa, elementi per una introduzione alla cittadinanza europea, tuvo lugar en Ancona (Italia) y estuvo organizado en el marco del Programa Sócrates – Comenius Acción 3.2 de la Unión Europea. Profesores de diversos países europeos reflexionamos sobre la idea de «ciudadanía europea», concepto jurídico oficialmente instituido por el Tratado de Maastricht. Aspectos esenciales para la configuración de esta nueva ciudadanía como el papel de las múltiples lenguas europeas, las identidades nacionales, regionales y locales, y la exclusión/inclusión del creciente número de inmigrantes que aspiran a vivir y trabajar en nuestro continente, estuvieron en el centro del fructífero debate que allí tuvo lugar. Todos estuvimos de acuerdo en un hecho evidente, la importancia esencial de los profesores y los sistemas educativos a la hora de construir una idea de ciudadanía europea centrada en lo mejor del bagaje cultural europeo: la tolerancia, los derechos humanos, la democracia. Esta unidad didáctica es la consecuencia inmediata en mi labor profesional de las ideas y reflexiones suscitadas en aquel curso.
El segundo, Les technologies de l’information et de la communication au service de l’enseignement de l’histoire, tuvo lugar en la localidad alemana de Donaueschingen y estuvo organizado por el Consejo de Europa en el marco del programa «Enseñanza y aprendizaje de la historia de Europa del siglo XX», iniciado en 1997. Aquí, un grupo de profesores de historia de muy diversos países europeos nos vimos enfrentados al desafío que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y, muy especialmente, Internet, nos plantean en nuestro trabajo diario en los centros de enseñanza.
El debate allí suscitado no solo mostró las enormes potencialidades que Internet abre a profesores y alumnos en la educación secundaria y el bachillerato (consulta de cantidades crecientes de información, acceso enfoques diversos que tratan un mismo hecho histórico desde una diferente perspectiva nacional o ideológica, mayor facilidad para trabajar con los alumnos en la adquisición de estrategias científicas de investigación y de trabajo con las fuentes históricas, amplias posibilidades de una mejor atención a la diversidad de nuestros alumnos, posibilidad de trabajar conjuntamente profesores y alumnos de diversos países construyendo verdaderas «clases europeas de historia»), también hizo evidente las dificultades a las que nos enfrentamos a la hora de poner en marcha actividades didácticas centradas en el uso de Internet en nuestros centros educativos (carencia de medios tecnológicos y de disponibilidad de espacios, deficiente formación de los profesores, dificultades a la hora de establecer criterios claros para que nuestros alumnos juzguen críticamente la calidad y el enfoque ideológico de la enorme cantidad de sitios web que pueden consultar, el dominio apabullante de la lengua inglesa en la red, la preponderancia de una «perspectiva norteamericana» en el tratamiento de los grandes procesos históricos del siglo XX).
Partiendo de esta rica experiencia, he considerado que lo que debemos hacer los profesores de historia es tratar de formarnos y «saltar a la piscina», elaborando nuestros propios materiales con los que trabajar con nuestros alumnos. Esta unidad es uno de mis primeros contactos con unas tecnologías que en un futuro próximo estarán en el centro del trabajo docente. Confío en que permita a mí y a mis alumnos no solo familiarizarnos con el uso de unas determinadas tecnologías, sino, sobre todo, avanzar en el proceso de construcción de una noción de ciudadanía europea que huya de actitudes de nacionalismo intolerante y antidemocrático.
En un momento en el que, a propósito del último informe de la Real Academia de la Historia, estamos en España «tirándonos a la cabeza» nuestras historias «nacionales» o «regionales» , sería interesante, para nosotros profesores y, sobre todo, para nuestros alumnos, que eleváramos nuestra vista y centráramos nuestro interés en un proceso, el de la integración europea, que se ha basado en poner el énfasis en lo que une a los seres humanos que vivimos en esta pequeña parte del mundo.
La unidad, pensada para la asignatura de Historia Contemporánea de Bachillerato, tiene dos centros de interés: el proceso de integración europeo durante el siglo XX, desde las fracasadas propuestas del período de entreguerras hasta el Tratado de Niza y la nueva Unión Europea que surgirá tras la futura adhesión de varios países de la Europa central y oriental; y la noción de ciudadanía europea, consagrada institucionalmente en el Tratado de la Unión Europea de 1992, y que más que una realidad plena debemos considerarlo como un proyecto que si se llega a realizar será con la participación de todos los ciudadanos europeos, esencialmente con la de las nuevas generaciones.
Suscribo plenamente lo que afirmó en 1997 el grupo de expertos que, bajo encargo de la Comisión Europea, redactaron el informe «Construir Europa mediante la educación y la formación»:
El Grupo de Reflexión propone cinco dimensiones fundamentales para una nueva ciudadanía:
- La dignidad de la persona, núcleo de la idea de ciudadanía, necesita el conocimiento de las instituciones políticas democráticas, el reconocimiento de los derechos de las mayorías y minorías en el gobierno (…)
- La ciudadanía social abarca los derechos y deberes sociales, la lucha contra la exclusión y la marginalidad, la solidaridad como valor europeo, la cohesión social y el reforzamiento del sentimiento comunitario;
- La ciudadanía ’paritaria’ implica el rechazo de los prejuicios discriminatorios hacia las minorías étnicas o las mujeres, la afirmación del valor de la igualdad, es decir, la igualdad de oportunidades para todos los itinerarios educativos;
- La ciudadanía intercultural significa el valor de la diversidad, la apertura a un mundo plural, la identidad europea y el multiculturalismo, el respeto de las diferentes culturas y la legitimidad de expresión de los derechos colectivos, la tolerancia y la búsqueda activa de la riqueza del otro, la pertenencia a Europa y al mundo;
- La ciudadanía ’ecológica’ exige la preservación del medio ambiente, el acuerdo del hombre con la naturaleza, una conciencia acrecentada de los valores del medio ambiente y la importancia del desarrollo sostenido.
- La ciudadanía europea, tal como ahí viene expresada, es un proyecto por el que bien vale la pena encauzar nuestro esfuerzo como profesores.
Hay un vacío evidente en la unidad didáctica. Me refiero al estudio de las instituciones de la Unión, instituciones cuya reforma, forzada por la futura ampliación, está actualmente en el centro del debate europeo. Esta falta puede y debe subsanarse mediante el trabajo «tradicional» en el aula. Muchos de los enlaces que aparecen en la unidad pueden utilizarse para ampliar el estudio sobre el Consejo Europeo, el Consejo de la Unión, la Comisión, el Parlamento, etc.
Por último, debo señalar que ha habido otro factor que me ha impulsado a elegir este tema para elaborar una unidad didáctica con el formato de un sitio web. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta cualquier profesor o estudiante que trata de utilizar Internet es la abrumadora preponderancia de sitios web en inglés y la escasez de sitios que ofrezcan información en castellano. Esto, que en niveles universitarios no debe constituir un problema, hace que en los centros de enseñanza secundaria solo una minoría de los alumnos pueda utilizar la red de una forma sistemática en sus actividades de la asignatura de Historia. El hecho de que el sitio web oficial de la Unión Europea y el de sus instituciones tengan gran parte de su abundante información traducida al español abre grandes posibilidades didácticas para el trabajo con alumnos de Bachillerato y Educación Secundaria.
No obstante, para no limitar las posibilidades de los alumnos que tengan un dominio suficiente de lenguas extranjeras, he creado en la unidad diversos enlaces para acceder a sitios web en inglés, francés, y, en algún caso, italiano.
Objetivos y criterios de evaluación
La unidad está pensada para trabajar con los alumnos de 1º de Bachillerato. La he concebido como un material didáctico que puede ser integrado en un curso normal de la asignatura de Historia Contemporánea, pero que también es susceptible de ser utilizado en un tiempo más largo del que usualmente disponemos para trabajar el conjunto de la asignatura en un curso normal. Mi experiencia me ha mostrado la posibilidad de conseguir alguna hora de refuerzo semanal para la asignatura que podría ser utilizada con los alumnos con un doble objetivo: desarrollar «la dimensión europea» en nuestro diario quehacer en la disciplina de historia -que mejor manera de fomentar la identidad europea y la idea de una ciudadanía democrática que estudiando su evolución histórica-, y mejorar las capacidades de nuestros alumnos en su trabajo con Internet.
La temporalización de la unidad y la secuenciación de contenidos y actividades variará grandemente en función de que la unidad se desarrolle en un curso normal o a lo largo de período más amplio en una clase de profundización semanal, por ejemplo. En el primer caso, no se podría dedicar más de dos semanas (8 clases) y las posibilidades de que los alumnos recogieran en lenguaje HTML sus actividades se restringirían grandemente o, incluso, habría que descartarlo como no factible. Sin embargo, el trabajo a lo largo de un curso abre grandes posibilidades con respecto a la realización de actividades y a la elaboración de material por parte de los alumnos. Durante el curso académico 2000-2001 voy a trabajar en mi instituto en una clase de profundización semanal. A partir de esta experiencia, podré elaborar una temporalización y secuenciación realista de la unidad.
Objetivos específicos
El desarrollo de esta unidad debe contribuir a que las alumnas y alumnos adquieran las siguientes capacidades:
Explicar los hechos y acontecimientos más relevantes del proceso de integración europeo, valorando su significación en el proceso histórico y su influencia en la Europa actual.
Situar cronológicamente estos hechos y acontecimientos, relacionándolos con los grandes procesos de la historia mundial y europea de la segunda mitad del siglo XX.
Comprender los principales rasgos del proceso de construcción europeo, identificando sus rasgos más significativos y analizando los factores que los han conformado.
Conocer las principales figuras históricas que han marcado el proceso de unidad, valorando su contribución y situando su labor en el contexto histórico en el que actuaron.
Emplear adecuadamente la terminología básica acuñada por los políticos, periodistas e historiadores en torno al proceso de unidad europeo.
Explicar la noción de ciudadanía y la forma particular que ha adquirido en el caso de la ciudadanía europea instaurada en el Tratado de Maastricht, valorando los derechos que confiere y sus potencialidades, y adoptando una posición crítica antes sus insuficiencias.
Desarrollar la sensibilidad hacia el proceso de unidad europeo, valorándolo como una importante conquista ante los nacionalismos agresivos y belicistas que han caracterizado con anterioridad la historia de nuestro continente, y como un factor de desarrollo de una ciudadanía basada en los derechos humanos y la tolerancia.
Adquirir estrategias de búsqueda e indagación de documentos y otros recursos mediante la navegación en Internet, valorando críticamente su relevancia, y elaborar, de manera muy sencilla, páginas web donde se recoja el trabajo de los alumnos en la unidad.
Criterios de evaluación
Identificar los principales acontecimientos que jalonan el proceso de integración europea, analizando los factores que incidieron en ellos y valorando críticamente su influencia positiva o negativa en el avance hacia la unidad.
Situar cronológicamente los principales acontecimientos del proceso de construcción europeo, analizando su vinculación con determinados personajes, señalando la relación existente entre la labor individual de esas figuras históricas y los avances en pos de la unidad de los países europeos.
Definir con propiedad los términos más importantes y usuales al estudiar el proceso de integración y la recién creada ciudadanía europea.
Analizar el concepto de ciudadanía europea, señalando los derechos que confiere y las limitaciones que tiene, valorando críticamente sus insuficiencias y las potencialidades que se abren para el futuro.
Obtener, mediante la navegación por este sitio web e Internet, información, escrita y gráfica, sobre el tema de la unidad, valorando su relevancia, detectando su relación con los conocimientos adquiridos y reconociendo la pluralidad de enfoques existente a la hora de interpretar el proceso de integración y la ciudadanía europea.