Inmigración en los medios de comunicación y respuesta educativa
Las sociedades actuales a diario se van haciendo más complejas y cada vez más valores como el respeto o la tolerancia deben y es preciso que estén a la orden del día. Los factores que influyen en la sociedad y que ayudan a conformar el carácter de los individuos que la componen aumentan a diario. Nuestra cultura está en continuo movimiento pues, se va formando a partir de los contactos que se establecen entre varias comunidades, lo que permite que ésta evolucione.
Es en este punto donde suele presentarse el dilema, ante la pluralidad de culturas que pueden convivir en un mismo entorno físico, cuál podría ser la forma más correcta y menos discriminatoria para todos que permitiese y facilitase una interrelación cultural. A este interrogante han respondido varios autores y la polémica suscitada en cuanto a ello ha dejado atrás ríos y ríos de tinta.
Unos apuestan por la denominada interculturalidad que consiste en una convivencia de culturas en un mismo espacio, ésta supone además una relación de respeto entre la cultura que pretende integrarse y la que recibe a esa otra.
Otros, se refieren al multiculturalismo que supone un avance con respecto a épocas anteriores pues reconoce una variedad de culturas cada una con unas características y costumbres concretas, favorece el denominado relativismo cultural.
En este artículo y de ahora en adelante, puesto que los términos han quedado ya esbozados y a grandes rasgos definidos, apostaremos por una integración cultural, o lo que es lo mismo, interculturalidad.
Antes de continuar debemos destacar la actual coexistencia de diferentes culturas en un mismo espacio geográfico; en el caso de España por ejemplo, la inmigración es un factor determinante al respecto, cada día el número de personas que proceden de otros países hacia el nuestro aumenta y esto no constituye peligro ni tampoco debe verse como algo negativo; la inmigración no es una lacra como tampoco lo ha sido años atrás la emigración. Hoy en día, al igual que siempre, existen españoles con defectos, criticables y susceptibles de cambio, igual que hay inmigrantes que también lo pueden ser.
La diversidad cultural no debe constituir un problema, ni tampoco debe ser vista como un tema tabú y negativo. Lo que sí debemos es, entre todos, buscar la mejor manera de afrontar una nueva realidad intercultural que procede de la inmigración.
Para llevar a cabo tal labor el papel de la educación es importante, pero generalmente insuficiente. En este entramado debemos incluir el importante valor que representan los medios de comunicación como instrumentos sociales de difusión de la información e incluso en ocasiones responsables y creadores de opinión. En muchos casos muestran parcialmente la realidad social e incluso proporcionan al individuo una interpretación ya dada de ella. Ante tales acontecimientos es preciso proporcionar una alfabetización en comunicación desde los inicios, es decir, con los niños. Esto se hace necesario porque no es suficiente con que existan los medios que proporcionan la información, es muy importante el saber utilizar e interpretar lo que quieren decir. En toda sociedad plural que se precie el papel de los medios es fundamental, pero no es determinante ni puede equipararse cien por ciento con la transmisión fiel de lo real. Los medios de comunicación adaptan la información aunque sea con el único fin de hacer la noticia más comprensible, esto es lo que determina la existencia de patrones culturales de la audiencia de unos u otros medios.
En el caso de los inmigrantes podemos señalar que los medios tratan de dejar clara la distinción que puede establecerse entre el ellos y el nosotros de modo que la visión que transmiten de la noticia no es total sino parcial; lo que se propone en este artículo es la apreciación de tal acontecimiento para que de este modo el receptor, consciente de lo que ocurre, sea capaz de analizar lo que es real y lo que no a la hora de ver una noticia.
Se trata de que el individuo llegue a conocer los rasgos de los componentes de su sociedad para de este modo poder integrarlos y alcanzar un consenso y a una convivencia común de todos. Para que esto ocurra el receptor debe ser consciente de que el periodista construye las otras culturas a través de sus discursos, y lo hace de una forma como ya hemos apuntado, un tanto subjetiva.
Además de esto y puesto que una imagen vale más que mil palabras, no podemos olvidar que los españoles tenemos un contacto en ocasiones reducido con los inmigrantes, tan sólo o gran parte de nuestra idea sobre éstos se conforma a partir de las imágenes que observamos en los medios y lo que es cuestionable es el tipo de imágenes que recibimos y no tanto esto cuanto su tratamiento.
No podemos olvidar que las informaciones que llegan al receptor pueden causar en éste uno u otro efecto según estén y sean tratadas, el papel de los medios en la configuración del inmigrante es pues decisivo e importante. Es necesario alertar de que las imágenes que generan los medios muestran tan sólo una lectura como hemos señalado parcial y determinada de la realidad. En el caso que nos ocupa, el de la inmigración, generalmente se ofrece al receptor una imagen negativa del inmigrante, se asocia a éste con la delincuencia, la entrada ilegal…, es decir, se crean una serie de clichés que posteriormente son difundidos como si éstos representasen la realidad total que se tiene al respecto de la situación. Por otra parte y continuando con esta misma línea es importante señalar que sólo en contadas ocasiones y de manera excepcional se escucha la voz del inmigrante, testigo directo y protagonista principal de la noticia.
Todos estos aspectos son muy importantes puesto que hoy en día los medios cumplen una importante labor de socialización y educación, además de ser el principal nexo de unión entre el ciudadano y la realidad, no siempre cien por ciento cierta según venimos señalando a lo largo del artículo.
Por tanto, éstos deberían ser conscientes de su tarea ya que las sociedades cada vez son más diversas, fruto entre otras causas del aumento de movimientos migratorios. Aspectos como la estereotipación de modelos culturales determinados, de modelos de vida o sociales deberían de tener un menor peso a la hora de que los periodistas ofrezcan determinadas informaciones.
Ante tal situación, la medida que creemos que podría resultar más efectiva es la de la integración y el uso de los medios de comunicación desde la enseñanza. Como se ha dejado entrever anteriormente, y puesto que lo sugerido más atrás -toma de conciencia por parte de los medios- no supone una solución, es necesario que desde el aula al alumno se le enseñe a analizar las noticias a las que en este mundo postindustrial, en la era de la tecnología y la comunicación, se encuentra expuesto.
La formación del receptor como un sujeto crítico activo junto con el proceso de alfabetización constituyen dos de los factores más importantes que pueden conducir a la integración e interrelación de otras culturas. Estamos refiriéndonos por tanto a una educación en medios que se concreta en una educación intercultural, sólo si el receptor, en este caso el alumno, es consciente del tipo de información que recibe, de su tratamiento y de su contenido puede llegar a entender y compartir las similitudes y diferencias que presentan las diversas culturas; en definitiva para ser un ciudadano que pueda desenvolverse con cierta comodidad y soltura en un mundo donde no sólo existe algo que es bueno, positivo y todo lo demás se relaciona o identifica con lo malo, lo negativo.
Por otra parte esta propuesta persigue un fin doble ya que, por un lado se trata de crear un ciudadano tolerante, respetuoso y solidario con otras culturas y por otra, se persigue una vinculación entre la enseñanza tradicional, y el nuevo modelo que incluye el uso de las nuevas tecnologías en y desde el aula.
Como podemos observar la cuestión trasciende más allá de lo que podría entenderse como una situación con una solución meramente legislativa, no se trata de que existan varias leyes que regulen el contenido y tratamiento de la información en los medios o de que haya diversos códigos deontológicos estatutos o recomendaciones. Lo que sería más eficaz y completo es la medida que anteriormente proponemos pues supone también una forma de comprensión y capacitación del receptor, ya que, cuando el receptor es capaz de criticar un aspecto de cualquier tema es porque lo conoce y por tanto puede discernir lo cierto de lo incierto lo real de lo creado.
La educación intercultural se apoya por tanto en el respeto a la diversidad, a los diferentes ciudadanos que conforman un entramado sociocultural, presuponiendo por tanto un conocimiento del tema.
En cuanto a los medios, lo importante no es el éxito que un programa o un periódico puedan tener, ya no se trata de conseguir la venta a costa de lo que sea necesario, se trata de conocer qué hay de cierto en todo lo que se comenta o en las imágenes que se emiten, éste -la inmigración- es un tema muy importante y no una lacra ni un problema como comúnmente puede escucharse. Se trata de la vida de miles de personas, y no sólo de la vida, sino de sus costumbres y en general de su cultura.
No para obtener mayores o menores beneficios se puede demonizar una cultura o una situación concreta tachándola de inferior o de diferente en sentido despectivo. Esta situación tampoco resulta favorable ni excesivamente productiva para los medios quienes debieran tratar de aumentar sus ventas siendo respetuosos y no atacando a los derechos que todo ciudadano posee. Esta cuestión en determinados casos puede considerarse fruto de un acontecer sistemático, diario y cotidiano. A menudo se establecen una serie de patrones que luego son difíciles de eliminar. Como la superación de éstos puede resultar una tarea lenta, ardua y dificultosa, por esto se propone la alternativa de la educación audiovisual e intercultural. La interpretación del discurso mediático referido a la inmigración, el análisis de imágenes e interpretaciones de la información.
En este artículo no se trata de presentar una solución innovadora ni novedosa sino que se pretende una labor más bien de continuidad puesto que además de los marcos de códigos deontológicos existen en España colectivos de trabajadores e incluso medios que impulsan iniciativas de autocrítica.
Por último, creemos que todo esto es preciso porque los medios ofrecen una importante repercusión sobre la configuración de valores y pautas de conducta de los individuos en general y de los jóvenes y niños en particular.
En definitiva y para terminar, la inmigración no constituye un problema y por tanto no debemos de referirnos a esta cuestión como si de un conflicto se tratase, el conflicto tan sólo radica en la mente de aquellos que tratan de imponer lo suyo, lo propio como positivo y que no están dispuestos a aceptar otras etnias y sus culturas, se refieren a éstas como distintas, «raras” en lugar de como alternativas, no debemos olvidar que de estas culturas también es preciso tomar determinados aspectos tratando de integrar las costumbres de ambas. Para que tal labor pueda llevarse a cabo deben contribuir no sólo los poderes públicos sino también los medios de comunicación, y si la contribución de éstos no resulta del todo correcta ni suficiente, contamos también con la educación, que favorece el conocimiento de todo tipo de características que nos permiten analizar la situación y discernir lo correcto de lo menos correcto.
A través de la educación se trata de formar ciudadanos críticos que sean capaces de emitir juicios o valoraciones donde primen principios como la tolerancia, solidaridad y sobre todo el respeto hacia todos los individuos que conviven en una sociedad concreta sea cual sea su procedencia. Gracias a la educación se debe pretender una superación del multiculturalismo donde todo vale, hacia el interculturalismo donde se persiguen resultados comunes y determinados. Desde el aula es uno de los lugares principales donde debe estar presente todo lo que en este artículo proponemos pues, los niños de hoy son los ciudadanos del futuro y si se consiguiesen los objetivos citados más arriba podríamos estar por lo menos en el camino adecuado para crear sociedades plurales, abiertas, donde prime sobre todo la tolerancia y el respeto entre los ciudadanos sea cual sea su origen, raza o color de piel. No se trata de privar al individuo de un tipo concreto de información sino de enseñarle a analizar todos los datos que por diversos medios y de distintas formas puede recibir, la idea radica en la preparación del receptor y donde mejor que en el aula para comenzar tal trabajo. Por otra parte, como partimos de que en el aula puede haber niños de diversas culturas la tarea que proponemos serviría para fomentar la interrelación entre todos.
BIBLIOGRAFÍA
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Mª del Carmen Caldeiro es doctorando en el Departamento de Filosofía Moral de la Universidad de Santiago de Compostela
Fuente: Educaweb