Los jóvenes inmigrantes gaditanos
Extranjeros en España. Extranjeros en su país. En tierra de nadie y en tierra de todos. El mundo se mueve, millones de personas salen de sus países de origen por motivos diversos y tratan de llegar a lugares que le puedan ofrecer una mejor vida. En un tiempo en el que la palabra inmigrante y refugiado está de plena actualidad por el conflicto sirio y donde Europa trata de poner barreras para frenarlos, cinco jóvenes que se mueven en torno a Tierra de Todos, cada uno de nacionalidades distintas y cada uno con su propia particularidad, debatiendo en torno a una mesa sobre sus propias experiencias, lo que se encuentran a su alrededor y lanzando un mensaje de esperanza para el futuro y aportando luz a aquellos que siguen ciegos con mensajes estereotipados sobre lo que significa la inmigración. El pasado día 17 se celebró la Jornada Mundial de las Migraciones con una misa en la Catedral a partir de las doce del mediodía y diversos actos a lo largo del día.
Wenting Sun (China), Maximilieen Kaboré (Burkina Fasso), Ingrid Paola Bolaños (Colombia), Hicham El Ambri (Marruecos) y Anthony Acuase (Nigeria) son los nuevos gaditanos que miran al futuro pero sin olvidar el pasado que han dejado atrás.
Salvo Ingrid, que venía de un país donde se hablaba el español, todos coinciden que el idioma fue un problema importante a la hora de iniciar la integración. Hicham recuerda cómo sus profesores le hablaba lentamente para que los comprendieran.
Wenting, que se considera que está plenamente integrada y dice que siente completamente española, recuerda que en Primaria le costó hacer amigos pero conforme fue avanzando en la educación la cosa fue mejorando «y ahora tengo a más amigos españoles que chinos».
Anthony pasó también sus dificultades porque no sabía nada de español pero al final con la ayuda de sus compañeros fue saliendo hacia adelante y ahora se encuentra haciendo el Bachillerato. En ese camino todavía se encuentra Maximilieen, que lleva poco más de un año en Cádiz.
Toda esa integración también viene acompañada de dificultades y no sólo las idiomáticas. La colombiana Ingrid Paola Bolaños recuerda el día que se enfrentó a una profesora en un instituto que decía que los inmigrantes venían a quedarse con los puestos de trabajo de los españoles o aquellos que decían que no sabían «cómo te puede gustar Ingrid si a mí la piel negra me da asco».
Anthony habla muy bien de sus compañeros y amigos, pero siempre hay alguno que le llama «negro» de manera despectiva. Sin perder la sonrisa dice que él ya sabe que es negro y que eso no va a cambiar nunca.
Todos quieren lanzar un mensaje de esperanza con respecto a lo que supone la inmigración y la situación de los refugiados. Wenting Sun tiene claro que «si no fuera por una situación complicada, nadie saldría de su país. A cualquiera le podría pasar esto pero hay sitio para todos. No debe haber problemas para acoger a más gente». Maximilieen Kaboré va más allá y dice que «no sólo tenemos que ayudar a los refugiados sino también a los países de origen». Anthony insiste en esta línea y afirma que «es duro ver lo que está pasando. Ellos no salen por salir». Ingrid, por su parte, se remonta al pasado y señala que en España «hace años también tuvieron que emigrar muchas personas».
Leer el artículo completo en El Diario de Cádiz.