Empieza a amanecer. Docentes de todo el mundo comienzan su jornada como padres y compañeros, llenos de energía y sin saber lo que les deparará el día.
Aunque cada zona cuenta con características distintivas, personas y entornos diversos e identidad propia, hay algo que les une a todos como docentes, un propósito común. Ahí están, frente a niños de todas las razas, edades y condiciones sociales, para intercambiar su conocimiento y sus experiencias mientras sueñan con formas de iniciar procesos y despertar conciencias.
Su compromiso con los demás les anima a mantenerse activos dentro de su comunidad. Fuera del horario escolar, participan en sindicatos, cooperativas y reuniones de facultades. Y, de nuevo en casa, siguen siendo padres, madres, cónyuges y compañeros.
Las historias entrelazadas de esta pieza narrativa son iguales y diferentes, y están llenas de crítica, reflexión y optimismo. Buscan un ideal a diario y renuevan su compromiso cada mañana. Su sueño colectivo nos habla de un mundo en el que la educación es un derecho y todos tienen las mismas oportunidades para ser partícipes de una educación de calidad.