Tsipras en Lesbos
Confrontado con los miles de inmigrantes y refugiados varados en la isla de Lesbos, el premier griego Alexis Tsipras se vio obligado a conceder que su país no pudo hacer frente a la afluencia sin precedentes.
“Creo que estamos luchando contra algo que está más allá de nuestras capacidades, y todo el mundo debe entender eso”, dijo en una visita a un atestado centro de registro de migrantes con Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo. Mientras botes sobrecargados continuaban siendo enviados a través del Egeo por contrabandistas turcos –un viaje que les costó la vida a tres niños esta semana–, Tsipras fue recibido en las puertas del campo de Moria por unos de 100 manifestantes, que llevaban chalecos salvavidas y blandían pancartas llamando a la Unión Europea para que detenga las muertes permitiendo que los solicitantes de asilo tengan un paso seguro y legal a Europa.
Annie Risner, de 18 años, dijo que había visto limpiar el campamento y recortar los arbustos antes de la visita de Tsipras. “La gente en Grecia sabe lo que está pasando y la gente en Turquía sabe lo que está pasando y aun así todos los días llegan barcos y la gentes se está muriendo”, dijo. “No tiene ningún sentido.”
Rubí Brookman Prins, de 19 años, dijo que las condiciones eran tan desesperantes en Moria que algunos refugiados les habían preguntado cómo podían regresar a sus hogares. “Ellos no quieren estar aquí, lo que quieren es irse”, dijo: “Dicen que esto es tan malo como Siria, pero sin las bombas. No esperaban esto de Europa”.
Aun mientras los líderes los visitaban, las familias caminaban por ahí con niños rengos en sus brazos buscando desesperadamente médicos. “Necesitamos un médico”, dijo una mujer de Afganistán. “Mi bebé está enfermo, si se queda fuera una noche más se va a morir.”
Trabajadores humanitarios dicen que las condiciones en Moria han mejorado mucho en el último mes con la llegada de más agencias y la construcción de cabañas para albergar a los refugiados. El campamento está desbordado, con cientos de familias con bebés y niños pequeños que duermen en carpas endebles o sin refugio sobre el terreno rocoso.
Al menos 430 personas murieron este año tratando de cruzar el mar a lo largo de la frontera de Grecia con Turquía. Tsipras dijo que era “imprescindible” llegar a un acuerdo con Ankara para detener el flujo. Unos 15.000 refugiados y migrantes quedaron varados efectivamente en Lesbos a raíz de que una huelga de ferry había dejado de llevar pasajeros a los centros de recepción en la península griega. “Es una situación asfixiante”, dijo Tsipras.
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