Aulas multiculturales: una nueva realidad que plantea desafíos al sistema educativo
Un día, en plena clase, un alumno peruano de la Escuela Primaria Nº 40 le pidió a su maestra un tajador. La docente, Elida Guirin, se tomó el tiempo necesario para comprender qué le pedía el niño: un sacapuntas. Y no se guardó ese conocimiento. Lo compartió con la clase, motivó al chico a que él se lo explicara a sus compañeros, y quedaron en que desde ese momento se podían utilizar las dos palabras. Otra docente podría haberle dicho “no te entiendo”. Y ya.
Para las responsables del Programa de Educación Intercultural bonaerense, entre las dos actitudes hay un abismo. La primera integra, iguala, estimula, derriba varios ladrillos del muro de la discriminación. La segunda genera exactamente lo contrario. Inhibe, aísla, abre la puerta a un futuro “mal alumno” que no es tal por sí mismo, estigmatiza y discrimina.
Las aulas de las escuelas públicas son cada vez más heterogéneas, y como los descendientes de pueblos originarios que migran desde provincias del norte o países sudamericanos suelen concentrarse en determinadas zonas guiados por su actividad o por la posibilidad de acceso a la vivienda, hay establecimientos educativos en la ciudad que ya tienen una población migrante e inmigrante de entre el 40 y el 60% de alumnos.
Niños que traen consigo “sus lenguas, costumbres, normas y valores. Recuperar esos saberes y revalorizarlos en el aula es la base del respeto a la identidad. En eso estamos trabajando fuerte”, dijo Alejandra López Comendador, directora del programa que depende de la Unidad de Coordinación de Programas de la dirección de Educación de la Provincia.
Tras recordar que la educación intercultural está contemplada en la Ley Provincial de Educación, Alejandra dice que “se viene brindando apoyo a las escuelas desde 2007, pero hace un par de años se dotó al plan de fuertes recursos humanos y materiales, por lo que ahora estamos avanzando a paso firme”, apunta.
Aunque todos saben que el camino es muy largo. “Durante años, y en pos de la homogeneización, la lengua, las costumbres, los saberes ancestrales que traían estos niños fueron invisibilizados”, comenta López Comendador, quien enseguida agrega que esa concepción no desapareció. “Muchas maestras están muy formateadas y no se abren a esas representaciones culturales. Es muy difícil para el docente -reconoce-, pero muy frustrante para el niño”, enfatiza. De ahí a la discriminación, no hay distancia.
En la ciudad existen ejemplos de escuelas interculturales. Como la Primaria 40 de Altos de San Lorenzo, la Nº 120 de La Loma y la 49 de El Peligro, entre otras. En ellas, con estrategias parecidas pero no iguales, vienen trabajando específicamente en la integración “con marcado éxito”, apuntan sus directivas y docentes.
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